Kichi saca pecho y ajusta cuentas

El alcalde de Cádiz, José María González , se despertó por primera vez tras las elecciones generales del 20 de diciembre y cogió su fusil. Uno incruento, hecho con papeles, con papeletas, las casi 21.000 que su partido obtuvo en la cita electoral unas horas antes . Las puso una junto a la otra hasta formar un arma figurada y arrojadiza. Le faltaba un objetivo y lo encontró a mediodía.

Es Fran González , secretario general de los socialistas de la capital gaditana y portavoz municipal de su partido. Presa fácil, sin apenas respaldo en la estructura regional de su formación, cuestionado por su militancia como todo dirigente socialista que se precie desde Suresnes, paralizado por un retroceso electoral crónico y severo , González era víctima sencilla del disparo verbal. Sólo faltaba apretar el gatillo, en este caso, en forma de luz roja de cámaras y micrófonos. Grabando.

«La estrategia del derribo y la zancadilla de Fran González ha fracasado. Fran González ha fracasado . La ciudadanía de Cádiz ha dicho con su voto que rechaza esas intentonas de socavar el trabajo del gobierno municipal», ha resumido José María González antes de que se cumplieran 18 horas del cierre de los colegios electorales.

Ha usado sin pudor los 21.000 votos obtenidos por Podemos (casi 3.000 más que los logrados por su marca local en las elecciones municipales de mayo) para asegurar que los gaditanos han mandado un «mensaje de refuezo al gobierno municipal que supone un orgullo pero también una responsabilidad para seguir trabajando».

Sin cortarse con el filo de las papeletas de una convocatoria nacional, ha defendido que este respaldo es un aval para cada una de las iniciativas que ha puesto en marcha el alcalde y sus concejales. Incluso, las ha enumerado. Ha arrimado el ascua del triunfo a su mesa de Alcaldía y ha detallado que el resultado del domingo supone una suerte de aplauso para «la puesta en marcha de los comedores escolares en verano; para las políticas de transparencia; para la inclusión de cláusulas sociales que faciliten el empleo de gaditanos en las obras de la ciudad; para el protocolo antidesahucios que nos piden ayuntamientos y jueces de toda España...». Resulta sorprendente que no se produjeran colas en los colegios electorales gaditanos sin los 21.000 votantes gaditanos de Podemos pensaban en todo eso antes de depositar la papeleta en la urna.

Ha regresadoo dos veces al ajuste de cuentas con Fran González. En una, incluso ha tratado de enfrentar al portavoz socialista con su militancia, en la que tiene grandes oponentes y cuentas pendientes tras el traumático relevo de Marta Meléndez : «La militancia socialista en Cádiz se merece otra cosa. Respeto mucho a los militantes socialistas gaditanos».

En su conclusión política, el alcalde ha resumido que los votantes han elegido «entre dos modelos de hacer política» en la capital gaditana, el suyo y el socialista. Sin mencionar las cifras, las ha dejado en el aire. En números redondos: 21.000 papeletas para Podemos y 14.000 para PSOE. Los socialistas pierden, sólo en la capital gaditana, 6.000 votantes respecto a las elecciones generales del año 2011. Cádiz es la única capital andaluza en la que el PSOE no es primera o segunda fuerza más votada. Era fácil oler la sangre, muy escandalosa y muy visible en términos electorales. Kichi ataca.

A pesar de refregar la victoria o la derrota al PSOE de Cádiz, por incoherente que resulte, el alcalde se ha mostrado dispuesto a retomar la relación de Podemos y PSOE en el Ayuntamient o de San Juan de Dios: «Seguimos con la mano tendida», ha asegurado en referencia al pacto de estabilidad propuesto por el gobierno municipal al grupo socialista , que lo rechaza.

«Estamos dispuestos a trabajar con el PSOE por los gaditanos pero ha quedado de manifiesto que era cierto el titular de un medio de comunicación local [LA VOZ] cuando publicó que la estrategia del PSOE era permitir que gobernase Por Cádiz sí se Puede para luego estrangularlo».