Análisis

Kichi, del desaire al Rey a la responsabilidad ante el Covid pasando por el ventorrillo del Chato

El alcalde, envuelto en varias polémicas en una semana en la que dejó plantado al jefe de Estado y demostró que desconoce hasta dónde llega el término gaditano

El alcalde de la ciudad, José María González Santos 'Kichi'. La Voz

Almudena del Campo

José María Gonzaléz Santos ‘Kichi’ , alcalde de todos los gaditanos desde hace más de cinco años, no deja de sorprender y, en esta semana que ahora culmina, ha protagonizado varios episodios que han estado envueltos de polémica ocupando gran parte de la actualidad de la ciudad.

El pasado miércoles, el regidor gaditano hacía un llamamiento a la responsabilidad a la población gaditana ante la tercera ola de la pandemia que llegó a nuestro país hace ya cerca de un año y que está registrando las peores cifras de toda la crisis sanitaria en la capital, hasta el punto de que Cádiz está cerrada de manera perimetral para intentar contener el maldito virus.

Lo sorprendente no es que Kichi haga este llamamiento a sus vecinos y vecinas, como él mismo los llama, sino que lo haga diciendo que desde el Ayuntamiento de Cádiz se apoyarán todas las medidas para prevenir los contagios « pero para todos y todas por igual, sin diferencias de clases ». Pues claro, como debe de ser. Como si este virus eligiera dónde atacar en función de la renta de cada persona.

Además de un comunicado por escrito publicó un video en sus redes sociales, en el que daba este mismo mensaje a la ciudadanía desde el salón de plenos del Ayuntamiento. Eso sí, con mascarilla para dar ejemplo tras la lluvia de críticas que ha recibido tanto él como su equipo por estar en un establecimiento hostelero de la ciudad la pasada Navidad con un grupo de doce personas sin cumplir con las distancias ni con las medidas de seguridad establecidas.

En su mensaje, el alcalde insistía en que «no deben existir privilegios ni clases sociales» y que «no pueden existir ciudadanos de primera y de segunda en una pandemia para el cumplimiento de las normas». Esta reiterada distinción entre ricos y pobres se debía, fundamentalmente, a la decisión de la Junta de Andalucía (gobernada por sus principales adversarios: PP y Ciudadanos) de mantener abierta la estación de esquí de Sierra Nevada y la actividad de la caza en Andalucía.

La obsesión de Kichi y los suyos por el Gobierno andaluz, presidido por el popular Juanma Moreno , llega hasta tal punto que, en este llamamiento a la responsabilidad de la población, lanza afirmaciones tales como que la Junta «criminaliza los espacios de la gente humilde, echan las culpas a la ciudadanía y, al mismo tiempo, blindan los privilegios de los ricos y tienen vía libre quienes vayan de de caza o a esquiar».

El jueves, volvía el escándalo. Kichi -a pesar de estar invitado- no acudió a la visita que el rey Felipe VI hacia a la capital, concretamente al Instituto Hidrográfico. Entre sus argumentos, que no era el momento más adecuado dada la situación en la que nos encontramos por la pandemia y las medidas de seguridad y de distancia, cuando semanas atrás no daba ejemplo de ellas.

Las críticas no se hicieron esperar. Y no solo venían de los grupos de la oposición, que calificaron su actitud de «desprecio» al jefe de Estado, sino de ciudadanos que lamentaban en redes sociales que José María González, más allá de sus ideas y de su confrontación con la monarquía, es alcalde de una ciudad, a la que tiene que representar institucionalmente en este tipo de eventos, por más que le pese.

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