Un gaditano en los atentados de San Petersburgo: «Esto es la lotería del diablo»

Paseaba por Madrid aquel fatídico 11 de marzo ; trabajaba en Londres cuando tres bombas explotaron en el 'tube' ; y ahora ha vivido en primera persona el brutal atentado terrorista en el metro de San Petersburgo que ha costado la vida a 14 personas y deja un reguero de 50 heridos. Aún así, Sergio García, gaditano afincado en Rusia, profesor de español en tierra eslava, asegura que le sorprende, que nunca podía esperar esto. «Porque no puedes vivir pensando en que te puede ocurrir esto en cualquier momento. Porque cojo el metro todos los días y atravieso esa parada cuatro o cinco veces cada jornada. Esto es la lotería del diablo y puede pasar en cualquier sitio, pero nunca piensas que te puede tocar a ti».

Sergio palpa como late el corazón de la preciosa y antigua morada de los zares, la exsoviética Leningrado, «una ciudad diferente, con un encanto especial. Sus habitantes (más de cinco millones) la quieren mucho, es como si atacan a su madre, y por eso se respira miedo, nerviosismo, pero sobre todo tristeza . Estos rostros reflejan mucha tristeza».

Y sí, el primer sentimiento, instinto de supervivencia, es de pavor. «Hoy, como todos los días, tenía que coger el metro pero he preferido ir al trabajo en autobús. Vi muchas fotos impactantes y no me apetecía pasar por allí, aunque sé que tendré que volver. Esta ciudad no puede vivir de espaldas al metro, asentada en la paranoia».

Ese es el miedo que desean infundir los terroristas, es su objetivo: « Si lo hubieran hecho a otra hora, esto habría sido una carnicería. De 500 a mil muertos . La intención no es tanto matar como meter miedo». Este gaditano se sorprendía a primera hora de la mañana por la extrema seguridad a las puertas del Metro. «Había un control policial tremendo, buscando pruebas químicas en las manos y parando a muchos de los transeúntes. La inteligencia del país estaba alerta, sabía que algo iba a pasar».

Esta lotería del diablo no le tocó en desgracia, ni a él ni a ningún conocido. Sergio ya se ha 'rusificado' tras siete años en San Petersburgo y después de pasar por Inglaterra y Bulgaria «porque un profesor de español, en España, no tiene demasiado futuro». Con su mujer Lidia acaba de tener un bebé. La pareja teme la respuesta de Rusia a este atentado. «Ahora van a sufrir los emigrantes, que hay muchos . No hablo por mí, pues un español aquí no tiene problema. Pero hay muchos ciudadanos de Tayikistán, Uzbekistán, Kirguizistán (el principal sospechoso es precisamente originario de esta tierra), con rasgos diferenciados, y mientras a mí la policía nunca me ha parado para pedirme la identificación, sé que con ellos lo hacen con frecuencia». Y a nivel internacional, «Vladimir Putin es un personaje el cual es mejor no meterse mucho con él».

El miedo pasará, el nerviosismo se calmará, y la tristeza irá menguando aunque con mayor dificultad. «Yo no cambiaré mis hábitos, no quiero y además tampoco puedo». En esta lotería, Sergio no tiene más papeletas que las de seguir viviendo . Y esas son las suficientes.