Fuerzas Armadas

‘La Cortadura’, la curiosa «joya de la corona» en Cádiz de las residencias militares

En este lugar de descanso para el personal de las Fuerzas Armadas, que en pandemia se preparó como posible hospital de campaña, incluso ensayan agrupaciones de carnaval

Fachada principal de la Residencia Militar 'La Cortadura'. Antonio Vázquez

Verónica Sánchez

«Buenos días, ¿puede dejarme su Tarjeta de Identificación Militar?», pregunta Quini, la recepcionista. Al otro lado de la pantalla transparente Pedro saca la documentación de la cartera. Su mujer, Estefanía, junto a él, mueve el carrito en el que sonríe plácidamente Enola, de cuatro meses. Enola llegó al mundo cuando su padre estaba en Líbano participando en una misión internacional . Militar del Ejército de Tierra, está destinado en Zaragoza y, al regresar del extranjero, la familia ha decidido aprovechar las vacaciones. «Buscamos sol, playa, desconexión y descanso y este lugar nos pareció perfecto», dice Estefanía.

En efecto, el objetivo de la gaditana Residencia Militar ‘La Cortadura’ es el descanso vacacional del personal perteneciente a las Fuerzas Armadas . Su enclave privilegiado, en primera línea de playa, hace que sea una de las ‘joyas de la corona’ de este tipo de alojamientos en toda España.

En ‘La Cortadura’, aunque es una Residencia Militar perteneciente al Ejército de Tierra, se puede alojar todo el personal de las Fuerzas Armadas (Ejército del Aire, Armada, Guardia Civil, Cuerpos Comunes, personal laboral y funcionarios del Ministerio de Defensa), así como militares extranjeros (previa autorización de la Dirección de Asistencia al Personal). La primera prioridad recae en los militares del Ejército de Tierra que se encuentran en activo, con independencia de su graduación (o empleo, en jerga castrense).

De forma excepcional, se puede alojar en ella personal que no pertenezca al Ministerio de Defensa. Por ejemplo, durante la pandemia esta residencia albergó a efectivos del Cuerpo Nacional de la Policía que realizaban cometidos en la lucha contra el covid . O también, en caso de accidentes graves, ha servido para hospedar a familiares de las víctimas.

Esta residencia militar distribuye en sus cinco plantas 118 habitaciones (75 dobles, 25 de matrimonio, 13 individuales, dos adaptadas para minusválidos y otras tantas triples) las cuales tienen un alto grado de ocupación prácticamente todo el año, principalmente durante la época estival, Semana Santa, puentes y fines de semana.

Completo seguro

«El perfil del huésped varía sustancialmente dependiendo de la época del año», declara el coronel director de la residencia, Javier Montes . Los meses de julio y agosto son los preferidos por el personal en activo con sus parejas e hijos, y los de junio y septiembre hay una mayor afluencia de militares en reserva o retirados. El resto del año no sigue un patrón fijo.

Y la residencia, a la que podríamos equiparar con un hotel de tres estrellas , orienta su oferta de servicios en función del tipo de sus huéspedes. Actividades tipo voley-playa, pádel y karaoke para julio y agosto y aquagym, petanca y paseos por la playa en septiembre.

Los precios son algo más asequibles que los de un hotel de similar categoría , orientado al poder adquisitivo del personal de las Fuerzas Armadas. Durante la temporada alta (del 15 de junio al 15 de septiembre), la asignación a las familias es quincenal y por sorteo debido a la elevada cantidad de peticiones. Fuera de dicho periodo no hay limitación en cuanto al número de pernoctas y la asignación es por riguroso orden de petición, teniendo siempre en cuenta las prioridades establecidas por la Dirección de Asistencia al Personal, comunes a todas las Residencias de España.

Esta Semana Santa la Residencia Militar ‘La Cortadura’ tendrá un 100% de ocupación . De hecho, desde el pasado verano, no hay un fin de semana ni un puente que no haya estado al completo. El número de pernoctas anuales en ‘La Cortadura’ antes de la pandemia solía ser de unas 55.000, sobre las 80.000 que sería su máximo si todos los días estuviese al completo, es decir aproximadamente un 70% del total de ocupación. Y, si bien es cierto que en 2020, el año en el que golpeó más fuerte la pandemia, la ocupación disminuyó hasta las 20.000 pernoctas, también lo es que en 2021 se recuperó hasta las 35.000 y que este año la previsión es que haya mejores datos que antes de la pandemia . Tanto es así que este pasado mes de febrero, aun con media planta de habitaciones en reformas, tuvieron 2.500 pernoctas, 500 más que en el mismo mes de 2019. «El perfil de nuestro cliente de ahora es personal de las Fuerzas Armadas que está apostando por el turismo nacional y las residencias militares», afirma el director.

Reforma y modernización

Para tener todo a punto de cara a la temporada estival, actualmente en la Residencia Militar ‘La Cortadura’ se están realizando una serie de importantes trabajos que van desde la reforma de la recepción, del hall de entrada, el comedor y las habitaciones, hasta el cambio del ascensor . Su cercanía al mar, con el óxido como principal enemigo, y su antigüedad, ya que acaba de cumplir 44 años, hacen que haya que afrontar constantes tareas de mantenimiento. «Entre los objetivos que nos hemos marcado está que el usuario no identifique la residencia como un establecimiento militar más a los que está habituado durante el trabajo, sino más bien con un lugar confortable, adaptado a los nuevos tiempos, donde poder descansar y desconectar», asegura el coronel Montes.

