Feria del Caballo 2022

El viento no frena el deseo de disfrutar de la Feria de Jerez

Al calor, protagonista de la semana, se suma el viento, que no impide que el González Hontoria vuelva a mostrar un aspecto fantástico en sus casetas

El viento no deslució el ambiente del martes de feria. Antonio Vázquez

Miguel Guerrero

A las altas temperaturas que vienen marcando los días de la Feria del Caballo , este martes hubo que añadir un nuevo agente meteorológico: el viento. Con rachas de hasta 25 kilómetros hora, el viento hizo acto de presencia en el parque González Hontoria. Y aunque no fuese suficiente para que el polvo del albero se levantase de manera contundente, sí que supuso una pequeña molestia. Afectó en mayor medida a los alérgicos que, de por sí, suelen ver cómo esta semana se intensifica su sintomatología.

Galería.

Pero nada que una pastilla de Ebastina o cualquier otro medicamento para la alergia no pudiese solucionar. Las ganas de disfrutar junto a la familia y amigos continuaron manteniéndose en cotas altas en este casi ecuador de la Feria. Al mediodía, llegaban al recinto ferial los más tempraneros mientras que los trabajadores de las casetas terminaban de volver a prepararlo todo para dar comienzo a un nuevo día.

El personal de las casetas merece todo el respeto y admiración por su capacidad de esfuerzo y sacrifico en estos días. Lamentablemente, a veces tienen que sufrir todo lo contrario. Los usuarios maleducados con estos empleados son minoría, pero protagonizan situaciones realmente frustrantes, siendo este cronista testigo de un par de ellas.

Al margen de estas muestras de poca educación, que afortunadamente no son la tónica dominante pero que sí producen cierta desesperanza en aquellos que la presencian, el martes de Feria volvió a contar con el colorido y la alegría que caracterizan esta edición.

De nuevo, todos los ingredientes se entremezclaron en el González Hontoria para el disfrute de los asistentes. Vinos de la tierra, caballos majestuosos desfilando por el Real, farolillos, volantes y mantones y, por supuesto, casetas con buen ambiente. Y el flamenco, componente esencial en esta y en cualquier otra fiesta de la ciudad jerezana.

Si bien es cierto que parece que cada vez gana más espacio el ambiente discotequero –sobre todo, durante la noche–, el flamenco sigue siendo el eje principal de la Feria. Las sevillanas, bulerías y el resto de los palos son la banda sonora de las casetas que mantienen viva la esencia de la fiesta. Jerez, cuna de esta expresión artística reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, no se podría permitir el lujo de descuidar una de sus señas más reconocidas. Por fortuna, en la Feria del Caballo hay espacio para todo y todos, y una parte importante del mismo debe seguir siendo para el flamenco.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios