CÁDIZ
Los jardines de Cádiz, de nadie
El Parque Genovés, Varela, Astilleros y el espacio verde habilitado para canes en uno de los fosos de las Puertas de Tierra son las zonas más deterioradas
Los parques urbanos son pequeños reductos para aparcar el ajetreo de la ciudad, para escapar y evadirse. Dar un paseo entre árboles, disfrutar de la naturaleza, descansar en un banco y poder jugar con los niños lejos del peligro de los coches y del tráfico son algunos de los alicientes que empujan a las personas a refugiarse en estos pulmones verdes. Sin embargo, quien dirija sus pasos hacia el Parque Genovés, en Cádiz , se «meterá en un jardín» muy diferente.
El parque está parcialmente cerrado. La zona más próxima al Parador Hotel Atlántico está totalmente levantada y allí se acumulan los escombros en contenedores y montoneras improvisadas. Es imposible acceder a la zona de ocio infantil y tampoco se puede llegar al drago centenario que se encuentra en esa parte del recinto. En la zona del kiosco, el chiringuito del parque resiste a duras penas con unos estoicos turistas y algunos parroquianos que se atrincheran en las mesas. A su alrededor, el escenario se asemeja a un campo de batalla.
Tras renunciar al instinto de vagabundear entre araucarias y cipreses, el visitante se percata de que sus sentidos deben permanecer alerta sin poder abstraerse escuchando el rumor del agua y contemplando la fuente de los Niños bajo el paraguas porque entre los obstáculos que tiene que sortear hay numerosas tuberías sin soterrar, mangueras que se enroscan en fuentes, zanjas ... Mención especial merece la zona del auditorio José María Pemán que permanece cercada y que oculta un espacio con maleza y jaramagos como únicos espectadores.
Otro punto conflictivo es el aspecto del centenario árbol de Metrosidero, una especie proveniente de Nueva Zelanda y que es «el más importante que se localiza en Europa». El ejemplar, que tuvo que apuntalarse hace un par de años, tiene una de sus robustas ramas inferiores talada y en su interior algún incívico ha colocado -a modo de regalo navideño- naranjas y desperdicios.
«Pasear por el Parque Genovés es hacerlo por un auténtico jardín botánico en el centro de la ciudad, un lugar de esparcimiento donde disfrutar de más de un centenar de especies de árboles y arbustos», indica un panel explicativo. Un anuncio que choca con la realidad y con la declaración del Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz que incluye este parque junto con la Plaza de la Candelaria, la Alameda de Apodaca, Paseo Carlos III, y la Plaza de Mina como uno de los cinco jardines de Interés Cultural ubicados en Cádiz .
No todas las zonas están igual de deterioradas. Un recorrido por la Plaza de Mina y la Alameda de Apodaca revela que estos espacios están cuidados, baldeados con asiduidad y con un buen mantenimiento. Aunque algunos recovecos de los jardines de Canalejas cobijan las pertenencias varias personas sin hogar y hay arquetas desniveladas, y alcorques mal acabados el aspecto general es correcto: los árboles y arbustos están podados, las fuentes limpias y la basura recogida.
Excrementos
En extramuros, no hay casos tan flagrantes como el del Parque Genovés pero si están descuidados Varela, Astilleros y la zona verde habilitada para canes en uno de los fosos de Puertas de Tierra donde la falta de baldeo y desinfección hace perceptible el olor a orín. Uno de los aspectos que más daña la imagen de las ciudades y contra el que es más complicado luchar es el vinculado con los excrementos . Por un lado, están los derivados de las palomas que parece que en los últimos meses «están proliferando a expensas de personas que se dedican a alimentarlas y porque no se ponen medidas para controlar su población», explica Juan Luis Bernal.
La asociación de vecinos de Muñoz Arenillas ya ha recibido varias quejas de comerciantes y vecinos de la zona y «algunos incluso han optado por fregar las aceras a título particular».
Por otro lado, están las deposiciones de los perros. En más ocasiones de las que deberían, los excrementos son abandonados por los propietarios que adquieren una mascotas pero se desentienden de las responsabilidades que los animales acarrean. En este sentido, algunos de los vecinos del distrito lamentan que el Ayuntamiento de Cádiz no ponga más interés en perseguir a los infractores y en el mantenimiento de las zonas de juego de los más pequeños. «Los parques son de todos».
FOTOS: ABANDONO DE LOS PARQUES Y JARDINES EN CÁDIZ
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