Agricultura
Pérdidas económicas y explotaciones inviables ahogan el campo gaditano
Asaja y COAG repasan las «cartas trucadas» con las que los agricultores juegan la partida a nivel nacional y europeo
«Somos agricultores al límite . Así es como se encuentra el campo gaditano. Hay una serie de cuestiones que hacen que nuestras explotaciones sean inviables y que estemos perdiendo dinero en muchas de nuestra producciones». Así de indignado se siente Pedro Gallardo, vicepresidente de Asaj a a nivel nacional y presidente en la provincia de Cádiz, quien animaba a toda la sociedad a apoyar al sector agropecuario de la provincia a través de las movilizaciones que hay programadas en distintos puntos del territorio español.
Desde COAG , el secretario provincial de Organización, José Luis Ibáñez, asegura que «estamos jugando una partida con cartas trucadas , que lo único que hace es limitar el futuro del campo» tanto andaluz como gaditano. El sector siempre se encuentra «con un muro con el que te chocas y no hay forma de romperlo: son los precios ». Esa es la primera gran reivindicación del colectivo de agricultores
«Para nada los precios acompañan. No tiene nada que ver lo que se le paga al productor con lo que pagamos los consumidores al comprarlo», subraya Gallardo. «Es un 300 ó 400 por ciento en el lineaje de los productos en el supermercado, cuando el productor además se pasa seis o siete meses mimando una producción y cuando hay una serie de intermediarios que, en muchas ocasiones, ni siquiera ven el producto y se llevan un margen, mientras que el agricultor en muchas ocasiones, tiene que v ender a pérdidas ».
En Cádiz, los precios de todas las producciones están afectados: «Si se habla de los cereales , hace diez años, se vendía una tonelada de trigo duro en torno a 400 euros, y ahora está la tonelada a 240 euros; en girasol se vendía a 540 euros toneladas y ahora está en torno a los 330». De las producciones gaditanas lo único que podría verse salvado, según Asaja, es el aguacate y «muy poco más», mientras que el resto, como los cítricos , están afectados. Por ejemplo, también tiene una situación negativa la uva de Jerez , que cuenta con el consejo regulador más antiguo de España, y «es prácticamente la uva peor pagada de toda España. Se ha pasado de 20.000 a 6.500 hectáreas y como no se haga algo aquí lo que va a quedar es la viña de bodega porque no es rentable y además en los últimos cuatro o cinco años no ha habido incorporaciones de jóvenes».
Ese es el hartazgo de los agricultores: los precios, que deberían haberse actualizado en los años 80 . Por ejemplo, con productos elaborados como el pan si se ha hecho así. El panorama consiste en que el consumidor paga unos precios que a los productores no les llega, pero «si se hubiera actualizado así en los 80, el IPC debería haber actualizado a un 80 o 90 por ciento los precios de entonces, y no que nuestros precios son iguales o peores que en aquella época». Y además, mientras tanto, los costes de producción les ahogan : ha subido el gasoil, los fertilizantes, han ampliado las materias activas, los productos fitosanitarios, la mano de obra…, y encima hay una pérdida de rentabilidad .
Desde COAG mantienen que «legalmente se dice, cuando no es cierto realmente, que los precios no se pueden tocar, que entra el Tribunal de la Competencia porque estamos en un libre mercado . No se pueden repercutir los precios de los gastos en la producción, algo que ya empezó con el olivar y que ahora están viviendo en las hortalizas». También aclara Ibáñez que hay una “competencia desleal o un dumping en todos los aspectos”.
Más trabas
Además, la renta agraria cayó el año pasado un 9 por ciento ; indica el presidente provincial de Asaja, que afirma que «también nos afecta» y destaca como «capítulo aparte» el Salario Mínimo Interprofesional (SMI). Tras negociar con sindicatos durante un año entero, «habíamos acordado una subida salarial ponderada para 2019, 2020 y 2021 y nos encontramos que el Gobierno, a base de decreto, sube el salario un 22 por ciento, e incluso puede que haya nuevas subidas. Esto, en la agricultura de hoy día es inadmisible, inaceptable y si se sigue así van a quedar muy poquitos agricultores».
Al campo también le afecta el « veto ruso » desde hace cuatro años. Por un conflicto bélico entre dos países, «se nos prohibió exportar a Rusia frutas y hortalizas». Ahora el conflicto ha terminado pero «seguimos sin poder venderles frutas y hortalizas».