Para tal cometido, además del personal del hotel, se ha contratado a empresas de la provincia, por lo que este alojamiento es también fuente de empleo e inyección de economía para Cádiz . Actualmente ‘La Cortadura’ tiene 30 empleados civiles, personal laboral del Ministerio de Defensa, y siete militares destinados . Además, cuenta con los trabajadores de las subcontratas de limpieza y del servicio de restauración . No obstante, aunque se incremente el número de huéspedes, no lo hace el de trabajadores, «tendremos que volcarnos más, no pasa nada», dice el coronel.

Al igual que el resto de establecimientos de hostelería y restauración, esta residencia militar se ha tenido que adaptar a las medidas sanitarias y los protocolos derivados de la pandemia. «Exigimos certificado covid, mascarilla en zonas comunes y hemos extremado las medidas higiene, entre otras cosas», explica el coronel Montes. Además, señala, hasta el pasado año han tenido el 20% de habitaciones sin ocupar para que, en el caso de que personal alojado diese positivo o hubiese tenido contacto estrecho con un caso covid, poder hacer allí la cuarentena .

‘La Cortadura’ también ofrece sus instalaciones y servicios a los gaditanos. Tanto es así, que por allí han pasado muchas agrupaciones, desde la comparsa de Tino Tovar hasta el coro de Julio Pardo, que han ensayado en este espectacular enclave. En la actualidad, el cuarteto de Ángel Gago ensaya en la residencia militar , así como una agrupación infantil y otra juvenil. «Lo único que les pedimos a cambio, si quieren (que nunca ponen pegas), es que nos hagan una actuación en verano para que los usuarios puedan deleitarse con sus letras y conocer uno de los mayores atractivos de Cádiz, que es el carnaval», puntualiza el director.

De izquierda a derecha: Marcos, Quini, Francisco, Meme y Alberto, trabajadores de la residencia militar. A.V.

«Yo aquí me jubilo»

Aunque hace años trabajaban en la Residencia Militar ‘La Cortadura’ más de 80 personas, en la actualidad su plantilla la componen una treintena de civiles, en su inmensa mayoría de San Fernando y Cádiz capital. El servicio de limpieza y el de restauración está externalizado, también la jardinería o el mantenimiento de la caldera y las placas solares. «Esto necesitaba un cambio y las obras de renovación en las que estamos inmersos nos van a venir muy bien . Estamos muy contentos porque repercutirá positivamente en nuestros clientes y eso es lo que queremos nosotros, que los usuarios estén agusto», declara desde detrás de la barra de la cafetería Sonia, que lleva 15 años trabajando en la residencia .

La mitad de los que lleva Marcos, el encargado de mantenimiento de ‘La Cortadura’, que destaca que la mayoría de huéspedes son del centro de España , muchos de ellos de Madrid, que vienen por primera vez y luego repiten. «Les encanta la playa, el enclave de este sitio, y la personalidad de los gaditanos y de los trabajadores de la residencia». A Marcos no le falta el trabajo, al mantenimiento propio de un hotel se le suma que el salitre castiga fuertemente los materiales de construcción, por lo que es necesaria una constante renovación y cuidado.

En la lavandería, Meme de la Flor recuerda los buenos ratos pasados con sus compañeros en los 32 años que lleva en la residencia. Ella antes era una de las limpiadoras y ahora, además de la lavandería, hace las veces de gobernanta cuando «mi gobernanta, Lola Mascaró, está libre». «Yo aquí me jubilo. Estoy de lujo» , asegura.

También se jubilará allí, no tiene claro si el año que viene o el siguiente, Alberto , que habla con este periódico desde su puesto en la administración de la residencia . Lleva la contabilidad de este alojamiento militar y aunque está contento con su trabajo y con sus jefes, que cambian constantemente, ya que cada cuatro años hay relevo de coronel director, afirma que « el poder adquisitivo de los trabajadores de Defensa es el menor de los de la Administración . Yo llevo aquí 38 años y cobro 1300 euros». Mientras nos habla de su nieto, que nació en noviembre de 2020, en plena pandemia y de su consuegra, fallecida por covid, también recuerda buenos momentos pasados, como las comuniones de sus hijos, «todas las celebramos aquí».

Entonces poco podían imaginar que esta residencia iba a llegar a prepararse como posible hospital de campaña si hubiese sido necesario durante la pandemia o que iba a albergar en la misma a un contingente de soldados que tenía que desplegar en Irak y realizaron allí su cuarentena , como explica el soldado Francisco Tirve , destinado en ‘La Cortadura’ desde 2012 y encargado de la facturación de las reservas.

Volvemos a la recepción, Quini explica a Pedro y Estefanía algunos detalles de su reserva. Lleva siendo la primera sonrisa que ven los huéspedes al llegar a la residencia desde 1997, antes estuvo 11 años de limpiadora aquí, pero estudió para las oposiciones y obtuvo la plaza en recepción. «Las obras son aburridas pero necesarias», dice mirando a los trabajadores reformar todo el hall. ‘La Cortadura’ se prepara para el verano 2022 pensando en llegar al medio siglo más joven que nunca.

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