Con 'C' de Cádiz
«El cante por alegrías hay que mamarlo y se mama en Cádiz»
Joaquinito alegra a todo aquel que le gusten algunos de sus vídeos o audios virales, pero donde él se alegra de verdad es en lo alto de un tablao o de una azotea
Joaquín Warleta Camacho (Cádiz, 1971), Joaquinito 'Alegría', saca un genio indomable cuando se le buscan las cosquillas, pero saca más arte aún para salir de ellas. A veces lo hace con guasa, otras con mal humor y un veneno que solo se le ... quita cantando. Pero a este gaditano nacido en el barrio Santa María se le quiere por como es. Se ponga como se ponga. Es entrañable y las personitas como él tienen un trono allá por donde vayan y caigan donde caigan sin importar el rincón de una ciudad que lo conoce a base de sus cantes y, como no, sus vídeos y audios virales que llegan a los móviles de cualquier gaditano que ande interesado en algo tan sagrado como esto del cachondeo.
Acude a la cita con su amigo Carre, integrante de una panda a la que Joaquinito le hace llamar 'Yo no respeto a nadie' y que lo tratan como si todos ellos fueran ese agente en uno que todo artista ha de tener para pulir sus cositas feas y explotar las buenas. En su agenda se atisba un cameo en el Falla y varios bolos que llegarán con el veranito, donde este gaditano de ley llega a tocar el cielo desde una azotea de Sopranis.
Últimamente Joaquinito se nota «raro, como si tuviera el estómago sucio». Es por eso que se pide una manzanilla a la que le echa miel -para la garganta- y sacarina -para el tipín-. Porque él se cuida. Y mucho. Más que por él, por sus padres, con los que mantiene un vínculo inquebrantable y por los que va con su inseparable mascarilla para no coger el Covid -no lo ha tenido-. Cargar con la culpa de contagiarlos superaría la alegría que derrocha en cada conversación. Por eso, sólo cuando se informa del estado sanitario de su interlocutor, se permite el descuido de ponérsela como si de un babero se tratase. Así es él, cercano pero responsable. Y, sobre todo, un cachondo con sus cositas que contar.
-Joaquín Warleta, con V doble. ¿De dónde viene ese apellido?
-Es italiano, pero viene de Transilvania, de donde el Conde Drácula.
-¿Pero su padre de dónde es?
-De Cádiz, del barrio.
-¿A dónde se remonta su niñez?
-Yo nací en el barrio Santa María, el mejor barrio y más famoso; en la calle Álvarez Cabrera, 13. Al lado de la calle Bótica. Allí paso toda mi vida de chico. Estudio en el colegio Generalísimo Franco, que ahora es el colegió público Campo del Sur.
-Años duro del barrio, ¿no? ¿Cómo se llevaba ser un niño entre tanta droga?
-Yo he vivido muchas cosas, muchas buenas, eh, pero eran diferentes a las que ahora vivo en Loreto. Había mucha droga, muchos chillidos, mucha policía por las noches, eternas madrugadas, peleas... En ese ambiente estuve hasta los 15 años que me vine con mis padres a Los Molineros, a la calle Salvador del Mundo. La zona de los porches, cerca de la Tacita de Plata. Por ahí aún me muevo mucho porque es donde me he criado ya siendo adolescente.
-¿A qué se dedicaban sus padres?
-Mi padre era cantaor flamenco, Joaquín el Alegría. De ahí que yo sea Joaquinito. Gracias a vivir en Los Molineros, siendo un niño, pasaba mucho tiempo en los patios de la Tacita de Plata, detrás de Urgencias. Allí se hacían muchos concursos de cante por alegrías.
-De ahí le viene el amor al flamenco entiendo.
