Sanidad

Ángeles de bata blanca y teléfono

Los enfermeros de casos destacan cómo su labor reduce la ansiedad del paciente y disminuye la saturación hospitalaria

Javier Yagüe, Carlos Grandal e Inmaculada Perteguer, en su despacho del Hospital Puerta del Mar.

ANDRÉS G. LATORRE

Acaba una larga estancia en el hospital, donde se ha tenido la atención de enfermeros y médicos. Se recoge el alta. Una ambulancia, un taxi o un familiar lleva al paciente a casa. Una vez allí, pequeños momentos de euforia al recuperar la normalidad y, de pronto, las dudas. ¿Es normal que duela la cabeza? ¿Cada cuánto hay que cambiar las vendas? ¿Cómo le doy de comer? Y surge de nuevo la ansiedad y, en muchos casos, una nueva visita al hospita l. Para evitarlo, está la figura del enfermero gestor de casos , un enlace entre el hospital y el enfermo (o el familiar) cuando éste ha sido dado de alta.

Un enlace que, en el caso del Puerta del Mar , son tres: Inmaculada Perteguer, Carlos Grandal y Javier Yagüe. Y que tienen el apoyo, en la distancia, de los cuatro enfermeros de gestión de casos de atención primaria de Cádiz y los tres de San Fernando, «con los que estamos totalmente coordinados», según explica la propia Perteguer, que lleva en el servicio desde que se instaló en el Puerta del Mar.

«Antes se nos conocía como enfermeros de enlace», relata esta profesional, que explica cómo el año pasado su servicio atendió a 776 pacientes y a 119 cuidadores . «De los que el 80% eran mujeres ». Y es que desde que se implantó el servicio, en febrero de 2006, han cambiado muchas cosas, pero «quienes se terminan haciendo cargo del paciente son mujeres, con independencia de que trabajen o no», complementa Carlos Grandal.

Pacientes y familiares

El perfil del paciente con el que trabajan estos profesionales suelen ser enfermos polipatológicos , con ingresos frecuentes en el hospital. «Por lo general, son pacientes muy mayores (la media está en unos 70 años), pero los hay maduros (sucede mucho cuando una persona tiene un accidente cardiovascular) o, incluso niños», explica Yagüe, al que le cambia el tono de voz al recordar los casos que atiende con pequeños de protagonistas.

Parte importante de su atención se dirige a los cuidadores . Les apoyan psicológicamente y les guían en las dudas que puedan tener, tengan o no relación con la patología de su familiar. «Muchas veces, viendo los síntomas que tienen, les previenes de que van a caer en una depresión o que van a tener un problema físico, sobre todo de tipo osteomuscular , y les solemos prevenir de que tengan cuidado con la aparición de obesidad ».

Una de sus armas es su inseparable teléfono . «Nuestros pacientes saben que nos pueden llamar en cualquier momento, y esos les tranquiliza mucho. Además, en caso de que finalmente veamos que tienen que ingresar, vamos coordinando el operativo con su médico o con los compañeros de urgencias, lo que agiliza mucho el proceso si tienen que volver al Puerta del Mar», explica Inmaculada Perteguer.

La especialidad, cuyo acceso requiere una formación especial que imparte la propia Junta de Andalucía , incluye a pacientes de múltiples áreas, como neurología, cardiología, oncología o cuidados paliativos, aunque es medicina interna la que aporta más pacientes.

«Somos una unidad costoeficiente , nuestra labor ahorra en muchos casos ingresos y consultas aunque, lo más importante, es darle un apoyo a quien está pasando por un momento duro y necesita alguien a quién recurrir», zanja Perteguer.

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