INTOXICACIÓN EN CARNAVAL

Los cinco rumores más sonados en Cádiz

La meteorología y el secuestro de niños son los recursos más habituales para fabricar bulos que tengan recorrido

ELENA MARTOS

1

El tornado de 2009

No han sido pocas las veces que los cuerpos de seguridad e incluso las administraciones públicas se han visto obligados a desmentir rumores que corren como la pólvora, como ha ocurrido con el contagio por salmonelosis durante este Carnaval. Por lo general, la meteorología y el secuestro de niños son los temas que más se prestan a alimentar bulos que, por poco coherentes que parezcan, se hacen virales en cuestión de minutos. Las redes sociales y las aplicaciones de móviles ofrecen una excelente posibilidad para ello, por eso es importante atajarlo y, sobre todo, ser conscientes de la responsabilidad que conlleva cuando se comparte este tipo de información errónea.

Un mensaje de alerta de la Consejería de Gobernación de la Junta ante un posible tifón desató la histeria. El Ayuntamiento de la capital gaditana dio orden de activar el protocolo de emergencia y algunos colegios llegaron a dejar salir antes a sus alumnos ante la insistencia de los padres. Ya pasado el mediodía la alarma se tranquilizó y el rumor perdió fuerza, convirtiéndose en el tema de mofa.

2

El temporal que cierra colegios

Pero no aprendemos. Algo parecido ocurría durante el invierno de 2014 cuando un fuerte temporal arreciaba en la provincia apenas unos días antes de que comenzara el Carnaval. A través de la conocida aplicación de móvil Whatsapp cogió fuerza un supuesto anuncio del cierre de colegios tras decretar la alerta roja. Dependiendo de la zona el mensaje decía proceder de un ayuntamiento u otro sin que ninguno fuera cierto.

3

El jeque que quería comprar el Cádiz

El fútb ol también es una fuente de rumores que han llegado a motivar hasta el tema para una chirigota. Pocos han podido olvidar los reiterados anuncios de que empresas de un jeque catarí estaban interesadas en adquirir el Cádiz CF. La información tuvo algún eco en la prensa en otoño de 2009 cuando Antonio Muñoz puso en venta el club, pero pronto se terminó por desinflar, aunque eso no le restó fuerza para que se siguiera hablando del asunto a través de las redes sociales, que en ese momento habían alcanzado su mayor nivel de popularidad.

4

Los contagios del ébola

Las enfermedades contagiosas son otro filón para que una información falsa se convierta en viral. Antes del contagio por salmonelosis de la semana pasada estaba aún cercano el recuerdo del ébola. Los rumores sobre nuevos contagios comenzaron tras conocerse el primer caso en España. Uno de los mensajes que se difundieron por Whatsapp fue: «Si conocéis a gente en Madrid o alrededores mandarles esto: Mensaje de una amiga que trabaja en La Paz: No vengáis para nada a las urgencias de La Paz, Ramón y Cajal y Alcorcón, las tienen con zonas de aislamiento y va a salir hoy todo en prensa». La advertencia generó una alerta en todo el país que obligó a las autoridades a desmentirlo.

5

El secuestro de niños

Los niños que desaparecen de casa o son secuestrados cierran este ranking. Los mensajes sobre la ausencia de alguno de ellos son habituales y casi periódicos en los insufribles grupos de padres de los centros escolares. Entre los más habituales durante estos años está el secuestro de un niño o una niña –el mensaje varía dependiendo del lugar– en la tienda de Primark de Jerez. La excesiva difusión motivó que la empresa llegara a difundir un desmentido para atajar el rumor. También se popularizó otro que hacía referencia a la desaparición de otro menor, de 3 años, en el Mercado Central de La Línea. El supuesto autor del mensaje era un militar que difundía las fotos de un compañero con el pequeño que, presuntamente, se había perdido. Sin embargo, pronto se dieron avisos de que era falso.

6

Aerolitos en La Palma

No existían las redes sociales, pero es quizá el bulo mejor armado en Cádiz. Han pasado ya quince años desde que corriera la noticia de que grandes bloques de hielo procedentes del espacio se estaban estrellando contra la tierra. Uno de ellos vino a caer en la capital gaditana y su descubridor era Felipe Martín, propietario del mesón Ca Felipe, en la calle La Palma.

El hostelero, ya fallecido, llegó a asegurar que uno de estos aerolitos había caído en la puerta de su establecimiento y, con la guasa que se gastaba, llegó a construirse su propio granizo con el hielo de la nevera. Los bigotes de gambas y los camarones que se quedaron pegados al hielo delataron el ingenioso engaño que aún se recuerda entre grandes carcajadas.

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