-Claro. Recuerdo con mucho cariño muchas noches de verano ir con mis padres. Aquel patio era una maravilla, se ponía hasta la bandera de niños, padres, vecinos y gente que venía a escuchar de todas partes de la ciudad. Y hasta de fuera. Allí iban a cantar Mariana Cornejo, Chano Lobato... Por ahí tiene que haber vídeos históricos de aquellas fiestas. Mis padres eran muy amigos La Perla y de toda esa gente. Mi madre iba mucho a la casa de la Perla a cantarle porque eran muy amigas. Y no solo eso, en mi casa no se escuchaba otra cosa que no fuera flamenco. La radio estaba 24 horas sonando con cintas de cassette.
-Volvamos al cole. ¿Dónde sigue estudiando tras cambiar de barrio?
-Del Campo del Sur pasé al José León de Carranza de Puntales. Era un barrio tranquilo, donde todos los vecinos nos conocíamos. Sobre todo a mi abuelo, el Pacuqui. Yo le llamaba abuelo porque cuidó de nosotros mucho tiempo. Él era tío de mi madre, que fue quien lo hizo de la familia. Era muy buena persona, como toda la familia.
-Antes de entrar en el flamenco, ¿qué le gustaba hacer de niño, qué aficiones tenía?
-Me gustaba jugar al futbito y jugué en el equipo de la Residencia Sanitaria del hospital Puerta del Mar. Federado y todo. Recuerdo que ponían sus papelitos en el bar del hospital con las fotos, los resultados... Ya sabe, esas cositas que a los niños nos gustaba tela. Me apuntó mi padre porque imagino que hablaría con uno que trabajaba en residencia y tendría mano en el equipo.
-¿Y cómo era Joaquinito con la pelota? ¿Cómo le fue?
-(risas). Fue, fue... Ahí quedó. 'Regulá na má'.
-Ja, ja, ja... Según ve que con la pelota 'na de ná' se va soltando con el micro. ¿Cuándo empieza a echar sus cantecitos?
-Estando en vida Mariana Cornejo y algo antes, cuando ella se hizo artista.
-Y supongo que aprovechando que su padre estaba en el escenario le haría subir para que cantase a su vera.
-Que va, que va... Al contrario, eso fue mucho después y ha sido al revés. Yo he sido del que he tirado de él para que cante al lado mía.
-¿Ha sido alguna vez tímido?
-(Se toma una pausa). Mmmmm, yo creo que sí. Un poquito lo he sido. Sobre todo, antes de subir a un escenario. Me pongo a pensar muchas cosas y ha habido veces que se me ha podido quedar la mente en blanco minutos antes de cantar. Me pongo pensativo, dudo qué cantar, siento miedo. Mucho miedo en mis principios.
-¿Y cómo se pierde? ¿Se necesita ayuda?
-La confianza se va cogiendo sola. Quiera o no, la experiencia de escuchar a muchos cantaores y cantaoras y haber crecido en una casa donde han entrado muchos artistas te va dando esas tablas sin que lo sepas. También he recibido consejos buenos.
-¿De quién?
-Pues de muchos que ya no están entre nosotros como Mariana, Chano Lobato, Perico el Niño del Mentidero , Juan Silva . También quiero nombrar al pedazo de artista y guitarrista que fue Félix de Utrera , al que también conocí siendo yo muy pequeño.
-¿Cuándo cree que está hecho como artista?
-Yo era un niño prácticamente cuando conocí a todos esos artistas a la vera de mis padres. Recuerdo también al Pericón de Cádiz. Todas esas fiestas me fueron haciendo ver lo que era el flamenco, pero puedo decir que me empiezo a ver realizado hace unos veinte años, cuando paso los 30.
-¿Y dónde empieza a cantar?
