Salud
Los médicos ya fuman menos pero sufren más
Cádiz acoge hasta mañana el encuentro del programa nacional «pionero», Paime, que asiste a los profesionales de la medicina afectados por patologías psicológicas o adicciones, un fenómeno que la pandemia ha impulsado
Los que tengan más de 40 años recordarán la escena. La usuaria, el paciente, acudía a su médico de cabecera, a su especialista, y le recibía con su bata blanca, serio, y fumando . Con un cenicero bien surtido de colillas y una cierta humareda. A los que no hayan cumplido los 30 años, el episodio les parecerá ciencia-ficción, puede que lo hayan visto en cine o ni eso. Ahora es una aberración prohibida por la sensatez, la ley, la salud y el ejemplo.
Aquella práctica mataba a los médicos, como a los demás, pero les humanizaba. Dejaban claro que no podían evitar los mismos errores, las mismas pulsiones autodestructuvas, que sus pacientes. El recuerdo sirve para recordar la obviedad, que siempre conviene: los profesionales de la medicina aún son seres humanos tan frágiles y dolientes como los demás . Tanto o más que cuando fumaban.
Padecen adicciones y quebrantos psicológicos en la misma medida, «tampoco más que otras profesiones», que cualquier ciudadano. «Sufrimiento emocional», según se definió en la presentación de esta mañana. Para prestarles atención específica, eficaz, discreta, solidaria, nació el programa Paime. Los acrónimos, como los prospectos de los fármacos, conviene leerlos enteros. Significa Programa de Atención Integral al Médico Enfermo . En este caso, enfermo de ansiedad, estrés, por adicción o cualquier otra alteración de su salud psicológica.
La cita iberoamericana de este año, en Cádiz, del 3 al 5 de noviembre , tiene un carácter especial del que nadie puede abstraerse. La pandemia ha provocado unos niveles de agotamiento psíquico y físico para los profesionales «como no se habían conocido en décadas», admite Tomás Cobo, uno de los organizadores y presentadores. De hecho, habría que remontarse a una guerra, para conocer algo comparable y quedan pocos con edad para decirlo.
El Colegio de Médicos de Cádiz, con su presidente y los doctores Manuela García y Gaspar Garrote al frente, han desgranado esta mañana algunos de los datos fundamentales para conocer la situación postpandémica y el impacto que la nueva enfermedad mundial ha causado entre los doctores españoles. Cinco millones de muertos en el mundo y 87.132 fallecidos en España . Es la cifra provisional de la pandemia, el punto de partida.
Ver la muerte en cifras nunca antes conocidas
Los números que preceden al encuentro nacional del Programa Paime en Cádiz abarcan hasta el año 2020, es decir, el momento del impacto brutal de la enfermedad. Las miles de encuestas y el contacto personal detallan que los médicos han sufrido dos momentos de impacto. La doctora García fijó el primero en la aparición de la enfermedad, entre marzo y junio de 2020 . En el gráfico, aparece un Everest que marca los niveles de «incertidumbre, miedo al contagio, dilema ético, dolor ante la presencia de la muerte en cifras desconocidas y el temor a la pérdida de familia y amigos». Han muerto 117 médicos en España por Covid-19.
El segundo pico de respuestas coincidentes aparece en otoño de 2020 , cuando un número de médicos nunca antes detectado habla de agotamiento psíquico y físico . El 27%, uno de cada cuatro, dice no poder dormir más de seis horas al día. Un 30%, casi uno de cada tres, admite estar consumiendo demasiados ansiolíticos. También un 30% dice haber pedido o creer necesitar ayuda psicológica.
La doctora Manuela García Romero, coordinadora nacional del Paime, fijó en la presentación de esta mañana la evolución registrada durante el peor año Covid, 2020. El programa atendió casi un 37% más de casos que en 2017 y 2018 , en los que la media se situó en torno a los 400 médicos atendidos al año.
En total, el programa Paime ha atendido a 6.500 médicos en España en sus nueve años de trayectoria desde que fuera reformado y retomado en 2010. El número de galenos es de unos 600.000, así que la proporción no es alarmante respecto a otras profesiones. El 76% acude de forma voluntaria. El 22,6% lo hace de forma inducida , por recomendación de su entorno, amigos o familia.
Los efectos de la pandemia, en suma, han aumentado los casos de estrés, ansiedad y angustia . De todos los que declaran tener algún tipo de dificultad, el 76,8% habla de problemas de salud mental mientras que el 23,2% dice sufrir alguna adicción. El alcohol es absolutamente mayoritario en este último apartado, con dos de cada tres adicciones detectadas o declaradas.
La edad media de estos médicos-pacientes es de 45 años. Por sexos no hay diferencia significativa, aunque seis de cada diez son mujeres. Como explica el Presidente del Colegio de Médicos de Cádiz, Juan Antonio Repetto, « la pandemia ha incrementado el sufrimiento emocional entre nuestros profesionales y ha estado muy presente en su actividad a la hora de afrontar el ejercicio de su labor asistencial en los momentos más críticos».
En palabras del Secretario General del Colegio gaditano y coordinador provincial del Paime, Gaspar Garrote, « la práctica totalidad de los pacientes que acuden logran su restablecimient o gracias a la ayuda y el apoyo que les prestamos a través de este Programa. Eso les permite reintegrarse al ejercicio de su profesión en condiciones idóneas y con las garantías necesarias de poder desarrollarla mediante una buena praxis».
Anónimo, confidencial, directo y exclusivo
Paime tiene un enfoque integral, a partir de la detección del caso, a la que sigue la oferta de asistencia especializada mediante programas de tratamiento farmacológico, psicoterapéutico y rehabilitador, salvaguardando en todo momento la intimidad y confidencialidad del médico asistido, su posterior reinserción laboral y un seguimiento adecuado de su evolución. El procedimiento de asistencia se activa directamente desde la Secretaría del Colegio tras tener conocimiento del caso y se lleva a cabo de forma directa y mediante entrevista totalmente anónima. Los colegiados de la provincia disponen de un teléfono específico y exclusivo para el acceso.