Casino gaditano
Kichi prepara el «asalto» al Casino Gaditano
Empresarios del Centro de Negocios situado en la última planta del edificio, en total estado de abandono, denuncian que el equipo de Gobierno «está actuando como asustaviejas, intentando aburrirnos para que nos vayamos»
Socios del Casino e inversores privados estudian la posibilidad de revocar el convenio de cesión para recuperar la gestión del edificio
El Casino Gaditano , edificio del siglo XVIII situado en la plaza de San Antonio y que a lo largo de su historia ha representado el centro de la vida social y cultural de la ciudad , está perdiendo poco a poco su ... esplendor.
El abandono absoluto del inmueble y la falta de mantenimiento por parte del que ahora es su propietario, el Ayuntamiento de Cádiz, dejan una imagen muy diferente de este singular inmueble que ha sido escenario de infinidad de actos y eventos desde que se fundara la sociedad Casino gaditano en el año 1844.
El inmueble, según catastro, cuenta con 507 metros cuadrados de parcela y 1.935 metros cuadrados construidos y ha contado a lo largo de su historia con varias reformas.
Desde el año 2000 es sede de la Fundación Centro de Estudios Constitucionales 1812 , contando su biblioteca con colecciones de distintos periódicos y revistas españolas y extranjeras de la época, fondos de especial interés gaditano así como una colección de Diarios de Sesiones de Cortes y colección Legislativa de gran importancia y atractivo para los investigadores.
En 2008, con Teófila Martínez como alcaldesa de Cádiz, el edificio pasó a manos municipales tras la firma de un convenio entre el Ayuntamiento y la institución. Por este acuerdo, el Casino Gaditano cedía a la ciudad tanto el inmueble como su amplio y rico patrimonio bibliográfico, documental y mobiliario .
A cambio, el Consistorio se comprometía -según consta en el documento- a colaborar económicamente con el Casino Gaditano para que éste pudiera cancelar los préstamos financieros con cuatro pagos de 216.000 euros. Asimismo, se contempla que los socios de la institución tuvieran derecho a utilizar por un periodo de 25 años los salones de la planta baja del edificio y, por otro lado, el acceso al patio y a los salones situados en la primera planta del inmueble, que son de uso compartido.
Años más tarde, el Consorcio de la Zona Franca de Cádiz llega a un acuerdo con el Ayuntamiento, por el que se hace cargo de la reforma de la segunda planta del edificio para convertirla en un Centro de Negocios, con siete despachos y dos salas de coworking con 16 puestos.
Además, se realiza la reforma en el bar del Casino y se saca a concurso con el objetivo de abrirlo a la sociedad gaditana y ofrecer más vida a este singular espacio, centro de reuniones, tertulias y distintos eventos de carácter social y cultural.
Así, el Casino combina la actividad empresarial, la hostelera y la promoción de la historia y la cultura de Cádiz , teniendo un papel muy relevante durante la celebración del Bicentenario de la Constitución de 1812.
Lleno total
El Centro de Negocios cuenta durante mucho tiempo con una ocupación del 100% de los despachos y de las salas de coworking, con empresas pertenecientes a sectores muy diversos y que van desde actividades relacionadas con el ocio y la hostelería hasta las dedicadas al mundo jurídico y empresarial. Había hasta listas de espera por conseguir un espacio en la última planta de este edificio situado en un lugar estratégico de la capital, en pleno casco histórico.
Zona Franca, que invirtió más de 300.000 euros en las obras de remodelación necesarias para la puesta en marcha del centro, ofrecía a estos empresarios una serie de servicios añadidos que incluían consejería, limpieza, internet, consumo eléctrico y climatización, entre otros. Además, los usuarios podían optar a otros servicios propios del resto de centros de negocios con los que cuenta la Zona Franca.
Aunque todo parecía que iba viento en popa, los problemas comenzaron en el año 2019, cuando el equipo de Gobierno liderado por José María González Santos ‘Kichi’ , se plantea recuperar la gestión ante la culminación del convenio con Zona Franca. Los empresarios comienzan a inquietarse por su futuro ya que no se les garantiza la continuidad de sus contratos.