-En casi todas las peñas de Cádiz, pero donde más canto es en los tablaos flamencos que se montaban en los patios como en el de la Tacita de Plata o el que montaban en el Monumento de Las Cortes, en la Plaza España. Allí se hacían cantes por tientos de Cádiz, festivales y demás. Antes se hacía mucho ese tipo de eventos. Por ejemplo, donde está el ambulatorio de La Laguna, se hacía todos los años concursos de coplas e iban mucha chavalería de Cádiz a echar sus cantes. Mi padre ganó el primer concurso de cantes por tientos de Cádiz en el año 82, allí en Las Cortes. Estaba también Alfonso de Gaspar, que tocaba la guitarra de maravilla.
-¿Qué le dice su padre de su cante?
-Me anima y se alegra de que me gane mi dinerito. Yo le digo que ya no es igual a como antes cuando era un niño que había gente que no me tomaba en serio en lo alto de las tablas. No me valoraban como ahora entiendo que se me está empezando a tratar. Aquí le debo muchos a mis amigos, sobre todo a la Leo (Power), que me lleva a los sitios y me ha hecho un nombre dentro de muchos carteles. He encontrado una familia muy buena en mis amigos. Me están dando mucha vida.
-Uno de ellos es el Selu. ¿Puede que yo le haya visto cantar en un concierto con el tipo de la chirigota los Quemasangres?
-Claro que puede. Selu es muy amigo mío y le gusta mucho como canto por alegrías. Me regaló el difraz de su chirigota y yo me lo pongo en mis actuaciones con mucho orgullo.
-¿Y cómo conoce a Leo Power?
-Precisamente la conocí en la Plaza de España, en el concurso por tientos. Sería a comienzos de los 2000.
-Me dicen que su relación es de amor-odio. Cuéntenos.
-La quiero mucho, pero a veces discutimos, claro, porque somos amigos. Pero al final siempre me llama para cantar. Es la mejor. Para mí es la segunda Marianita Cornejo de Cádiz, como yo le llamo. Yo veo en sus formas, en su carácter, en todo lo que hace, su arte, sus cositas... Se parece mucho a las de Mariana Cornejo. La Leo es una grande.
-¿Y cómo se lleva con el mundillo?
-Procuro estar informado de todo lo que pasa en el mundo flamenco gaditano. A Ramón Heredia, de Barbate, que tuvo un accidente, le llamé para preocuparme. Me gusta conocer a la gente del flamenco y luego mantener el contacto. Y me siento querido, la verdad. Con el Rampli, por ejemplo, que toca a grandes cantaores, me pasa que le gusta tocarme la guitarra cada vez que viene por Cádiz de Chiclana. También Pablo, el hijo de Chano Domínguez, que le toca a la Leo y tiene un compás fabuloso, le gusta estar conmigo.
-¿Con quién sueña cantar a las cuerdas?
-Con Tomatito. O también desaría ir a Jerez para que me tocase Diego del Morao. Aunque mi sueño cumplido ha sido poder haber conocido a la familia de Camarón, a la Chispa, su mujer.
-Ha nombrado a los primos. El flamenco, ¿mejor dónde? ¿En Cádiz o en Jerez?
-En Cádiz, que para eso estamos en la cuna. Mira, voy a contar una cosa que me pasó hace dos domingos con ocasión del Cádiz B - Xerez que se jugó en la ciudad deportiva del Rosal y que fui a trabajar como reportero . Y no quiero insultar a nadie, eh.
-No, hombre, no, Joaquín, eso está feo. Nosotros a lo nuestro siempre. Al lio. ¿Qué le pasó y después me cuenta cómo surgió eso de quitarme el trabajo?
-Precisamente, eso que me ha preguntado, me lo dijeron allí. Y me dijeron que la cuna estaba en Jerez. No le voy a contar la que iba a liar, lo que pasa es que mantuve el tipo porque estaba con el micro y trabajando... Pero, uff. No salté, menos mal, pero por dentro me estaba comiendo las tripas. ¡El flamenco es de Cádiz porque se ha vivido en Cádiz, con nuestros maestros! El Pericón, la Perla, Aurelio Sellé... ¡El flamenco es de Cádiz y se ha mamado aquí! -grita con su golpetazo en la mesa incluido que casi derrama la manzanilla-.
