Familia
La larga espera para abrazar a tu hijo
El tiempo medio de espera para adoptar a un niño en la provincia se sitúa en cinco años; mayor parte de los solicitantes tiene entre 36 y 45 años, no tiene más hijos
Si absurdo es que haya casas vacías y familias sin casa más absurdo, cruelmente absurdo, es que haya niños sin hogar y hogares sin niños. Más cuando, mutuamente y sin saberlo, se están buscando y se están necesitando. La adopción es el recurso al que acuden decenas de familias gaditanas para poder llenar un hueco que les queda, bien sea porque no pueden tener hijos, bien sea porque quieren alguno más. Los plazos, sin embargo, son lentos . Una pareja gaditana que quiera adoptar a un niño español sano de hasta tres años debe esperar una media de cinco años para poder tenerlo . Y, por supuesto, c umplir una serie de requisitos . Porque a veces, el amor no lo es todo.
Actualmente, según datos facilitados por la Consejería de Igualdad y Políticas Sociales de la Junta, existen en Andalucía unas 1.900 familias pendientes de adoptar . La mayoría quiere niños pequeños que no tengan especiales problemas de salud y compatibilizan tanto la adopción nacional como la internacional . Sin embargo, en la Comunidad Autónoma se da prioridad a los niños mayores de siete años o con algún problema médico. Si, además, es un grupo de hermanos, el proceso de adopción se agiliza bastante. De hecho, aproximadamente la mitad que se encuentran en trámite de adopción presenta algún tipo de característica especial, como ser mayor de 7 años o requerir atención especial bien por provenir de un entorno muy desestructurado bien por arrastrar problemas físicos o psicológicos (que pueden ser desde una discapacidad hasta haber sido víctimas de abusos sexuales).
Ahora bien, ¿qué sucede con las adopciones internacionales ? Desde la Junta indican que, en los últimos tiempos, la espera ha aumentado también en este tipo de adopciones y que el tiempo de espera se sitúa, aproximadamente, en tres años . En este aspecto, destacan cómo uno de los orígenes de los futuros hijos, China, ha endurecido sus medidas y que ahora pueden pasar hasta ocho años para que se conceda la adopción.
Un poco de tiempo es todo
Suena el teléfono en casa de Eduardo. Acaban de quitarle la custodia del bebé a una pareja por cosas que no vienen al caso. Desde hoy, son uno más en la familia... hasta que se lleven al niño. El programa de acogimiento de la Junta de Andalucía, que realiza en colaboración con las asociaciones Accam y Márgenes y Vínculos, busca que los niños cuya custodia asume la administración pasen, de forma temporal, por un hogar en lugar de se remitidos a un centro de menores. Eso sí, se trata de una medida temporal que nunca puede acabar en adopción. «Es una manera de ayudar a los niños, que están en un entorno más estructurado y acogedor; además, los padres de acogida reciben la satisfacción de poder ayudar a un pequeño en situación de desamparo» explica Juan Vizuete, coordinador del programa ‘Acógeles’, dependiente de Accam. «También, se ayuda en muchos casos a la familia biológica del niño que, en ocasiones, recupera la custodia del niño y ha visto cómo se le ha estado cuidando», añade.
Según los datos facilitados por la Junta, actualmente en la provincia de Cádiz hay 132 menores en acogimiento familiar simple (60 en familias ajenas y 72 en familias extensas). En lo que respecta al acogimiento familiar permanente, hay 386 menores (52 en familias ajenas y 334 en familias extensas). La familia extensa, hay que recordar, es la cercana fuera de los padres (hermanos, tíos, abuelos...). «Lo ideal es que los niños que pasan a situación de acogida estén con su familia, que es un ambiente por lo general más propicio y natural», explica Vizuete.
Dentro del sistema de acogida, hay tres distintos tipos de modalidades. Una es la urgente, aquella en que la familia de acogida está disponible para que, en cualquier momento, puedan recibir un menor. Por lo general se hacen cargo de niños pequeños cuyos padres acaban de perder la custodia y tienen que demostrar que pueden hacerse cargo del pequeño en cualquier momento. La segunda modalidad, la más habitual, es la temporal, en la que familias acogen niños hasta los tres años de edad, que se marcharán bien con su familia biológica bien con una de adopción cuando se les asigna.
La tercera de estas modalidades es la del acogimiento permanente. Este tipo de modalidad es la que requiere más preparación por parte de las familias de acogida, porque en ella se recibe a niños que superan los siete años y que mantienen los lazos con la familia biológica. «Nunca está de más hacer un llamamiento para que las familias opten por este tipo de acogimiento, porque hay muchos niños de 7, 8, 9 años y en adelante que no encuentran un hogar», explican desde Accam.
Preparación para los padres
Las familias que se incorporan al sistema de acogida reciben una formación previa en la que se les enseña cómo gestionar la nueva situación. «Uno de los momentos más difíciles que tiene que afrontar la familia de acogida es siempre la despedida del niño, en la que vive un pequeño duelo», detalla Vizuete. Federico, uno de los padres que participa en este sistema con otras 330 familias gaditanas, lo explica muy gráficamente: «Cuidas al niño como si fuera tuyo, lo mimas como si fuera tuyo, te desvives por él como si fuera tuyo... pero un día te recuerdan que no es tuyo y que te tienes que separar de él. Es como cuando un boxeador se entrena para un combate, por muy preparado que vaya, los golpes le duelen».
La pregunta que surge en el ambiente cercano de los que acogen a un niño es siempre la misma: ¿No puedes adoptarlo? La respuesta es un eterno no. «Son dos procesos incompatibles; de hecho, para evitar posibles equívocos, las listas de adopción y de acogimiento son excluyentes». Las familias de acogida tienen a su disposición un servicio de asesoramiento psicológico, precisamente, para afrontar las dificultades por las que pueden pasar en este proceso. Además, perciben una ayuda de 300 euros mensuales para la manutención del niño (que se eleva hasta 500 en el caso de las urgencias). Federico llama a la colaboración:«Nos decidimos a formar parte del programa cuando nació mi hijo mayor, en la habitación de al lado había otro recién nacido del que nadie se ocupaba; sabíamos que teníamos algo que hacer, por encima de todo, se trata de un niño».