Para los agricultores, el Brexit es otro obstáculo. «Ojalá se hubieran quedado en la UE los ingleses, pero si ellos se van, lo que no se puede hacer es generar un boquete que dé la espalda al agricultor y a la futura reforma de la PAC ». Aclara Gallardo que «si va a faltar dinero porque se va Reino Unido y porque hay que hacer nuevas políticas, no deberían hacerse con fondos de la agricultura, deberían actualizar dichos fondos con IPC, pero no plantearse un recorte en la UE -previsiblemente en torno al 11 por ciento-». A juicio de Asaja, lo que hay que hacer es aportar más dinero por parte de los estados miembros y no tendríamos que pagar el pato los agricultores”.
Coinciden ambas organizaciones en que «los controles europeos no se realizan con otros países». Los acuerdos comerciales también nos están afectando. Por ejemplo, no puede ser que para producir tomates en Marruecos tenga 20 sustancias activas , que puedo usar en Marruecos sin problemas, y luego ese tomate de Marruecos lo puedo vender en España, entrando en competencia con los nuestros que tienen prohibidas dichas sustancias. En concreto, Asaja explica que se da la disyuntiva de que el consumidor los compra al mismo precio y encima son productos que tienen sustancias que no son permitidas en España y el consumidor ni lo sabe. «Si es válido en Marruecos, es válido en España y si no es válido en España, no debería entrar».
Esta situación también ocurre con las naranjas sudafricanas, «con más de 30 sustancias activas no permitidas en España, pero que se encuentran durante muchos meses en los supermercados . Eso no puede ser, deben cuidarse a los agricultores, como hacen los franceses».
COAG considera que no hay «interés político» por darles una solución a los agricultores, y se actúa con distinto baremo entre los países de la Unión Europea y los que no son miembros. Ibáñez considera que el sector está «atado de manos y pies» .
Por eso van a salir a la calle «en masa, a c ortar carreteras y reivindicar lo nuestro . Vamos a pedir que nos acompañen todos, Somos quienes alimentamos a las ciudades. Alimentamos con productos seguros, saludables, con responsabilidad y muy económicos». Como dato ilustrativo de la situación actual se sabe que frente al 55 por ciento del sueldo que se gastaba en alimentación en los años 60; ahora se gasta un 15 por ciento.
Las organizaciones agrarias invitan a todos los colectivos: «El consumidor tiene que estar en la manifestación y los transportistas, los escolares y jubilados porque al final quienes mantienen los pueblos son los agricultores». La situación hace prever un abandono de los habitantes de los municipios.
Medidas a tomar
Asaja plantea al Gobierno central que lleve a cabo un « análisis y reconduzca la cadena alimentaria ». Entre lo que paga un consumidor y lo que cobra un productor no puede haber una diferencia del 200 por cien; debería tener una diferencia de un 10-20 por ciento. Debe haber mayor transparencia , «no podemos vender a pérdida”.
Para los colectivos hay que tener « mano dura en las negociaciones de terceros acuerdos comerciales». El acuerdo con Mercosur «no es nada ventajoso para la agricultura europea, y mucho menos para la española. Mercosur debería estar vetado», según Pedro Gallardo.
También quieren «mano dura en la negociación con la PAC» porque no se puede perder el fondo para la agricultura en detrimento para otros sectores.
A nivel estatal, explica COAG que ya ha habido un encuentro con el Ministerio, y en esa primera toma de contacto ha señalado que se pueden estudiar varios aspectos. En concreto, la «modificación de la Ley de la cadena alimentaria», tal y como han indicado desde el Gobierno central, donde «de alguna forma se podrá regular no vender a pérdidas, estableciendo un precio mínimo y atendiendo al coste de producción».
El sentir de los agricultores es que «estamos muy cansados y quemados». Ya no se puede quedar en algo testimonial, ya no se puede aguantar más la situación y hay que«continuar y continuar con las movilizaciones».
Por eso el calendario, consensuado entre COAG, Asaja y UPA, arrancará el próximo 18 de febrero, a las 11 horas, en la carretera A-384 (Arcos-Antequera), a la altura de Villamartín. Además del corte de la vía se llevará a cabo una tractorada y un paro agrario. Será la primera de muchas movilizaciones con el claro objetivo de hacerse oír porque son #AgricultoresAlLimite .
Noticias relacionadas