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Cinco años después... Kichi, lanzado y Cádiz, atascada
El alcalde llegó a San Juan de Dios en 2015 como uno de los precursores de los llamados ayuntamientos del cambio aunque la capital sigue sin despegar
Se cumplen cinco años desde que José María González Santos , más conocido por todos como Kichi , llegó a la Alcaldía de Cádiz con nuevos aires .
Profesor de Historia de Educación Secundaria, sindicalista y carnavalero , Kichi quería dar ... un vuelco a las políticas emprendidas por su antecesora, Teófila Martínez, que tuvo el respaldo de la mayoría de los gaditanos durante veinte años logrando cinco mayorías absolutas consecutivas.
Bajo las siglas de Por Cádiz sí se puede , Kichi consiguió en mayo de 2015 ocho concejales y tuvo que pactar con los dos ediles de Ganar Cádiz en común (antigua Izquierda Unida) y asegurarse el apoyo del PSOE, con cinco concejales, para alcanzar el preciado sillón de San Juan de Dios.
Este joven, que lleva a gala sus orígenes humildes, cambió el megáfono y la camiseta por el bastón de mando, la chaqueta y la corbata y el coche oficial y se ha dado cuenta de que las cosas se ven muy distintas desde fuera que desde dentro del Ayuntamiento.
Fue -junto con los alcaldes y alcaldesas de Madrid, Barcelona, Zaragoza, Valencia, La Coruña, Ferrol y Santiago de Compostela- uno de los exponentes de los llamados ‘ayuntamientos del cambio’ . Cuatro años después (2019), Kichi era de los pocos que sobrevivía a la debacle que Unidas Podemos había tenido en el resto del país.
En esta ocasión primó la marca Kichi. El alcalde se presentó como cabeza de lista de la confluencia Adelante Cádiz , que integró a Ganar Cádiz logrando 14 concejales y quedándose tan solo a un edil para contar con la mayoría absoluta hasta las próximas Municipales de 2023 y tener un mandato mas «tranquilo» que el anterior, donde la tensión y los enfrentamientos se adueñaban del salón de plenos de la Casa Consistorial cada dos por tres.
A pesar de que en sus primeros años como regidor de la ciudad Kichi contó con el respaldo de los socialistas (liderados por Fran González) para poder ser investido como alcalde, el pasado mandato no se puede decir que fuera un camino de rosas.
Apoyo de los socialistas
El portavoz socialista reconoció en más de una ocasión que su apoyo a Kichi en el pleno de investidura obedecía al interés desde el Partido Socialista de un cambio de rumbo en el Ayuntamiento de Cádiz tras las dos décadas de hegemonía de los populares. Un cambio, que a juicio de los socialistas, Kichi no ha sabido gestionar.
Aunque la política del PSOE fue en todo momento de mano tendida, su respaldo no fue constante a lo largo de los cuatro años, en los que Fran González y su grupo de concejales fueron especialmente críticos con las políticas del equipo de Gobierno. Junto con los otros dos grupos de la oposición llegaron incluso a tumbar los primeros presupuestos de Kichi, los de 2016 , que finalmente fueron anulados por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía(TSJA) al existir un desequilibrio entre los ingresos y los gastos.
Fue precisamente en el pleno de presupuestos, en el mes de julio de 2016, cuando Fran González se vio obligado a interponer una denuncia por insultos y amenazas de dos personas simpatizantes de Podemos que se encontraban entre el público del salón de plenos y que terminó con una condena de un año de prisión para cada uno de ellos.
Los grupos de la oposición fueron especialmente críticos en el primer mandato, acudiendo a la justicia en más de una ocasión por la gestión llevada a cabo por Kichi y su equipo. Sonados fueron los casos de Loreto, que acabó con la condena al alcalde de la ciudad por calumnias hacia la exalcaldesa de la capital, Teófila Martinez, y el grupo de concejales del anterior equipo de Gobierno del PP, tras acusarles de haber suministrado «a sabiendas agua contaminada en el barrio de Loreto.
A este caso, le sucedieron otros, como el de los presupuestos mencionado anteriormente, Matadero, los chiringuitos, la falta de información a los grupos de la oposición o la gestión de la sociedad Cádiz 2012 .
Además de los asuntos judiciales, el primer mandato tuvo otras polémicas como la no venta del módulo hotelero del Estadio y la gestión económica, por la que se pidió la reprobación del anterior concejal de Hacienda, David Navarro; la gerencia de la Fundación Municipal de la Mujer, que estuvo vacante casi dos años; o la dimisión del anterior responsable del área de Medio Ambiente, Manuel Bauza por su vinculación con presuntas irregularidades en el servicio municipal de limpieza.
La crispación se apoderó de los plenos, a los que acudían cada vez más ciudadanos decepcionados con la gestión de un alcalde que prometió en su discurso de investidura que acabaría con la «emergencia social que viven vecinos y vecinas» de esta ciudad.
Decepción ciudadana
En este discurso hizo referencia a que existía «más de 20 por ciento de la población gaditana en situacion de pobreza extrema , un desempleo de más del 40 por ciento, desahucios, recortes en servicos sociales y niños que iban al colegio sin desayunar». Algo que poco ha cambiado cinco años después y que, desgraciadamente tras la crisis del coronavirus, aumentará.
Las interrupciones en las sesiones plenarias eran continuas. Gritos, pancartas, lloros y hasta desmayos de personas que reclamaban atención por parte del equipo de Gobierno. Se ponía así de manifiesto por parte de muchos gaditanos que las promesas de Kichi en materia social (una de sus grandes banderas) no se terminaban de cumplir.
La oposición tuvo un marcado carácter crítico en estos años, con protagonistas como los ediles populares Ignacio Romaní, José Blás Fernández o Juancho Ortiz o por el portavoz de Ciudadanos, Juan Manuel Pérez Dorao y su compañera de filas María Fernández Trujillo, que finalmente pasaron a ser ediles no adscritos tras dimitir por desavenencias con el partido a meses de que se celebraran las Municipales de 2019.
Atasco en el Ayuntamiento
El atasco en el área de Contratación , con pliegos tan importantes para la ciudad como el de limpieza, transporte o información turística; el caos en la delegación de Asuntos Sociales (con colas para pedir ayudas); la falta de mantenimiento de espacios públicos, zonas verdes y equipamientos culturales o deportivos de la ciudad; la falta de entendimiento con los sindicatos municipales para la elaboración de una Relación de Puestos de Trabajo para toda la plantilla; y la ausencia de inversiones; fueron los asuntos más tratados en el primer mandato y que no han terminado de arrancar en este último año.
Pero Kichi saca pecho y presenta como mayor logro la reducción de la deuda , de la que lleva cinco años hablando, la municipalización de los servicios de playas o la nueva política de movilidad . Poco más.
En este último año, gracias a su amplia mayoría en el arco plenario y al apoyo que ya le ha brindado en más de una ocasión el concejal no adscrito, Domingo Villero, que también abandonó las filas de Ciudadanos; Kichi respira mucho más tranquilo .
Doce meses que terminan en plena crisis sanitaria por el coronavirus, sin presupuesto y en los que la oposición no ha hecho ruido alguno.
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