EVOLUCIÓN DEL CORONAVIRUS
Lamentan «la poca consideración» que tienen con los discapacitados para las medidas preventivas del Covid
AGADI: «Ahora, la situación es frustrante porque si antes teníamos barreras, ahora se han duplicado»
Personas sentadas en una terraza de Cádiz.
El Coronavirus ha llegado de forma inesperada y ha afectado a todo cuanto se ha interpuesto en su paso. Sin lugar a dudas, la ‘nueva normalidad’ nos ha cambiado la vida . Y es que en tan solo unos meses hemos perdido las costumbres que teníamos. Lo que antes era tan simple como saludarnos con dos besos y un abrazo, ahora se convierte en una barrera enorme que hace mantener cierta distancia con nuestros seres queridos. El miedo al contagio ha hecho que aparezcan una serie de barreras en nuestras vidas pero, ¿a todo el mundo le ha afectado de la misma manera?
Las personas discapacitadas son los grandes perjudicados en toda esta situación. Y es que, si antes, en su día a día, se encontraban obstáculos, ahora estos se duplican. Las barreras que se encuentran en esta nueva fase de la pandemia les impide llevar una vida independiente.
Desde la Asociación Gaditana de Personas con Discapacidad Física (AGADI) lamentan la «poca consideración» que han tenido para este colectivo con la puesta en marcha de las medidas de prevención del covid. Maribel García, trabajadora social de la asociación, manifiesta la “dificultad y complejidad del tema» , además, añade que si antes tenían obstáculos en sus quehaceres, «ahora se ha duplicado».
García cuenta en primera persona que padece de Espondilitis Anquilosante , una enfermedad rara que le afecta a sus sistema inmunitario. Hace unas semanas le dio un «brote fuerte» y asistió a un centro de salud y que, al estar precintado, no podía sentarse. En este sentido, «entendemos la situación» pero, lamenta que «llega un momento que dificulta».
«Si antes teníamos obstáculos, ahora con las nuevas medidas preventivas del covid tenemos el doble o el triple que antes»
Con respecto a las personas que se encuentran en sillas de ruedas, a veces es «difícil llegar a los geles hidroalcohólicos que en algunos establecimientos se encuentran muy altos». Además, añade que en algunas terrazas se encuentran con barreras y que, a veces, les cuesta mantener la distancia social. Algunas terrazas, por ejemplo, son «cajas de cerillas» porque están cerradas y la entrada es dificultosa, añade.
«Si las personas invidentes necesitan ayuda para cruzar la calle, ahora no se les puede coger del brazo porque hay que mantener las distancias»
Para las personas invidentes , «ahora tienen que informarse absolutamente de todo». Si necesitan ayuda para cruzar una calle, no se les puede agarrar del brazo porque hay que mantener las distancias. Si entran en algún establecimiento y no se les avisa de que en el mostrador hay colocada una mampara, se encuentran con otra barrera. Además, «tienen que tocarlo todo» , lo que supone un foco de bacterias, añade García. El hecho de ir a algún bar y sentarse es una situación complicada también por la localización de los códigos QR de las mesas.
Baño asistido
Con respecto al acceso a las playas, el servicio de baño asistido también ha cambiado. Según ha podido explicar García, tema del «miedo al contagio» hace que este servicio no esté disponible. Aún así, informa que este tipo de baños se siguen llevando a cabo en las playas de la provincia de Cádiz pero sólo «si tienes acompañante». Lamenta que estas actividades sólo se puedan disfrutar en ocasiones escepcionales. «Si no tienes acompañante, no puedes bañarte». En este sentido, manifiesta que «hay personas que no tienen acompañantes» y que, por lo tanto, no pueden disfrutar de las playas gaditanas durante un verano tan caluroso como este.
Por su parte, la trabajadora social de AGADI lamenta también que hay muchas «lagunas legislativas» Expone, por ejemplo que durante el confinamiento se cerraron las clínicas de fisioterápia por lo que muchas personas con discapacidad no podían recibir las terapias necesarias. En su caso, apunta que, al tener una enfermedad crónica y haber estado confinada durante un tiempo sin haber podido recibir tratamiento especial para su patología, le ha costado estar «a punto de no poder volverse a levantar nunca más». De esta forma, teme un nuevo encierro en casa si la situación empeora. Defiende que personas como ella no pueden dejar de recibir los tratamientos porque les supone un atraso muy grande.
Por último, Maribel ha querido hablar también de la vuelta al colegio de los niños con discapacidad. Asegura que «hay niños con discapacidad y patologías sensibles al contagio». Por esta razón, Maribel lanza cuestiones como: ¿Se ha contado con ellos en algún momento? ¿Qué medidas especiales se van a tomar para este tipo de colectivo?, expone.
Para ella, toda esta situación supone un «suma y sigue» de problema s y adversidades que «no se tienen en cuenta». Asegura que queda mucho trabajo pendiente y defiende este colectivo «también son personas con derechos». Un llamamiento a la reflexión ya que, dentro de todo esto, hay personas más vulnerables.
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