Educación
Directores de colegios e institutos de Cádiz alzan la voz ante «la falta de recursos» para una vuelta segura a las aulas
La educación pública alza la voz contra las instrucciones dictadas por la Junta de Andalucía para evitar el Covid-19 en la vuelta a clase
Preocupados, indignados y desamparados. Así se encuentran los directores tanto de los colegios como de los institutos públicos de la capital gaditana tras intentar aplicar las directrices de la Junta de Andalucía para garantizar un curso sin coronavirus a partir del próximo mes de septiembre. La normativa dada a conocer por las autoridades el pasado 6 de julio ha despertado un movimiento generalizado de crítica por parte de todos los equipos directivos de los centros de Educación Infantil, Primaria y Secundaria en una unión sin antecedentes en el marco de la educación pública.
En esta ocasión, los responsables educativos han rehusado a mantener el habitual silencio administrativo para lanzar un mensaje de alerta tanto a las familias como a la propia Delegación Provincial de Educación de Cádiz, al considerar inviables las medidas impuestas con los recursos que cuentan en la actualidad.
Los directores tanto de los institutos como de los colegios públicos han hecho sendos comunicados en los que coinciden en señalar «la falta de recursos» para una vuelta segura a las aulas . En este sentido, detalan numerosos aspectos que ponen de relieve unas carencias que parecen difíciles de subsanar en el mes y medio que resta para volver a abrir las puertas al alumnado.
El documento que han hecho llegar los responsables de los centros al delegado pone de relieve su malestar con las directrices de la Consejería y deja clara su incapacidad para actuar. «Difícilmente podemos llevar a cabo las últimas instrucciones recibidas sin el compromiso serio, el asesoramiento adecuado y la dotación de recursos humanos y materiales necesarios por parte de la Administración Educativa», recoge la misiva, donde de forma explícita alertan de su preocupación. «La preocupación ahora es mucho mayor ya que la ocupación de los centros a partir del 15 de septiembre será completa, con todo el alumnado y el personal incorporados y teniendo que establecer unos mecanismos y procedimientos que garanticen que el centro es un lugar de trabajo seguro».
En este sentido, subrayan las dificultades para garantizar un distanciamiento social entre los alumnos en las circunstancias actuales, con ratios que en algunos niveles de enseñanza superan los 30 alumnos por clase. Asimismo, señalan ls dificultades para mantener las distancias en los recreos, ya que hay centros que no tienen espacios para dar cabida al alumnado manteniendo estas normas.
«En consecuencia, vamos abocados a unas aulas en buena parte saturadas (de hasta 33 alumnos en Secundaria y Ciclos, 38 en Bachillerato), de tamaño reducido y en las que tendremos que conseguir a toda costa que el alumnado y profesorado permanezca cubierto con mascarilla durante toda la jornada escolar, pues será imposible mantener la distancia mínima de seguridad de 1,5 metros que establecen las instrucciones. Esta es la realidad que podemos visualizar, y no los llamados grupos de convivencia escolar recomendados en la citada instrucción, pues a poco que se conozca la organización de un centro de Secundaria, se sabrá que tales grupos son imposibles de organizar en unas clases que no pueden ser bloques homogéneos. Debido a la optatividad en estas enseñanzas, más del 50% del horario escolar, el alumnado de distintas unidades de un mismo nivel se verán obligados a mezclarse y compartir espacios comunes», apuntan.
También señalan problemas para mantener tanto la higiene como la limpieza que recoge el documento de la Junta de Andalucía con las medidas anticovid. En este sentido, denuncian que las plantillas tanto de limpieza como de coserjes son insuficientes para cumplir con requisitos que pasan por reforzar estas labores. «El equipo de limpieza es muy reducido o inexistente en algunos centros, en ocasiones formado por una única persona, y con un personal de contrata que comienza sus servicios el mismo día 15 de septiembre de 2020», destacan los directores.
Por último, los equipos directivos han mostrado su malestar con la autonomía que otorga la normativa a los centros. «Ni podemos, ni debemos asumir la responsabilidad de dicha apertura tal y como se nos insta en las instrucciones. Podríamos hablar de autonomía de los centros si las direcciones tuvieran la capacidad, no solo competencial sino también económica, de contratación de más personal. Mientras que no sea así, y lejos de ser autónomos, somos dependientes de los recursos humanos y materiales que se nos asignan desde la Consejería de Educación», aclaran de cara a posibles responsabilidades en un futuro.
Ante esta situación, los directores reclaman a la Delegación la ampliación del número de ordenanzas, personal de limpieza, personal administrativo y personal docente, así como la supervisión de los protocolos de los centros por parte de Unidades de Prevención de Riesgos Laborales. También solicitan ayuda para garantizar la seguridad de los alumnos en distintos espacios y momentos de la jornada, así como la posibilidad de flexibilizar la jornada lectiva con la posibilidad de una asistencia rotatoria a clase.
«Son varias las funciones que hemos tenido que asumir las direcciones de los centros en los últimos años y que se escapan de nuestras competencias, pero la aprobación de un plan de contingencia de la que depende la salud de miles de personas no puede ni debe ser una más de estas funciones asumidas·, responden al delegado de Educación en el documento.
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