RELIGIÓN
La Ortodoxia en Cádiz
En torno a 2.000 personas, la mayor parte inmigrantes de Europa del Este, viven la fe ortodoxa en la provincia
En Jerez, el padre Miguel Moreno lucha contra viento y marea para que la Capilla de la Madre de Dios y Santa Melania continúe echando raíces en la ciudad
Apenas se habla de ellos y son cerca de un millón y medio de creyentes en toda España y Portugal. En Cádiz se calcula que unos 2.000. Se concentran principalmente en las grandes ciudades y son, en su mayoría, inmigrantes llegados desde países de Europa del Este. Pero la radiografía de la ortodoxia española muestra perfiles variopintos y más de medio centenar de templos en propiedad, a los que hay que sumar otros muchos arrendados y los cedidos por la Iglesia Católica.
La comunidad ortodoxa continúa creciendo de forma discreta. En la primera mitad apenas podían contarse un par de núcleos de creyentes en Madrid y Barcelona, vinculados a la diáspora griega. En los últimos años ha ido creciendo exponencialmente al calor de los movimientos migratorios.
Actualmente, no hay provincia española en la que no esté representada. La península ibérica cuenta con cerca de 200 parroquias y misiones. Ente las comunidades más activas de la provincia destaca la que se reúne en torno a la Capilla de la Madre de Dios y Santa Melania, localizada cerca del Estadio de Chapín, en Jerez de la Frontera . Se trata, en realidad, de una delegación de la Parroquia de San Serafín de Sarov de Sevilla, la cual tiene más de 20 años de antigüedad y pertenece, a su vez, al Arzobispado de España y Portugal del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla.
El pope Miguel Moreno, su líder espiritual
El pope Miguel Moreno es el líder espiritual de un grupo de cerca de 30 fieles, la mayoría rumanos, aunque entre los asiduos también se encuentran oriundos de otros países, como Ucrania, Chipre e incluso varios españoles. Durante la Pascua y en otros momentos álgidos del calendario litúrgico este número asciende hasta el medio centenar, incluyendo a residentes de localidades vecinas como El Puerto de Santa María .
El padre Miguel, como le llaman los parroquianos, lucha contra viento y marea para que la semilla que plantó hace poco más de año continúe dando frutos. Más que la diversidad étnica, la principal dificultad que afecta a la comunidad es la situación económica por la que atraviesa la mayor parte de sus miembros, trabajadores inmigrantes en situación laboral precaria.
Como explica el padre Miguel, « la fe se vive con sinceridad, pero con ese inconveniente : la prioridad de ellos es sacar a sus casas adelante», por lo que apenas tienen tiempo para la vida religiosa. Aun así, «las liturgias se viven con mucha intensidad», quizás porque es un momento de conexión, no solo con Dios, sino con sus raíces, lo que les proporciona fuerzas para seguir luchando.
Al gaditano medio, acostumbrado al rito católico , seguramente le llame la atención el marcado componente mistérico de estas liturgias , en las que el incienso, las velas y el canto juegan un papel preponderante. La estética bizantina propia de la Iglesia Ortodoxa no resta un ápice de hispanidad a una capilla cuya lengua vehicular es el español, y cuyas paredes están exornadas con iconos de Santiago Apóstol o de santos andaluces como San Isidoro y Santa Justa .
Pero las misas no son el único cometido de este grupo de feligreses. Los estragos que sufren mucho de sus correligionarios ha reforzado el compromiso social del padre Miguel. A través de la Asociación Ortodoxa Occidental Padre Juan María, desarrolla una valiosa labor asistencial , colaborando, sobre todo, con comedores públicos y en la donación de ropa. Ese compromiso social también está vinculado a la defensa de los Derechos Humanos, la paz y la ecología, valores que los ortodoxos de Jerez y su entorno reivindican en el seno del Círculo de la Fraternidad, un colectivo ecuménico que una vez al mes celebra un encuentro en torno a un tema específico en la Plaza del Arenal.
Mismas fiestas, distinto calendario
Aparte de este núcleo de creyentes, muchas otras personas viven su fe ortodoxa de forma más aislada , especialmente en las fechas señaladas del calendario, como la Cuaresma . Las fiestas son para algunos residentes extranjeros un vínculo identitario con su religión y su país natal. Tal es el caso de Branislava Grujic, pediatra nacida en la Voivodina serbia , quien desde que comenzó a estudiar y trabajar en Cádiz celebra siempre con sus amigos españoles la Pascua y la Navidad según la tradición serbia y conforme marca el calendario juliano , que es por el que se rigen algunos patriarcados.
Otras iglesias como la rumana adoptaron hace años el calendario gregoriano. En este caso, el hecho de que festividades como la Navidad se celebren el mismo día que los católicos es un arma de doble filo: a muchos les ayuda a integrarse en la sociedad , a veces al precio de que las costumbres ortodoxias se diluyan. La Pascua es la única fiesta que todas las iglesias ortodoxas autocéfalas celebran el mismo día, semanas después del Domingo de Resurrección católico.
Dada la similitud doctrinal entre ambos credos , al llegar a España muchos ortodoxos sienten el contraste en el campo de la estética y los rituales. Al evocar las sombras el dominio del diablo, la Ortodoxia no puede representar figuras divinas en tres dimensiones . Así, contemplar por primera vez un paso de Semana Santa puede ser una experiencia impactante . Esa sensación tuvieron Anna Kerzhantsava, una estudiante bielorrusa de Filología Hispánica que visita anualmente la provincia, y Oana Neagu , una joven rumana que se siente portuense por los cuatro costados. Entre otras diferencias, Oana comenta que los ortodoxos ayunan en más ocasiones y de forma más rigurosa.
Más allá de sus orígenes diversos, los ortodoxos gaditanos practican su fe con naturalidad y con esa espiritualidad que les caracteriza. Algunos han prosperado, otro no tanto. Algunos siguen extrañando a su patria y a los familiares que allí dejaron, otros, en cambio, parecen haber superado la nostalgia. Pero todos tienen en común un sentimiento: el de amor hacia la tierra gaditana que un día les acogió para emprender una nueva vida .
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