-Vale, vale, Joaquín. Que yo preguntaba nada más.
-Es que el cante por alegría hay que mamarlo y eso se mama aquí. Eso es lo primero, mamarlo. Y luego ya está el saberlo cantar porque no todo el mundo puede ser de Cádiz y cantar sus alegrías. Con eso se nace. Entre los flamencos hay una corriente que dice que ese tipo de cantes son muy fáciles de cantar y otra que dice que es todo lo contrario. Que no todo el mundo que canta puede cantar bien unos tanguillos de Cádiz. Que se ponga cualquiera unos tanguillos de Chano Lobato y que compare con otros cantaores de fuera. Vamos, por favor.
-El palo que domina bien queda claro que son las alegrías, pero cuál es ese palo al que le tiene tanto respeto que ni se atreve a cantarlo.
-La soleá, la seguiriya, el martinete son palos muy complicados y hay que saber transmitirlos. Puedo llegar a cantarlos, pero para eso hay que estudiarlos mucho. Son cantes muy serios a los que les tengo un respeto enorme. Igual, si salgo de Cádiz, me lo pueden pedir pero imponen mucho. He cantado por muchos sitios de la provincia (Vejer, Conil, Chiclana, San Fernando...) y hasta en Sevilla, donde me entrevistaron en la radio. Algunos, para picarme, me dicen que no tengo repertorio pero es que a mí lo que me gusta cantar es lo que domino, que son las alegrías y lo que deriva de ellas como pueden ser los caracoles, las cantiñas, los mirabrás...
-¿Con qué le gusta rematar una actuación para armar el taco?
-Por bulerías o por tanguillos de Cádiz.
-Amigos comunes me hacen llegar algunas rancheras suyas. Por no hablar de retransmisiones de partidos con acento mexicano. ¿Se puede comenzar a hablar de una etapa mariachi en su carrera?
-¡Ay, ay, ay, ay! (risas). A ver, eso tiene su explicación. Todo es porque por internet he hecho muchos amigos y amigas mexicanos y me tienen mucho cariño. Hago videollamadas con muchos. Les canto flamenco y me llaman maestro. Y ya con el buen rollo, y entre amigos, me he atrevido con alguna que otra ranchera, pero más que nada para tener un guiño con esa gente a la que le he cogido mucho cariño.
-Vamos dejando a un lado su perfil más flamenco para conocer mejor al Joaquinito viral. Porque hace unos años usted no era tan conocido. ¿Cómo lleva esa famita que le ha dado ls móviles, el internet, el wasap? Se le ha visto en Movistar recientemente y hasta en Footters.
-La llevo bien. Me siento estupendo y contento. Lo de Footters es a través de Julio Fariñas y ha sido una experiencia más.
-Julito Fariñas, gran pelotero que fue pese a sus lesiones de rodilla. ¡Menuda zurda tenía! Ahora creo que triunfa con la televisión por internet que da los partidos de regional.
-Exacto, me dijo de ir a grabar como enviado especial en las gradas del Rosal y me iban dando paso con conexiones durante el partido. Lo pasé muy bien. La pena fue que no pude cantar ningún gol porque acabó 0-0 el derbi. Eso sí, no canté goles pero sí alegrías o el himno de Manolito Santander de 'Me han dicho que el amarillo...'. Estuve en las gradas y a las afueras del campo antes del partido. Y lo de Movistar en 'El día después' estuvo gracioso porque también salió mi madre y me hizo ilusión.
-Me cuentan que lo malo de hacerse viral es que le copian muchas expresiones que crea durante las retransmisiones que hace para sus amigos. ¿Tanto le molesta eso?
-Bueno, eso me da coraje siempre y cuando lo hagan con maldad. Pero intento no hacer caso. El tema es pasarlo bien todos.
