La defensa anónima del artículo 47 de la Constitución con «Todos con Casa»
La asociación en cuatro años ha propiciado una «segunda oportunidad», rehabilitando 20 casas vacías para 67 adultos y 34 menores y todo ello con cero recursos
Cuatro años, 20 casas, 67 adultos y 34 menores. Ese es el balance que ofrece la asociación Todos con Casa , que funciona en Jerez y que deja de lado «la beneficiencia al uso para dedicarse a la innovación social ». Una asociación que está compuesta por 21 voluntarios pero que tiene más del triple de solicitudes para colaborar desde distintos puntos de España.
Se dedican a rastrear el término municipal de Jerez, realizar un censo de viviendas vacías , las que son propiedad de los bancos, las que necesitan importantes arreglos… A partir de ahí van buscando opciones de vivienda donde ellos puedan ayudar al propietario a su r ehabilitación, al reciclaje , y por parte de la propiedad se facilite una casa con una renta que ronde los 20 0 euros. Todos trabajan para conseguir ese demandado hogar que no tiene nombre hasta que en asamblea deciden qué familia o voluntario se merece tener esa segunda oportunidad. «Patitas en la calle, mucha información que cuesta mucho trabajo», aseguran los voluntarios. Para el arreglo de las viviendas cuentan con la colaboración de empresas de la talla de Martín Casillas, Holcim, Leroy Merlín y ferreterías que les mantienen las cuentas abiertas.« Trabajamos en red y creamos una comunidad convencida y proactiva» que aporta su esfuerzo a una causa que hace que «te des cuenta de que todos los humanos coincidimos en los sueños y los miedos».
La presidenta de la asociación subraya que «nuestro único aval es la intención de pago. No pedimos nómina. El secreto nuestro es el compromiso común ».
La única aportación de la Administración en estos cuatro años han sido 19.000 euros de la Diputación que les sirvió para pagar a una trabajadora social que tuvieron que contratar, así como para gasolina, gastos de oficina o responsabilidad civil.
La crisis económica que se ha vivido durante los últimos años ha llevado a que la vivienda sea el primer factor que arrastra a cualquier familia a la exclusión social. Su filosofía se centra en el artículo 47 de la Constitución : «Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación». Es en «deben darnos herramientas para poder tener una vivienda digna y eso es lo que hacemos, dar herramientas», explica Rebeca García Mijares, voluntaria que colabora en cuestiones de comunicación.
La situación de pobreza hace que «nos descuidemos, que normalicemos una situación negativa». El colectivo trabaja con sus voluntarios en aspectos como la dignidad, el empoderamiento de las mujeres y la transversalidad. Es una asociación con perspectiva de género, que lleva a cabo acciones tan singulares como que «el contrato vaya a nombre de la mujer, aunque se cuente con el consenso de la pareja. Sólo el hecho de tener tu casa, la perspectiva cambia». Tener una vivienda te da poder, libertad , autoestima y dignidad.
Vivir en la pobreza provoca que «la autoestima quede en el suelo y en la asociación trabajamos el cambio de chic en todo aquel que viene buscando una segunda oportunidad», matiza la presidenta del colectivo, Victoria Sánchez. «Hay que redefinir el fracaso, que no sea personal. A nivel económico es una situación social, pero lo que hay es que sentirse orgullosos, que nuestros hijos nos vean como mujeres fuertes. Y trabajar el concepto de la soledad porque no estamos solos».
Ante la posibilidad de entrar de nuevo en crisis, desde Todos con Casa piden que «se creen herramientas. Hay que eliminar el falso bienestar» donde hay familias que pueden ser consideradas como los nuevos pobres, con ambos padres trabajando, y que no llegan a final de mes.
