75 Aniversario de la Explosión de Cádiz
«No se va a hacer ningún acto en memoria de las víctimas, es humillante»
El investigador José Antonio Aparicio acusa al Ayuntamiento de Cádiz de «pensar en los fantasmas de la Guerra Civil pero no en las personas vivas de la explosión»
Asegura que todos los actos que se han hecho en homenaje a las víctimas han sido gracias a su iniciativa y que este año no va a «salvar al equipo de Gobierno de la vergüenza»
El Consistorio dice que «aún quedan varias semanas y la previsión es anunciarlo un poco más adelante»
Eran las diez menos cuarto de la noche del 18 de agosto de 1947 cuando un enorme estruendo tiñó de rojo el cielo de Cádiz. Acababa de explotar un polvorín en la Base de Defensas Submarinas de Cádiz, donde algunos años antes habían sido depositadas 2.228 minas submarinas y cargas de profundidad para afrontar la II Guerra Mundial en el supuesto caso de que España hubiese entrado en el conflicto bélico. Algo que, como saben, no ocurrió. Pero las minas se quedaron en Cádiz y ello desembocó en este fatal accidente ocurrido en el lugar donde ahora se encuentra el Instituto Hidrográfico de la Marina, en el barrio de San Severiano .
Murieron 150 personas , de las que se conoce el nombre y apellido de 148. Los otros dos cadáveres, uno de un varón adulto y el otro de un menor, no fueron nunca identificados, jamás nadie los reclamó. El número de heridos no se sabe con certeza, aunque se estima que serían en torno a 10.000 personas , porque muchos de ellos fueron atendidos en boticas que abrieron para atender a la gente del barrio, por los Caballeros Hospitalarios, o en los jardines de casas particulares de San Severiano. Solo se tiene constancia oficial del millar de heridos graves que fueron hospitalizados y de los que existe un registro.
Vidas sesgadas. Familias rotas y desamparadas económicamente. Y daños materiales incalculables de los que Cádiz tardó mucho en recuperarse. «No hubo ni una peseta de indemnización. Todo se hizo y la ciudad volvió a recuperarse gracias a la solidaridad de los gaditanos y de gente que no era de aquí», afirma el investigador José Antonio Aparicio Florido, profundo conocedor de la explosión , que lleva décadas invirtiendo tiempo y dinero «para que Cádiz nunca pierda la memoria de la explosión» y que ha adquirido un «compromiso moral» con «las víctimas, los damnificados y sus descendientes». En aquel entonces «la condena al silencio inherente al Régimen sembró de dudas y de reprimida indignación a quienes fueron testigos de tan dramático suceso» y aún hoy las heridas siguen abiertas.
A falta de un mes para el 75º aniversario de este importante hecho histórico, según el investigador , no hay previsto ningún acto oficial por parte del Ayuntamiento de Cádiz para homenajear a las víctimas de esta tragedia . «Es humillante», afirma indignado Aparicio, al tiempo que explica que lleva años avisando del acontecimiento a Martín Vila , concejal de Urbanismo, Movilidad, Servicios Municipales y Memoria Democrática y Cementerios del Ayuntamiento de Cádiz, sin respuesta por su parte. Mientras que el Consistorio, preguntado al respecto por este periódico, responde que «aún quedan varias semanas y la previsión es anunciarlo un poco más adelante» .
Sin respuesta a las propuestas
La cosa viene de lejos. Según explica José Antonio Aparicio a este periódico, en 2017, debido a los atentados terroristas de Barcelona que tuvieron lugar el 17 de agosto, Martín Vila «quiso suspender (de hecho lo hizo con los actos oficiales) la inauguración de la exposición en el Castillo de Santa Catalina. Le pregunté si entonces había que silenciar la catástrofe de Cádiz por la de Barcelona cuando, precisamente, debido a ella, tenía aún más sentido realizar los actos de conmemoración, porque lo que había que hacer era reivindicar a las vícticas de cualquier catástrofe». La exposición finalmente se inauguró. Una exposición sobre la explosión de 1947 que a día de hoy sigue en Santa Catalina y que, cuenta José Antonio, se sacó adelante gracias a que él puso de su bolsillo 2.200 euros para los paneles, así como a las donaciones altruistas de los Caballeros Hospitalarios, Diputación y familias particulares que han donado «piezas con un alto nivel sentimental para ellos», porque «aunque se aprobó en el Pleno no había presupuesto municipal para hacerla».
«Todo ello se ha hecho siempre por iniciativa particular pero para ir calentando motores y haciendo efecto palanca para que el Ayuntamiento por iniciativa propia pudiera hacer un 75 aniversario que dignifique la memoria de los que fallecieron y un episodio tan importante de la historia gaditana», cuenta Aparicio. Nada de eso ha sucedido. De hecho el año pasado, asevera, «todos los actos los planifiqué y los organicé yo, porque el Ayuntamiento no lo hizo». Unos días antes, narra el investigador, presentó los actos en la asociación de vecinos de Astilleros y a dicha presentación acudió Martín Vila. «Les dije que quedaba un año para el 75 aniversario y que había planificado muchas actividades y era necesario organizarlo antes de diciembre, porque si no, no había tiempo de hacer nada digno. Me contestó que sí, que nos teníamos que reunir, pero nada. Es lo mismo que dice a todo el mundo, que sí, pero al final no hace nada », cuenta.
