REPORTAJE

El Embajador mexicano que mece historias

La experiencia y el aprendizaje se dan la mano entre la tripulación del ‘Cuauhtémoc’

En los buques de instrucción como el mexicano se une la veteranía con la juventud de los inicios en la carrera militar

El subteniente Miguel Ángel Yepez (a la izquierda) y el cadete Alexis Calvo Chan en el ‘Cuauhtémoc’ F. JIMÉNEZ

MARÍA ALMAGRO

Entre sus noventa metros y medio de eslora y doce de manga, el ‘Cuauhtémoc’ mece cientos de historias. Las lleva y trae de su país, México, las acuna para verlas crecer junto a él en el mar y las siente como propias. El subteniente Miguel Ángel Yepez recuerda cuando nació la suya. Fue en 1994. En Veracruz. «Cuando lo vi me impresionó. Ahora este barco es mi vida ». Lleva en la Armada 26 años y 18 de ellos los ha vivido a bordo del que se conoce como ‘El Embajador y Caballero de los Mares’. Comenzó de cabo y ahora es Jefe de la División de Carpintería.

«Más de lo que he hecho en la Armada lo he dado en este barco», cuenta. «He navegado en el ‘Cuauhtémoc’ por los cinco continentes y cada viaje ha sido un reto». Y siempre con el mismo objetivo:«ser los mejores». Él es uno de los responsables de que ‘El Embajador’ se mantenga como el primer día. «He renovado toda la madera de cubierta. Luce impecable». Su entrega ha tenido recompensa:«Le he dado mucho pero él me ha devuelto la profesionalidad, el compañerismo, la cultura de mundo, y por supuesto, el poder vivir mejor». Aunque también se ha cobrado algún sacrificio. Los propios de un marinero:la lejanía, la soledad, la ausencia... «Estar lejos de la familia es siempre lo más difícil. Si lo sobrellevan, te entienden y valoran, no hay problema. Lo complicado es que tu mujer convierta en hábito el que no estés y que cuando regreses seas un extraño en tu propia casa».

También se encaran otro tipo de peligros. Los de la mar. «Me acuerdo una travesía por Japón en el 97. Hubo un temblor y el barco brincó como si fuera una moneda que tiras de canto al agua. ¡Todavía no me explico cómo aguantó!».

Dos caras de una misma moneda

Pero a pesar de asumir estos riesgos , el experimentado marinero comprende que las dos caras de la moneda forman parte de su diario de a bordo. Ahora, con dos hijos de 23 y 21 años, espera su regreso a Veracruz para reunirse con ellos. Pero, hasta que llegue ese día, el trabajo de un tripulante de uno de los buques de instrucción más importantes de América no para. Tras salir de su país embarcados en el crucero ‘Ibero-Atlántico 2016’ y tras pasar por Panamá, Colombia, Cuba, Estados Unidos, Canadá, Alemania o Portugal, entre otros lugares, han llegado a España, a Cádiz.«Me fascina esta tierra. Sois muy parecidos a nosotros». Lo dice con seguridad. Esta es la quinta vez que recala con el barco mexicano en el Muelle.

Al lado del subteniente Yepez se encuentra Alexis Calvo Chan. Lo escucha atentamente, absorbiendo cada una de sus palabras. A sus 20 años es la primera travesía que hace por ser ya un cadete de quinto año del Cuerpo General. Cuenta que decidió dedicar su vida a la Infantería de Marina porque es «una carrera muy completa en la que aprendes muchas cosas». Tras pasar la especialización y los cursos de formación ahora exprime cada minuto durante la navegación. «Por el día recibimos clases y en las guardias ayudamos en las maniobras. En los libros te enseñan pero aquí es realmente donde puedes poner todo eso en práctica». Para Chan uno de los principales regalos que le brinda el ‘Cuauhtémoc’ es «aprender a aprender y dejarte ayudar». Como destaca, la relación profesional que se vive entre los 254 tripulantes del buque se basa «en la confianza y el respeto».

El joven cadete habla mientras sus compañeros toman un descanso y se avisa a la guardia de que ocupen sus puestos. «En la Armada todo te cambia. Te metes de lleno en lo militar y eso en sí mismo ya es una forma de vida. Cuando vuelves con tus amigos de siempre, los de tu edad, ya has cambiado. No eres el mismo. Pero bueno... aquí encuentras experiencias y lazos únicos que en otros lados no podrías tener».

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios