ENTREVISTA
«Dos de cada tres hombres agresores son recuperables»
El psicólogo Heinrich Geldschläger trabaja para el Ayuntamiento de Barcelona con hombres que han agredido a sus parejas y que buscan ayuda de forma ‘voluntaria’
El psicólogo Heinrich Geldschläger visita Cádiz para participar en la jornada ‘Hombres frente a la violencia de género’, organizada por el Área de Igualdad de la Diputación de Cádiz este pasado viernes. Geldschläger es uno de los mayores (y de los pocos) expertos que hay en nuestro país en el tratamiento de hombres que han agredido a mujeres. Desempeña su trabajo en la asociación Nexus, contratada por el Ayuntamiento de Barcelona desde hace un decenio para atender a mujeres víctimas de violencia de género, a sus hijos y a los agresores que soliciten ayuda. Este psicólogo, de origen alemán, había trabajado antes con casos de violencia de género, desde 2000, aunque no fue hasta 2005 cuando comenzó a tratar a los propios agresores.
–Durante su ponencia ha llamado a las mujeres víctimas de malos tratos, ‘víctimas-supervivientes’. ¿Por qué subraya este aspecto?
–Me parece que el hecho de haber sufrido malos tratos no debe definir a la mujer para siempre. Es evidente que han sido víctimas pero también que la mayoría ha sobrevivido. Me gusta más destacar el lado positivo que tiene el término en inglés ‘survive’. Además, a ellas les suele parecer mejor que se las vea así y creo que son ellas las que tienen que definirse. Es importante no perder de vista que durante el trabajo con hombres agresores el primer objetivo es proteger a las agredidas.
–¿Quiénes y cómo llegan a su servicio de atención a hombres agresores?
–Suelen llegar hombres de forma ‘voluntaria’ no por decisión de un juez, como cuando hay una condena de prisión. Entrecomillo el término porque normalmente estos hombres vienen presionados por sus parejas, sus madres u otros familiares que les hacen ver que tienen un problema. Muchas veces ellos no son conscientes de que son maltratadores. Otras veces acuden a nosotros porque se han dado miedo ellos mismos tras sufrir un ataque de ira muy violento pero no saben hasta qué punto han de mejorar.
–Usted defiende que los hombres que han agredido a sus parejas pueden ser recuperables con terapia. ¿Esto es una cuestión de fe o tiene datos que lo corroboran?
–No tengo estudios científicos con suficiente base, porque aún hay pocos, pero sí le puedo decir que por mi experiencia, y ya he trabajado con cientos de hombres desde el año 2005, dos de cada tres hombres que terminaron el tratamiento mejoraron considerablemente. Y esto lo han corroborado sus exparejas o parejas. También hay que tener en cuenta que la mitad de los hombres que inician los tratamientos, los abandonan los sin finalizarlos. Me refiero siempre a dos de cada tres hombres que realizan el tratamiento completo, que suele consistir en más de un años de terapia y otros dos de seguimiento. Aún así hay que ser muy cautelosos, no hay que caer en el juego que plantea el propio agresor en la etapa de la luna de miel de la violencia (después de un episodio grave), cuando asegura a la mujer que irá a terapia;entonces ella le da otra oportunidad y relaja las medidas de seguridad. Esto es muy peligroso. Hay que tomar todas las cautelas cuando se comienza un tratamiento y llevarlo a cabo hasta el final.
–¿Qué papel juegan las mujeres en este tratamiento psicológico?
–A nosotros nos interesa mucho la versión de la mujer, ya que en numorosas ocasiones ellos rebajan el nivel de violencia real, le quitan importancia, se les olvidan detalles clave... La mujer es la que te cuenta la experiencia completa. Además, nosotros avisamos si el hombre deja de ir o sicreemos que corren un peligro mayor. También nos encontramos a veces casos de mujeres que no quieren saber nada más de los agresores, algo que es totalmente respetable. Pero nosotros defendemos que si no se trata al hombre que agrede estaremos pasando el problema a otra mujer. Siempre bajo la premisa de que la prioridad es la seguridad de la víctima-superviviente.
–Sinceramente, me ha extrañado que este servicio no forme parte del sistema público directamente...
–Pues así es. Normalmente somos asociaciones contratadas por entidades públicas. Y lo cierto es que con la crisis económica hemos sufrido una involución. Se han dado muchos pasos atrás que no se han recuperado ahora que parece que la economía se ha estabilizado algo más. De hecho, nosotros somos una excepción porque es raro el ayuntamiento que tiene un servicio de este tipo contratado.
–¿Y hay muchas asociaciones como la suya en España que trabajen con maltratadores?
–Calculo que entre diez y quince. Pocas, la verdad. Sobre todo, se encuentran en el norte del país y alguna que conozco en Castilla y León. Los primeros grupos de trabajo con hombres se desarrollaron en el País Vasco, a principios de los noventa, más tarde en Cataluña y en Galicia.
–¿Usted se atrevería a decirme, desde su experiencia, por qué cree que unos hombres maltratan y otros no o por qué unas mujeres son víctimas y otras no?
–No se puede hablar de perfiles concretos porque esto sería falso y estigmatizaría a esos modelos de personas pero sí se puede hablar de condicionantes que te hacen más o menos proclive. Por ejemplo, es fundamental para ellos y ellas despertar la conciencia crítica. Una persona que acata lo que le viene impuesto socialmente sin cuestionar nada está más expuesta a ser machista, evidentemente, sea hombre o mujer. Vivimos en una cultura que nos invita a adoptar ciertos roles y solo la conciencia crítica puede protegernos de esto. También es muy importante el contexto social y familiar; si en tu entorno se disculpan los comportamientos machistas, si se encubren, estarás más expuesta o expuesto a ser víctima o agresor. Y, sin duda, quienes han visto violencia en su infancia, suelen repetir esos roles ya sea el agreviso o la sumisa.
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