Entrevista
«La Constitución de 1812 encendió una luz que aún sigue alumbrando»
Elvira Roca Barea, autora de uno de los mayores ‘best seller’ de los últimos años, recibe el ‘Premio 1812’ del Club Liberal cuando se cumplen 210 años de la Constitución

La historiadora, investigadora, escritora y profesora Elvira Roca Barea vuelve a Cádiz para recoger el ‘Premio 1812’ del Club Liberal 1812 con motivo de la conmemoración del 210 aniversario de la Constitución que vio la luz en la capital gaditana. Ha trabajado para el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y ha enseñado en la Universidad de Harvard y desde hace años ejerce como profesora de instituto.
Malagueña de nacimiento, vivió durante un tiempo en Cádiz, donde trabajó en el IES Drago, confesándose una apasionada de nuestra ciudad. Es Autora, entre otros, de ‘Imperiofobia y leyenda negra: Roma, Rusia, Estados Unidos y el Imperio español’ , el ensayo histórico más vendido de los últimos años.
¿Qué significa para usted este premio?
Lo recibo con muchísima gratitud y cariño. La Constitución de Cádiz representa un momento de lucidez en una situación muy difícil. Aunque se frustrara, abrió un camino y encendió una luz que ha continuado alumbrando a lo largo del tiempo y hasta el día de hoy con asuntos tan importantes como el respeto por las leyes fundamentales o la idea del pacto constitucional. A pesar de su nacimiento tan peculiar, en una ciudad sitiada, reúne una serie de elementos muy positivos no solo por su valor simbólico sino por sus enseñanzas prácticas, que han sido muy útiles en la historia de España.
¿Qué repercusión tuvo nuestra primera Constitución en América?
Realmente, el desarrollo de la idea constitucional, del pensamiento legal. Ha sido madre de otras constituciones tanto en América como en España. También tuvo un efecto negativo ya que alertó a muchas oligarquías muy reaccionarias y muy contrarias a esta evolución política, que se levantaron en contra de la Constitución de Cádiz. Nos guste o no, los movimientos de independencia fueron promovidos, aunque no siempre, por oligarquías que rechazaban el desarrollo de un proceso constitucional.
Es autora de uno de los ensayos más vendidos de los últimos años, donde habla de la leyenda negra sobre España. Esta obra ¿abre los ojos al lector sobre la historia real de nuestro país?
El estudio sobre la leyenda negra lleva ya mucho tiempo aunque desafortunadamente con pocos aportes de autores españoles y muchos más de autores extranjeros, que son los que han mantenido este tema históricamente abierto. Se hace necesario comprender ese fenómeno de deformación que esa leyenda negra ha producido. Una unidad política que se transforma en algo muy poderoso genera una gran contestación a su alrededor y los conflictos de intereses existen siempre. Esto, sumado a las guerras de religión, enconan aún más la respuesta en contra de una hegemonía tan planetaria. La historia de Europa tenía poca proyección exterior y la hegemonía de España coincide con la proyección extracontinental. Quien le pone nombre a la leyenda negra es un español, Julián Juderías, y a partir de ahí hay muy poco interés en España. No hay prácticamente publicaciones sobre este tema. El siglo XVIII sigue teniendo un gigantesco agujero negro historiográfico.
Trasladada a nuestros días… esa leyenda negra ¿sería lo que ahora se llaman ‘Fake news’, que tan difíciles son a veces de desmontar?
La manipulación de la información ha existido siempre. No es nada nuevo. Ahora lo que hay es una capacidad de reproducción que no existía antes. Lo que ocurre con la leyenda negra es que es un argumentario que se transforma en una herramienta política que se utiliza con fines muy diversos y por eso no ha muerto a lo largo del tiempo. La izquierda americana la usa y lo estamos viendo en López Obrador. El franquismo, aunque de otra forma, la utilizó y las tendencias cantonales independentistas regionales en España, también. Sigue siendo una herramienta y por eso no se muere. El problema está en que una generación detrás de otra hereda una visión de la historia totalmente deformada que afecta no solo a nuestro país sino a la comunidad hispana. Esto genera una serie de fenómenos de dependencia del exterior ya que hay un rechazo de lo propio que se considera impuro, miserable, cutre, de mala calidad o cuando no directamente demoniaco o malvado. Eso ha impedido haber podido articular instrumentos de cooperación en beneficio propio haciendo políticamente débiles a estas naciones.
«Espero que Cádiz consiga ser sede del Congreso de la Lengua ya que cuenta con todos los avales suficientes»
¿Cree que una mentira contada muchas veces termina convirtiéndose en verdad? ¿Cómo se puede combatir?
