TRIBUNALES

Jenaro Jiménez acepta seis años y medio de prisión

El empresario gaditano acusado de estafa que llegó a fingir su muerte llega a un acuerdo con la fiscalía y las acusaciones particulares

Llegada de Jenaro Jiménez a la Audiencia de Cádiz, este lunes. F.Jiménez

M. Almagro

Tras once años de litigios en los juzgados finalmente el juicio contra Jenaro Jiménez que se iba a celebrar a partir de este lunes en la Audiencia Provincial no se ha oficiado, ya que el empresario ha llegado a un acuerdo de conformidad con la Fiscalía, aceptando los hechos que se le imputan por los que cumplirá seis años y medio de prisión .

La condena, ya firme, es de cuatro años de cárcel por un delito de falsedad documental en concurso medial con estafa continuada, y de dos años y medio por apropiación indebida. El Ministerio Público ha tenido en cuenta el atenuante de la reparación del daño para rebajar su solicitud inicial, que era el doble de la pena impuesta ahora, doce años y medio.

Esta conformidad también se ha producido después de que las acusaciones particulares llegaran a otro pacto extraprocesal por lo que se han desistido en el procedimiento.

Jenaro Jiménez, el empresario que en 2008 llegó a simular su muerte por ahogamiento en el Faro de Trafalgar mientras supuestamente practicaba buceo y después huyó prófugo a Paraguay, llegaba custodiado a la Audiencia para la celebración de la vista desde la prisión de Puerto III, donde lleva un año en preventiva por esta misma causa y donde, también, ha cumplido otros dos años de condena por estafar a su excuñado en otra argucia inmobiliaria.

Las dos acusaciones particulares, sus exsocios en Emblematic House y Casas de Cádiz, ya habían pactado previamente con su letrado un acuerdo extraprocesal del que no se han querido dar detalles. Una circunstancia que sin duda ha sido determinante para que Jenaro vea rebajada su pena de manera considerable. Por otro lado, se analizará si hay una fusión de condenas al haber cumplido dos años ya por hechos derivados de las mismas circunstancias.

Así, el empresario solo ha tenido que ponerse delante del tribunal de la Sección Cuarta para reconocer los hechos y aceptar así la pena que finalmente se le ha impuesto. «Estoy conforme», afirmaba Jenaro a la presidenta de la sala.

También se declaraba insolvente. Además de las multas de las penas (cuantificadas en un período de quince años a razón de seis euros), la responsabilidad civil se impondrá una vez que se dicte la sentencia sin que la suma de las cuantías supere el máximo de lo acordado con Fiscalía. Esto es, 231.809 euros para el Banco Sabadell y 145.000 para Caja Rural, en referencia a los engaños que hizo a las entidades bancarias falsificando documentos para conseguir créditos que taparan su estafa. Además también se le pide dicha responsabilidad civil por el dinero de las señales de pisos que se quedó de particulares. En total esta solicitud suma más de 200.000 euros para hasta seis afectados. Cuantías que quedan en el aire después de que haya solicitado su declaración de insolvencia.

Los hechos reconocidos

Tras idas y venidas en los juzgados, Jenaro Jiménez, ha reconocido este lunes ser autor de los delitos que le llevaron a prisión. En el escrito de acusación, el fiscal resume el ‘modus’ delictivo que tenía para cometer sus engaños. Así explica que «debido a las deudas que iba acumulando, como única manera «de poder engañar a sus socios y continuar con la actividad, se apropiaba de las entradas recibidas en metálico de los compradores de las viviendas de las promociones no ingresándolo en las cuentas de las sociedades». Y a la vez, «para tapar las deudas» que esto generaba, suscribía «numerosos contratos de préstamo» con los bancos.

Para obtener estos préstamos, algunos con garantía hipotecaria, presentaba sus declaraciones de renta y societarios, «alterando sus cifras» –de ahí el delito de falsedad en documento oficial y mercantil–. De esta forma, continúa el fiscal, «simulaba una solvencia que no tenía, obteniendo unas cantidades muy superiores a los que hubiera tenido de haber presentado las cifras de negocio y renta personal que tenía. Según la acusación, de haber presentado las reales declaraciones de la renta y de sociedades, no hubiera conseguido tales préstamos.

Por otra parte el Ministerio Público explica que las cantidades de los préstamos concedidos las utilizaba para fines personales distintos a los que fueron concedidos, ya que estaban ligados a la construcción, siendo algunos créditos de promotor, en los que se iba liberando el crédito conforme se realizaba la construcción.

Más engaños, horas antes de 'morir'

Pero al parecer Jenaro fue consciente del agujero en el que se estaba metiendo, según mantiene la acusación fiscal: «Consciente de que le era imposible hacer frente a la larga a las obligaciones que había contraído; y cuando ya sabía de su insolvencia, dos días antes de su desaparición en una playa, dándose por ahogado, el 13 de abril de 2008, suscribió otro contrato de préstamo con un banco por un importe de 120.000 euros. Incluso llegó a solicitar que se le diera parte de ese dinero pero no lo consiguió.

Estas supuestas argucias delictivas en las que inflaba cifras y falsificaba presuntamente documentos oficiales para conseguir su objetivo, le sirvieron para engañar tanto a sus socios, que no vieron nunca esos beneficios de las ventas, como a las personas que confiaron en el promotor para comprarse un piso. Así ocurrió por ejemplo con Casas de Cádiz con la venta de inmuebles y locales cuyo importe no ingresó en esta sociedad.

Jenaro permanece en la cárcel de Puerto III desde que fue detenido tras una orden de búsqueda y captura internacional en Hungría debido al riesgo de fuga. Antes, en Paraguay, llegó a tener una doble vida donde incluso tuvo mujer e hijo y donde se hacía llamar Álvaro Domecq.

«Un abogado nunca se queda satisfecho con ningún acuerdo porque siempre queda la duda de que si peleas el asunto pueda salir mejor pero la rebaja era considerable y se ha tenido en cuenta», manifestaba el abogado de Jenaro, José María Rosso a la salida. «Hemos logrado una reducción de siete años y medio».

Más información: «Le cogió la crisis de la construcción y a partir de ahí todo se hundió»

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