Cádiz: Maremoto de 1755

La conmemoración del maremoto de 1755 de Cádiz arranca en Santo Domingo

La Iglesia de Santo Domingo centra los actos conmemorativos del maremoto que tuvo lugar en Cádiz el 1 de noviembre de 1755

N. Agrafojo

Como cada año desde 2017 , la Iglesia de Santo Domingo ha vuelto a abrir sus puertas para conmemorar uno de los grandes milagros que ha vivido la ciudad de Cádiz a lo largo de su historia. Aunque el maremoto de 1755 es recordado en Cádiz especialmente por la intersección milagrosa de la Virgen de la Palma, los historiadores también han demostrado el papel de la Virgen del Rosario, la Patrona de Cádiz, para frenar el avance de las aguas y evitar lo que hubiera sido una gran catástrofe en la ciudad.

Según las crónicas de aquel año, la Patrona también fue sacada en procesión durante la mañana de aquel 1 de noviembre de 1755, antes de que las aguas comenzasen a retroceder, por pura casualidad o no, poniendo fin al maremoto que provocaría el terremoto de Lisboa. Por ello, desde que en el año 2017 se decidiera conmemorar este acto, coincidiendo con el 150 aniversario del Patronazgo de la Virgen del Rosario, se ha mantenido como uno de los eventos más destacados de la parroquia gaditana.

Ahora, tras la suspensión provocada por la pandemia del coronavirus de éste y todos los cultos religiosos en la vía pública, la parroquia ha vuelto a retomar la normalidad con un ambicioso programa de actos, que arrancó ayer antes de las ocho de la tarde.

Sobre las siete y cuarto de la tarde, los fieles pudieron presenciar en la Iglesia de Santo Domingo la exposición pública de la Virgen, que dio paso a la celebración de una misa a partir de las 20 horas . Al término de la misma, se procedió a la procesión con el Simpecado de la Patrona, en un recorrido que empezó en el interior del templo y terminó en el Compás de Santo Domingo, donde los fieles cantaron las letanías de los Santos y La Salve.

Un acto con el que se quiere recordar la petición de los fieles, que aquel 1 de noviembre de 1755 pidieron que los dominicos que mantuvieran la imagen de la Virgen en el Compás cuando ésta iba en procesión hacia el interior de la Iglesia. Una petición que fue aceptada y que permitió venerar a la Virgen durante toda la jornada.

Con este gesto y este emotivo recuerdo, la comunidad de los dominicos quiere agradecer a la Patrona una labor que también se atribuye a la Virgen de la Palma. Por eso, la celebración de los actos en Santo Domingo se llevan a cabo un día antes, dejando a La Palma como gran protagonista de la jornada del 1 de noviembre, como es habitual en la ciudad desde hace décadas. En el barrio viñero tendrán lugar hoy los principales actos de conmemoración que terminarán con la procesión de alabanza por las calles del barrio, siempre que el cielo lo permita.

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