Desde el pasado 24 de noviembre de 2019, fecha en la que concluye la vinculación del Consorcio con el Casino gaditano, estos empresarios se encuentran en precario y sin contratos de alquiler aunque -según comentan- con un compromiso por parte del equipo de Gobierno y, en concreto, del concejal de Fomento, Carlos Paradas, de su continuidad en el centro.
Cuando está a punto de cumplirse un año desde esta reunión entre Ayuntamiento e inquilinos, éstos no han recibido noticia alguna sobre su situación. De hecho, este espacio que ya pasó a ser gestionado por el Instituto de Fomento, Empleo y Formación (IFEF) se encuentra abandonado a su suerte.
No hay limpieza, ni mantenimiento, ni aire acondicionado y, según denuncian, « el edificio se está deteriorando por días , estando incluso precintada por Bomberos la parte de acceso a la azotea, que está llena de enseres y mobiliario abandonado».
Pasillos sucios, aseos averiados, desconchones en las paredes, extintores caducados desde hace dos años, un ascensor sin funcionar, vigas de madera comidas por las termitas o la acumulación de enseres y basuras en distintos despachos y salas que han quedado vacías; son algunos ejemplos de las condiciones en las que tienen que trabajar estos empresarios.
Muchos de ellos «han terminado marchándose ante la situación de precariedad en la que estamos trabajando», comenta uno de los pocos inquilinos que aún queda en el edificio.
A su juicio, «el Ayuntamiento está actuando como los asustaviejas , tratando de aburrirnos uno a uno para que abandonemos este espacio. Pero nosotros no dejaremos de luchar porque el Centro de Negocios del Casino vuelva a ser lo que era». Recuerda que «había listas de espera para poder acceder a uno de estos despachos que ahora están vacíos y sin actividad , al igual que otros centros para emprendedores que estaban en funcionamiento en la ciudad y que se han cerrado, caso del situado en la calle Isabel la Católica o el de la sede del propio IFEF en la Cuesta de las Calesas».
Proyecto de autogestión
Los inquilinos muestran su indignación ante la pasividad municipal asegurando que «Carlos Paradas nos invitó a presentar ideas y sugerencias para este espacio una vez que se extinguió el convenio con Zona Franca y el Ayuntamiento asumió por completo la gestión del Centro de Negocios». Añade que «no tardamos ni una semana en presentar un proyecto de autogestión de este espacio por parte de varios empresarios que nos asociamos bajo el nombre de Pozo de la Jara pero, tras cerca de un año, no hemos recibido respuesta alguna por parte del Gobierno local».
Insisten en que « lo que quieren es aburrirnos, que nos vayamos de aquí y que esto se quede vacío ».
Apuntan a su vez que no solo hay un compromiso verbal por parte del Ayuntamiento para el mantenimiento de este centro de negocios, «sino que también existe un acuerdo del pleno municipal en el que consta que esta última planta del edificio debe dedicarse a actividad empresarial y a centro de negocios, por lo que esperamos una solución lo antes posible ante esta situación de incertidumbre».
A todos estos problemas, se ha unido la situación de la crisis sanitaria del coronavirus, que ha mantenido cerradas estas instalaciones durante meses y que ahora tan solo están abiertas por la tarde, que es cuando acuden los socios del Casino gaditano.
Los empresarios lograron que se les facilitara una llave para poder acceder, una vez culminado el confinamiento, aunque afirman que «se nos está ocasionando un perjuicio económico ya que, por ejemplo, una persona con problemas de movilidad no puede visitarnos porque no hay ascensor y cada vez que viene un cliente en turno de mañana tenemos que bajar nosotros mismos a abrir y cerrar la puerta». Asimismo, la biblioteca permanece cerrada y el bar está en activo.
Lamentan que el Ayuntamiento «esté dejando morir el Casino» , cuyo futuro está por aclarar. El equipo de Gobierno tan solo se ha limitado a decir que su intención es «reforzar las funciones culturales de este edificio, integrándolo como un espacio de cultura municipal con vida, actividad y dinamismo». Un espacio donde Kichi impondrá su propio modelo cultural y de participación.