FRANCESES EN CÁDIZ

«Es una barbaridad, un cambio de mentalidad brutal»

La comunidad francesa que vive en Cádiz encaja con indignación y dolor este segundo atentado en menos de un año

E. MARTOS

A Pascal Saez se le ha atragantado el desayuno este viernes cuando ha encendido la radio. La primera noticia de la mañana han sido lo s más de ochenta muertos en un atentado ocurrido a escasos treinta kilómetros de la casa en la que creció . Este fotógrafo francés, natural de Cannes, lleva dos años asentado en Cádiz, pero la tragedia le toca de cerca. Cuenta que pasó sus años de universidad en Niza , una ciudad que conoce bien y en la que aún conserva amigos. Admite que no ha querido buscar el nombre de aquellos con los que compartía banca en la facultad por miedo a que la realidad le dé un revés mayor. «Creo que es improbable que hayan sido víctimas, aunque nunca se sabe», dice.

«Los atentados de París me dejaron impactado, pero con este me que quedado atónito», asegura. Pascal viaja una o dos veces al año a la zona para visitar a sus padres. Ahora no frecuenta tanto Niza, pero sí durante su etapa como estudiante. « Pasé cinco años allí a principios de los noventa y es una ciudad que conozco mucho», recuerda. Cree que la tragedia va a cambiar la mentalidad de la gente, porque «te das cuenta de que este tipo de cosas pueden ocurrir en cualquier parte». Pero dice que no va a dejar que le afecte y seguirá viajando con normalidad.

María Errante

Conmocionada sigue aún María Errante , natural de Bélgica, que lleva casi quince años en la capital gaditana. «Yo no soy francesa, pero sí lo es mi marido y su familia, que sigue allí», explica. También su hermana ha sentido el miedo tras el atentado de París y el estado de sitio que se declaró en Bruselas. «Es una barbaridad. No cabe en la cabeza de nadie esa falta de empatía y nos va a obligar a nosotros a cambiar de mentalidad», lamenta. «Allí hay miedo cuando se coge un avión o cuando un ciudadano de rasgos árabes se sienta a tu lado. Toda esta ola de violencia va a aumentar el odio y el racismo», considera.

Tampoco dice entender qué mueve a la persona que acciona una bomba o estrella un camión contra otros. «Ellos han nacido en Francia y sus padres no tienen esas ideas ¿cómo pueden llegar a hacer lo que han hecho?», se cuestiona. Y no parece estar de acuerdo con la respuesta que ha dado el país. María, que gestiona la pastelería Le Poème cerca de la Plaza de Abastos, considera que « los bombardeos sobre Siria no son la solución », aunque es consciente de que dar una réplica de manera pacífica no es fácil. Eso sí, está convencida de que «hay que buscar una solución que pase por la educación y la convivencia social».

Nicolas Rambaud

A Nicolas Rambaud , repostero de La Belle de Cadix desde 2005, también le duele lo ocurrido. La Costa Azul queda justo en el extremo contrario a su ciudad de origen, que bajo la Bretaña, pero le ha golpeado con la misma fuerza. Cree que «a la gente le ha cogido totalmente por sorpresa, porque se esperaba que pudiera ocurrir algo durante la Eurocopa, pero no después». «Esto demuestra que lo peor te puede pasar en cualquier sitio , en un supermercado, un estadio o una zona tan turística como Niza».

Como el resto de sus compatriotas que viven en la capital gaditana no va a dejar que esto le afecte a su día a día . «Siento rabia y dolor, pero voy a seguir viajando a mi país y haciendo mi vida con normalidad a pesar de que cualquier loco pueda cometer un atentado», dice. Sí lamenta lo difícil que esta forma de actuar se lo pone a las fuerzas de seguridad, porque «tiene que costar detectarlos y pararlos antes de que cometan otra barbaridad». Sin embargo, se muestra esperanzado en que el terror se termine disipando.

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