SALUD
Ganar el pulso a la mente
Lourdes Lospitao superó el Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) con la biodanza
Lourdes Lospitao (Don Benito, Badajoz, 1970) estudió Derecho. Durante los años de universidad tuvo fuertes dolores de cabeza, dificultades para la concentración y, a veces, una conducta agresiva. El médico lo atribuía a los típicos nervios de los exámenes. Cuando terminó sus estudios abrió un despacho de abogados en Madrid. Se especializó en el sector de la construcción en una época favorable para el ladrillo.
Unos años después, los síntomas se agravaron. Se le empezó a caer el pelo, se le retiró la regla, cayó en depresión «y mi obsesión era que quería morirme». Cuando llegó al punto de que ya no podía ni leer tuvo que cerrar el bufete. «Me quedé sin mi principal herramienta de trabajo, la mente».
Antes estuvo varios años de médico en médico, de diagnóstico en diagnóstico y de tratamiento en tratamiento. Hipertiroidismo, depresión… Todos fallidos. En 2002 empezó con antidepresivos que los médicos le cambiaban cada cierto tiempo tratando de ajustarse a su evolución. Pero no mejoraba «hasta que un día me dijeron que tenía Trastorno Límite de la Personalidad (TLP), que no podría cuidar de mi hija, que mi vida estaba perdida y que me pidiera la minusvalía».
Así explicaba Lourdes Lopitao su experiencia personal hace unos días en Cádiz en el transcurso de una conferencia que ofreció en la asociación de Familiares de Enfermos Mentales (FAEM), para hablar de TLP y su caso particular tras haber superado la enfermedad.
Las personas con TLP presentan inestabilidad en la identidad, en las emociones y en las relaciones. Suelen padecer depresión, ansiedad y dependencia emocional. Algunos de los síntomas más característicos son un fuerte sentimiento de abandono ; alteración de la identidad; autolesiones físicas y comportamientos suicidas; impulsividad; emociones muy cambiantes en corto espacio de tiempo; sentimiento crónico de vacío y ataques de ira.
Es un cuadro sintomático bastante desconocido para la población pero muy común en la atención sanitaria de Salud Mental. Los últimos datos oficiales recogidos en el documento técnico ‘Trastorno Límite de la Personalidad en Andalucía’, elaborado por psiquiatras y psicólogos del SAS, en 2010 se registraron en la comunidad autónoma 914 ingresos por TLP en unidades hospitalarias de salud mental.
Cuando a Lourdes le dijeron que tenía TLP -recuerda- «se me cayó el mundo encima pero no men creí en ningún momento las etiquetas de enferma que me pusieron el sistema de salud y la sociedad. porque yo no era una enferma, lo que me sucedía es que tenía el sistema nervioso desregulado ». Tras ese diagnóstico definitivo comenzó la terapia que establece el sistema de salud. Notó que iba a peor y tomó la decisión de dejar la medicación, la terapia y buscar otros caminos para superar el TLP.
Para superar la enfermedad (para regular su sistema nervioso), esta extremeña estuvo buscando otras vías alternativas. En 2011 comenzó una serie de terapias en las que, «por primera vez, no me trataban como a una enferma».
Esta reformulación en la manera de abordar el TLP se centraba en tres terapias fundamentadas en las artes y las ciencias: la Codependencia y la Sanación del Niño Interior; la Experiencia Somática y la Biodanza . «Lo más importante fue sentir que no era una enferma de por vida, sino que lo que me sucedía es que tenía un sistema nervioso desregulado a causa de experiencias traumáticas», destaca.
Durante tres años de terapia se volcó en averiguar, aceptar y trabajar numerosos aspectos emocionales, fisiológicos y psicológicos asociados a sus síntomas. El objetivo principal de la terapia era identificar el origen, «saber de dónde vienen esos síntomas y por qué». Desde el autoconocimiento, Lourdes aprendió a localizar y desenredar traumas, heridas, respuestas y emociones.
Afirma que la biodanza le salvó la vida: «Pasé de estar muerta en vida a empezar a sentirme viva». Esta técnica integra la actividad física con la emocional y fue la que le abrió la puerta para superar el TLP y llevar una vida normal. «La biodanza no te sana porque sí, pero en mi caso ha sido fundamental».
Lospitao aboga por la implantación de otros tratamientos alternativos en el sistema de salud mental «que ahora ya empiezan a seguir algunos psiquiatras y psicólogos en España» y por un cambio de enfoque «que comienza por no poner etiquetas a las personas ».
Como ejemplo expone su caso: «Cuando te diagnostican TLP lo primero que te dicen es que ya no vas a ser capaz de hacer un montón de cosas, que es una enfermedad de por vida y que te vayas haciendo a la idea. En mi opinión eso no es más que una etiqueta».
Después de tres años de terapias alternativas, muchos de sus síntomas desaparecieron y otros se suavizaron hasta minimizarse. Había ganado el caso más difícil de su vida, y sin toga. En la actualidad, su sistema nervioso está «regulado» y lleva una vida normal. Con otras palabras, venció al TLP.
Si su vida se llevase al cine, al final de la película una voz en off relataría que Lourdes colgó definitivamente la toga. En la actualidad trabaja en un restaurante y es terapeuta y facilitadora de Biodanza. Se dedica a compartir su experiencia participando en charlas y conferencias.
Recientemente su trabajo audiovisual ‘El camino a mi esencia’ (donde plasma cómo la biodanza le ayudó) ha sido incluido en el catálogo del I Congreso y Certamen de Expresión Artística y Salud Mental de España.
A sus 46 años, vive feliz con su hija Roma, de quién los médicos le dijeron un día que no podría cuidar.