-¿Sigue haciendo cuñas publicitarias por wasap a dos euros o un euro según el grado de amistad o el potencial de la empresa.
-Claro, cuando me la piden estoy a disposición de quien sea. Esa idea se me ocurrió a raíz de nuestro amigo el gran y añorado Theo Vargas, que seguro que estará en el cielo. Yo era un admirador suyo, grababa sus retransmisiones y cuando podía iba a verlo a la radio. Entraba en su programa de Radio Cádiz y hasta le canté.
-¿Cómo es un día en la vida de Joaquinito Alegría?
-Una cosa tranquila. Me gusta mucho pasear por el Paseo, la Avenida, los porches. También me encanta charlar con mis padres y estar en casa.
-¿Le da coraje que haya personas que le conozcan más por sus vídeos que se hacen virales antes que por sus alegrías?
-Es normal, no me da coraje. Ya digo que lo importante es el cachondeo y pasarlo bien. Las Brigadas Amarillas me conocen desde que se hizo viral el típico de '¡A mamarla!' cuando mete un gol el Cádiz.
-¿Dónde está su techo?
-No sé, yo de momento tengo lo pies apoyaditos muy bien en este taburete (risas). Yo soy feliz, la verdad. Ojalá pudiera ir a cantar a México, donde tengo un amigo que salió tocando la guitarra en los 'Salseroserosero siete'. Quien sabe, la vida da muchas vueltas.
-Llega la primavera y la alegría del verano. ¿Cómo se presenta?
- Volvemos al Galeón otra vez , una azotea de la calle Sopranis donde lo pasamos genial. Por supuesto estaremos allí y veremos qué puede ir saliendo. Otros años me han salido muchos bolos como en la peña de Enrique el Mellizo, o en la calle Rosa. También me muevo y hablo con bares por si quieren tenerme y van saliendo cositas. No me quejo.
-Joaquín, y con tanto cante y ajetreo, ¿cómo va el tema de las gachises?
-¡Que vaaaaaaaaaaaaaaa! Ahora, de momento no tengo nada.
-Bueno, ¿pero ha habido algo?
-Alguna que otra chica ha habido, sí. Una me dijo que tenía que trabajar, pero le respondí que trabajase ella, que yo era artista.
-Porque de trabajar ni hablamos mejor, ¿no?
-No, no, claro que he trabajado. Estuve en una lavandería de la Zona Franca que me levantaba todos los días a las seis de la mañana para ir desde Loreto. Un mes duré. En poco menos de un mes firmé el finiquito. También he trabajado para una floristería repartiendo flores en los días señalados.
-¿Cómo ve eso del Carnaval en junio?
-Lo veo interesante y acertado por el tema del virus. Veremos como sale porque ya en junio hace calor y la gente va a la playa, pero con todo lo que llevamos pasado con el virus veo bien que se celebre en junio.
-¿Es capillita?
-Me gusta. Mi Nazareno de Santa María, sobre todo. Fui hermano y salí como penitente durante 20 años.
-¿Y no le pega a las saetas?
-Hace años le canté una al Despojado, dentro de su colegio Salesianos, en la recogida
-Y si hablamos de la manera de cargar, ¿con cuál se queda?
-Con ninguna. Yo de cargar, ni mijita.
-(Risas) No hombre, digo que si le gusta más el estilo de Cádiz o el sevillano.
-Ahh (risas). En Cádiz se bailan los pasos de manera espectacular, mejor que en cualquier lado. Me gusta con el hombro, pero no entiendo mucho de eso, la verdad.
-O sea, ¿que hizo sus pinitos en la Semana Santa y en el Carnaval no?
-Bueno sí, salí de figurante en la chirigota del Cascana que iban imitando una procesión con sus pasos y todo. Al final del popurrí me dirigí a Palomar y le dije 'David, aprende' y me marqué un cantesito. Eso está en el Youtube..