Cómo surgió la idea
La presidenta de Todos con Casa puso en marcha esta iniciativa como un «proyecto personal», después de que la echaran de una vivienda de alquiler y comprobar lo que se siente. «Empatizo con el conflicto y la necesidad y a partir de ahí empecé a hacer a lquileres sociales , donde se cobraba poquito y por inercia monté mi propia inmobiliaria a nivel social, pero no funcionó. A partir de ahí y con la idea en la cabeza decido montar la asociación con una primera vivienda que era para una persona en situación de calle, que me llegó de la mano de Cáritas». Todo el mundo pensaba «que era inviable, que estaba loca, pero la realidad es que puede salir para delante».
En estos años han trabajado con la plantilla de Bienestar Social del Ayuntamiento de Jerez que «son nuestros pies y nuestras manos porque la mayoría de las familias nos vienen derivadas de allí». Sin embargo, Victoria Sánchez no se encuentra muy satisfecha con el trato recibido por parte del Consistorio , al que llevan años demandando un local y le ofrecieron trabajar de la mano, solicitando un convenio de colaboración, por el que le permitirían «el uso del censo de viviendas vacías de la ciudad, de la información que habíamos trabajado…». Pero su respuesta fue «que no nos metamos en líos y a los pocos días se subieron el sueldo en el Pleno y eso nos indigna».
El panorama que se vive en Jerez
Según Victoria Sánchez, Jerez está abandonado y hace que «se cree una inercia y se normalice la situación de pobreza». Explica que con la «mala cultura de alquiler que ha habido se da la situación que hay propietarios de vivienda en la asociación con la hipoteca más alta que lo que cobran por el alquiler». Se trata de un proyecto «de personas y si se desarrolla en Jerez se puede llevar a cabo en cualquier sitio». Tras difundir su labor «nos han dado pisos a menos de 200 euros en toda España, como en Madrid un ático cedido; otros dos en Madrid por 200 euros; en Barcelona, Oviedo, Valencia, Málaga, Granada, Canarias, Pontevedra, Huesca…».
En Jerez es que «hay mucha ocupación de viviendas de bancos , de viviendas de alquiler, hay muchos propietarios a los que no se pagan, hay quienes viven en infravivienda sin contrato con luz y agua cogida pagando un alquiler. Esa es la realidad». Una realidad donde apenas se tiene constancia del « desahucio silencios o» con el tema del alquiler, precisa Rebeca García: cuando se le sube de repente la renta al inquilino sin razón alguna y bajo el apremio de echarlo de la casa.
Ejemplos de vida
Los perfiles con los que están trabajando en Todos con Casa son personas migrantes, jubilados con pensiones mínimas y en un 30-40 por ciento se trata de familias monoparentales , en la mayor parte de los casos encabezadas por la madre.
Dentro del colectivo, como se trabaja en red, con un importante «trabajo de concienciación que demuestra en todo momento que es viable», hay personas con nombres y apellidos. Está el caso de Gregorio León, que comenzó como voluntario, «echando una mano y cuando, al poco tiempo de estar con ellos falleció un familiar, me encontré con un inmueble que no estaba en condiciones y que era más un problema que otra cosa». Lo ofreció a la asociación como almacén «pero se vio que tenía posibilidades». Al final pasó de voluntario a ser propietario.
También forma parte del equipo de voluntarios Ana Rodríguez, futura inquilina, que contactó con la asociación por otro voluntario. Divorciada y con dos niñas de 16 y 10 años, sólo contaba con la pensión que le manda su ex pareja, y estaba «en ejecución de hipoteca. No me dan certeza de que me quede». Es la coordinadora de limpieza cuando se revisan los pisos y se encuentra muy feliz de formar parte de esta «familia».
Uno de los inquilinos de Todos con Casa es Salvador Jaén, voluntario que lleva un año formando parte del colectivo. Cuando llegué «era desempleado, a punto de desahuciarme de mi casa con dos niños. Me echaron de la casa y colaboro con los temas de mudanzas, hablar con los temas de muebles». Es de las personas que tiene muy claro que «no se puede perder la esperanza».
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