Así las cosas, Aparició cuenta que envió una propuesta de actividades al Ayuntamiento de Cádiz , entre las que se encontraban proyectar documentales de la explosión en el cine de verano, hablar con Navantia para poner una placa en memoria de los trabajadores fallecidos, que la Unidad Militar de Emergencias realizase algún simulacro, conferencias, visitas especiales a la exposición y a otros lugares vinculados por la exposición. «El 90% de ellas tenían un coste 0 para la ciudad. No recibí ninguna respuesta».
Explica el investigador gaditano que la portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Cádiz, Lucrecia Valverle, le pidió dichas propuestas. En febrero, la portavoz naranja preguntó en el pleno si el actual equipo de Gobierno había iniciado los preparativos para los actos de la celebración del 75 aniversario de la explosión de Cádiz . «El alcalde le contestó que le mandría un correo con la respuesta cuando tuviese la información. A día de hoy nadie ha vuelto a contactar conmigo», señala Aparicio.
«Llegamos a día de hoy y no hay tiempo para preparar nada digno a las víctimas de la explosión», denuncia el experto. «Si el equipo de Gobierno no tiene interés en los actos de la explosión podemos dar por concluida su memoria» , zanja. «Es humillante. No es solo que no haya actos sino que estamos sufriendo la humillación definitiva de un gobierno progresista de la ciudad de Cádiz».
«Que den la cara»
No queda aquí la cosa respecto a los agravios sufridos que denuncia José Antonio Aparicio. Su último libro sobre esta tragedia, 'Los papeles secretos de la explosión' (tiene otros dos anteriores) se presentó el pasado sábado 9 de julio en la Feria del Libro de Cádiz. Le adjudicaron el espacio Pilar Paz Pasamar para hacerlo. «Cual es mi sorpresa cuando me encuentro con un montón de sillas puestas a pleno sol, a las 11.30 de la mañana, con unas sombrillas que no se podían abrir por la levantera», detalla, «le dije a una de las funcionarias de Cultura que era mejor hacer la presentación en la calle, que allí por lo menos había sombra». Asegura que no se fue por respeto a la gente que había acudido a la presentación. «¿Esa es la memoria de la explosión y el respeto que el Ayuntamiento tiene por las víctimas?» , se pregunta.
Aparicio se muestra cansado. «Ya no estoy en disposición de aguantar todos esos desprecios», declara. «Yo personalmente no les voy a salvar este año de la vergüenza que deberán pasar por tratar como han tratado a la ciudadanía gaditana. No les voy a preparar los actos de la explosión, ni los de la noche, ni las visitas guiadas. Que den la cara si quieren, el alcalde y Martín Vila », cuya delegación de «Memoria Democrática debería llamarse de amnesia institucional» .
El investigador acusa a Martín Vila de mentirle cada vez que ha hablado con él sobre el tema. «La explosión es todo abandono. Ha sido abandono permanente».
«No hay hueco para ellos en la memoria de esta ciudad»
A pesar de que aún quedan supervivientes de la explosión o hijos de algunos de los que fallecieron . Como Juan Cejudo , hijo de Ramón, que murió mientras cenaba en el comedor de suboficiales. «Dile a mi mujer y a mis hijos que los quiero mucho», dijo Ramón antes de fallecer a un compañero que, cuando se recuperó de las heridas, fue a transmitir el mensaje que el pequeño Juan de 5 años escuchó junto a su madre.
O el marinero José Marroquí Roldán , al que Aparicio propuso nombrar hijo adoptivo de Cádiz . Detalla el investigador que Marroquí había pedido permiso el día de la explosión y su compañero Tudela le hizo la guardia, falleciendo bajo los escombros del taller de lanchas rápidas. Al día siguiente de la explosión mandaron a Marroquí (que actualmente tiene 96 años) a desescombar viviendas de Tolosa Latour y alrededores. Lo que allí vio le hizo tener un cuadro de ansiedad por el que estuvo dos meses ingresado en el hospital de San Carlos.
O José Martí , marinero que estaba haciendo la mili en San Fernando en el momento de la explosión. Fue de voluntario a Cádiz a ayudar junto con otros 60 compañeros. Y les tocó «crear una cadena humana de la Casa Cuna para bajar a los niños huérfanos, sus cuidadoras y las monjas». Estuvieron horas cargando cadáveres de niños. «Nadie se acuerda de él, no ha recibido una sola carta de agradecimiento», afirma Aparicio.
O Mercedes Salinas , una de las pocas supervivientes de la calle Tolosa Latour, que conocía a todos los que fallecieron «y lo recuerda perfectamente. Gracias a su memoria hemos podido recuperar lo que pasó allí. Está viva todavía y vive en San Fernando».
Todos ellos supervivientes de la tragedia. «El problema es que ni cantan ni bailan. Como no pertenecen al colectivo LGTBI+, al carnaval, al Flamenco o al fútbol no hay hueco para ellos en la memoria de esta ciudad », denuncia Aparicio.
El Ayuntamiento de Cádiz «piensa en los fantasmas de la Guerra Civil pero no en las personas vivas de la explosión de Cádiz», dice el experto. «No tiene memoria de lo que ocurrió y de la solidaridad de los gaditanos con la que se sacó adelante».
«Este año no le voy a salvar de la vergüenza de lo que va a ocurrir. No porque sean de un signo político u otro, sino porque les llevamos avisando mucho tiempo», declara José Antonio Aparicio Florido. El investigador solo impartirá una conferencia con motivo de la explosión de 1947 y será el 18 de agosto a las 19 horas en el Archivo Provincial, en el marco de la donación del legado de la familia de Pascual Pery Junquera, uno de los héroes de aquella tragedia de la que se cumplen 75 años fundida en negro.