Absolutamente. Es una realidad como un templo. Mientras se procede a ocupar el espacio de la opinión pública con esa mentira, no se saben las cosas que son verdad. Para combatirla, pues yo he encontrado mi manera. No sé qué puede hacer cada uno en su capacidad. Hay un efecto que consiste en que se genera una corriente que se instala y sigue durando por su propia inercia. Simple y llanamente porque nadie lo cuestiona.
¿Sigue en vigor la hispanofobia hoy en día en España, un país muy polarizado y donde ser patriota se mira mal desde muchos sectores?
Lo que ha sucedido es que conforme los regionalismos cantorales se han ido haciendo fuertes, esa idea de la España como prisión de naciones cautivas, con el argumentario de la leyenda negra, ha ido creciendo en intensidad y en vigor. Además, se ha producido ese fenómeno extraño de intentar igualar la España constitucional con el franquismo y el franquismo con Felipe II haciendo unas semejanzas disparatadas pero que últimamente están funcionando. Tenemos un par de generaciones a las que se les está introduciendo una idea muy negativa de España.
La invasión de Rusia a Ucrania ha demostrado el fuerte sentimiento de patriotismo de los ucranianos. ¿Cómo cree que respondería España ante una situación como la que está viviendo Ucrania?
Esa idea de que Ucrania es una sola y única cosa no es así. Hay una parte del país que es pro Rusia y se ve en los resultados de las elecciones de ese país a lo largo del tiempo. Gran parte de los que está sucediendo en el interior de Ucrania es una guerra civil y las consecuencias son difíciles de prever. Hay una opacidad en cuanto a la información que es asombrosa. Ha habido muchas decisiones en política exterior que han sido catastróficas y han llevado a esta situación. Aunque la reacción de los rusos ha sido tremenda y desmedida, ha habido años para poderlo evitar. Se han aconsejado muchas medidas que no se han tomado y por tanto aquí hay una gran parte de irresponsabilidad política tanto de la Unión Europea como de la OTAN, que han terminado metiendo a los ucranianos en un auténtico follón. El final será muy doloroso para la Europa occidental, que no va a ser capaz de desarrollar una política propia y va a ir a remolque de EEUU, que ya tiene una política exterior muy debilitada. La gran alianza ruso-china deja a occidente muy mal parado.
«El español es una de las grandes lenguas del mundo pero aún hay nacionalismos rencorosos»
Cádiz jugó un papel fundamental para la expansión de la lengua española en América. Ahora, aspira a ser sede del X Congreso Internacional de la Lengua en 2025. ¿Considera que la ciudad cuenta con los avales suficientes?
Por supuesto que cuenta con la capacidad suficiente, está más que demostrado. Luego están los movimientos tácticos y prácticos. Espero que se consiga y Cádiz tenga esta oportunidad. Porque fue una de las ciudades fundamentales en la historia de España y de América. Puede llevar con orgullo haber contado con diputados americanos sentados en un parlamento constituyente. Eso es extraordinario. Desde luego Cádiz no necesita demostrar nada como aval histórico. Espero que haya inteligencia política para mover la candidatura política por encima de intereses partidistas.
¿Se apoya lo suficiente a la lengua española?
La lengua española se apoya sola. No obstante, el Estado hizo dejación de sus funciones y creo que es la única nación de la Unión Europea en la que su lengua oficial no puede ser estudiada en determinadas regiones. Se pierde por tanto una herramienta de comunicación muy potente. Es un robo que se hace a la ciudadanía porque el español es una de las grandes lenguas del mundo. Esa es la realidad. Y tenemos esos pequeños nacionalismos rencorosos dispuestos a todo para sustentar su cuota y su lengua raza.
Aunque ha trabajado en Harvard y en el CSIC, le apasiona la docencia y su trabajo como profesora de instituto. ¿Cómo ve a los jóvenes? ¿Hay interés entre la juventud por las lenguas clásicas y la literatura?
No hay ninguno y no se puede provocar interés alguno en aquello que no se conoce. Es difícil tropezarse con el latín y el griego, con Cicerón o Aristóteles. Alguien te lo tiene que poner por delante. La clave de la educación de un país es la enseñanza media. Es como te llega la gente a la universidad. Cuando te llegan alumnos semianalfabetos es una catástrofe porque se le ha pasado la edad de aprender las cosas fundamentales. Hay que alfabetizar y enseñar a la gente a comprender lo que lee y a expresarse por escrito. La escuela tiene que hacer esta función. No está para entretener y divertir.