TURISMO
La Casa del Cónsul, un alojamiento especial para relajarse en Cádiz
Eric Conte y Vittore Zanardi han rehabilitado una de las fincas de la Casa de las Cinco Torres para transformarla en su hogar y en casa de huéspedes con encanto
. La gente viajera tiene un nuevo sitio donde hospedarse en la ciudad de Cádiz. La Casa del Cónsul ha abierto sus puertas en el número seis de la Plaza de España . Se trata de una de las fincas que compone la Casa de las Cinco Torres , emblema arquitectónico del Cádiz de la segunda mitad del siglo XVIII y fotografía obligada para los turistas que visitan la ciudad.
Tras tres décadas cerrada y abandonada, Eric Conte (Costa de Marfil) y Vittore Zanardi (Italia), dos empresarios extranjeros, la han devuelto a la vida.
Después de visitar más de 8.000 propiedades por toda España llegaron por casualidad a Cádiz, se enamoraron de la ciudad y han abierto este alojamiento turístico con un concepto único que mezcla lo mejor de un hotel, una casa de huéspedes y un apartamento turístico. «Hemos aplicado lo que más nos gusta de cada categoría. De la casa de huéspedes, que es una casa privada y se está muy pendiente del huésped. De los apartamentos turísticos, la independencia de los inquilinos y la exclusividad, cada uno es diferente. Y del hotel, los estándares de limpieza».
Eric y Vittore visitaron más de 8.000 propiedades antes de conocer Cádiz
Su objetivo era vivir en ella y montar allí mismo un alojamiento para turistas. Y eso han hecho. Eric y Vittore tienen la casa y el negocio en los mismos metros cuadrados porque viven en la tercera planta. Sus vecinos son los huéspedes. «Para nosotros, primero, es un estilo de vida, y después un negocio», explican.
Una casa llena de viajes
La Casa del Cónsul cuenta con 2 estudios y 4 apartamentos distribuidos en la primera y segunda planta. La capacidad es de 20 personas. La decoración es uno de los atractivos principales que refleja una fusión de países y culturas. « La decoración es resultado de nuestros viajes , de nuestra experiencia de vida, es ecléctica, hay mucha mezcla cultural». Han vivido en Inglaterra, Italia, Francia, Estados Unidos, Costa de Marfil, etc.
Han conseguido cortar la rigidez de la arquitectura de una casa antigua (1771) y darle aire fresco. ¿Cómo? «Con un rollo más moderno y contemporáneo de muebles, colores y piezas antiguas que conectan arquitectura, mobiliario y decoración».
Los huéspedes pueden disfrutar de una acogedora azotea con piscina al aire libre
Hay piezas únicas, algunas de anticuario, otras de diseñadores, algunas son propias y otras las han comprado para La Casa del Cónsul. El resultado sorprende por dos motivos. Uno, porque la fusión de la estética antigua y contemporánea crea un ambiente acogedor en toda la casa. Dos, por el elevado estándar de calidad y confort. Hasta el mínimo detalle tiene detrás una explicación. Colchones especiales, wc japoneses, duchas de tres cabezas, cromaterapia y esencias 100% naturales en el baño, sábanas de 400 hilos de algodón egipcio, etc).
Aunque lo realmente sorprendente es que todo lo que se ve, se vende. Si te gusta una pieza de decoración, el colchón, un sofá, la almohada, la grifería, una bañera, un cuadro o una mesa, lo que sea, lo puedes comprar. Ellos se encargan de la gestión.
La Casa del Cónsul es un alojamiento Gay Friendly en el corazón del casco histórico de Cádiz
LGTB friendly
Para sus propietarios «comodidad y exclusividad» definen bien la experiencia en La Casa del Cónsul, un alojamiento LGTB friendly , es decir, destinado al público en general y abierto a las personas homosexuales y al resto de identidades sexuales.
Es ideal para descansar y conocer la ciudad, otra de las atenciones extra de Eric y Vittore con los huéspedes: «Cuidamos a nuestros huéspedes desde que hacen la reserva hasta que se van de Cádiz, y durante la estancia tratamos de acercarlos a la historia de la ciudad».
El establecimiento acaba de aterrizar en la oferta hotelera gaditana sin campaña de marketing (sólo se publicitan en su web lacasadelconsul.com y en Booking) y con una filosofía que explica el alma de La Casa del Cónsul: «Dar la misma hospitalidad a nuestros clientes que la que nosotros recibimos al llegar a Cádiz».
Hospitalidad
No hay recepción, ellos mismos reciben a los huéspedes, le enseñan la casa, la azotea, el funcionamiento de todo. Se trata de atender a los turistas como si fueran huéspedes de tu casa más que clientes, «y que se sientan libres». Por ese motivo, la finca cuenta con muchas zonas comunes concebidas para que los inquilinos «puedan relacionarse entre ellos y con nosotros y compartir experiencias como antiguamente se hacía en los hostales».
Todas las instalaciones de la planta baja son de uso común: una amplia y moderna cocina abierta; una espaciosa sala de estar con muebles exclusivos, original iluminación, decoración atrevida y cómodos sofás; y los patios, uno de ellos con un antiguo pozo de mareas que han recuperado en la rehabilitación.
Vittore y Eric han abierto el alojamiento con una máxima: la hospitalidad
Lo mismo sucede con la azotea, «la joya de la corona» , reconocen. Y no se equivocan. Invita al relax, a desconectar, a no querer moverte de allí. Es una oda al buen gusto, a la naturaleza y al mar. También a la imaginación. Hay decenas de plantas de varios continentes. Una vieja barca caletera hace de sofá dando un toque marinero. La mesa para comer está construida a partir de un tronco viejo y una viga antigua sirve de banco.
Este punto desenfadado y acogedor contrasta con la piscina de agua salada, de líneas rectas, construida en altura en piedra gris con grifos de factura africana. También hay una pequeña cocina y barbacoa de diseño industrial, una ducha y la torre mirador con unas vistas espectaculares sobre la plaza de España, el puerto y las vecinas Casa de las Cuatro Torres.
El resultado es un edificio rehabilitado con mimo y respeto a su historia. Se han conservado y recuperado los elementos antiguos con los que se construyó en 1771 y se han combinado con piezas decorativas tradicionales y modernas que llenan de historias y países los muros de este singular edificio gaditano.
Los propietarios originarios (quienes compraron el terreno y construyeron la casa), los cargadores de Indias Sebastián Sánchez Franco y Francisco José Espinosa, estarían orgullosos de ver La Casa del Cónsul del siglo XXI.
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