TÍO PEPE FESTIVAL

Las composiciones de Manuel Alejandro se vuelven eternas en el Tío Pepe Festival de Jerez

Durante algo más de dos horas y media la Bodega Las Copas se engalanó para rendirle un más que merecido homenaje al compositor, el cual no pudo asistir a esta noche tan especial

Mariola Cantarero y Manuel Lombo durante uno de los momentos de la noche Paco Martín

Adrián V. B.

La programación de la séptima edición del Tío Pepe Festival de Jerez llegaba a su fin en la noche del martes con el homenaje que diferentes artistas del panorama musical nacional, acompañados por la Orquesta Sinfónica de Málaga, le rindieron al compositor Manuel Alejandro.

Durante 11 días el escenario de Bodega Las Copas ha vibrado con multitud de canciones que fueron interpretadas por tantos artistas diferentes como José Luis Perales, India Martínez, Víctor Manuel, Ana Torroja, Isabel Pantoja o Rosario.

De esta manera, lo que se vivió en la noche del martes fue el broche de oro a una edición que, aunque marcada por la Covid-19, se pudo celebrar finalmente con todas las medidas necesarias para su correcto desarrollo y, con ello, garantizar tanto la salud como la seguridad de los asistentes.

A pesar de que el concierto estaba preparado para comenzar a las diez de la noche, éste lo hizo algunos minutos más tarde cuando la Orquesta Sinfónica de Málaga , así como el pianista José Antonio Márquez, terminó de tomar su posición en el escenario que se iluminaría por última vez.

Tras ese momento el director de la misma, Francisco Javier Gutiérrez, salía entre aplausos para tomar su batuta y comenzar los primeros pasajes musicales en los que se le dieron forma a algunas de las canciones que ha escrito Manuel Alejandro durante toda su trayectoria, siendo acompañadas por imágenes del mismo.

Así, Mariola Cantarero comenzó a interpretar, bajo su propio estilo, «Se nos rompió el amor», dejando atónito al patio de butacas ante esta versión operística del clásico que popularizó Rocío Jurado. Algo similar ocurriría con «Vibro», también de la chipionera más universal, en la que Cantarero compartió protagonismo con Manuel Lombo y con el piano de Jesús Lavilla, siendo difícil de contener la emoción.

Fue en ese instante cuando Lombo se quedó a solas en el escenario para hacer lo propio con «Te estoy queriendo tanto», pasando el protagonismo instantes después a Laura Gallego y a «Señora» y a «Frente a frente». La noche continuaría con Ismael Jordi, el cual le dio vida de nuevo a «Dueño de nada».

Debido al poco tiempo del que disponía cada artista entre cada canción, aprovecharon la ocasión para mostrar su agradecimiento a los allí presentes y estos se lo devolvían en sonoros aplausos incluso durante las actuaciones.

Joana Jiménez ocupaba el escenario entonces para realizar un medley en el que no faltaron «A que no te vas» y «Ese hombre», cediéndoselo entonces a David DeMaría, el cual hizo propia la composición popularizada por Raphael «Que sabe nadie» y «Procuro olvidarte». «Viva Jerez», conseguía pronunciar con una gran emoción reflejada en su rostro.

Mariola Cantarero regresaba entonces a Bodega Las Copas con mantón de Manila y abanico en mano para interpretar «Viva el pasodoble», pasándole el protagonismo de nuevo a Laura Gallego , la cual hizo suya «Voy a perder la cabeza por tu amor» y «Si a veces hablo de ti».

Tras un vídeo en el que se hacía un recorrido diacrónico por la trayectoria profesional de Manuel Alejandro desde 1945 y hasta la actualidad, en el que aparecía cantando «Yo soy aquel» , prosiguió una noche a la que aún le quedaba mucho por vivir.

La Macanita hizo entonces su aparición con un cuadro flamenco en el que no dudó ni un solo instante en traerse a su estilo composiciones de sobra conocidas, tales como «Háblame del mar, marinero» o «Que no se rompa la noche», tras la cual el público se levantó ante la magistral actuación que había llevado a cabo.

La noche continuaba entonces en un recinto en el que se respiraba cierto aroma primaveral y en el que la brisa que se levantaba en algunos momentos se colaba en los micrófonos, aunque no intercedía en las interpretaciones.

Una vez que el director de la Orquesta Sinfónica de Málaga ocupó de nuevo su lugar, el concierto prosiguió con Ismael Jordi y «Sevilla», actuación en la que se sumó Joana Jiménez para hacer lo propio con «Todo se derrumbó». Antes de que interpretara «Amor mío», quiso aprovechar la ocasión para explicar que «soy una privilegiada de la vida, una suertuda por estar aquí esta noche».

Después de que Manuel Lombo hiciera lo propio con «El amor acaba» y antes de «Esa mujercita», quiso dedicarle la canción a su madre, la cual estaba presente y cumplía 80 años, «felicidades mamá» . Momento que, sin lugar a dudas, emocionó a muchos de los allí presentes, los cuales ya lo estaban ante las interpretaciones que habían tenido lugar hasta ese momento. Éste abandonó el escenario tras «Cuántos años».

Aún quedaban multitud de temas para acabar una noche en la que las composiciones de Manuel Alejandro se volvieron eternas gracias a las voces de estos intérpretes y de la Orquesta Sinfónica de Málaga. «Mi amante amigo» por Laura Gallego, «En carne viva» por David DeMaría , «Lo siento mi amor» por Joana Jiménez, «¿Qué tal te va sin mí?» por Manuel Lombo, «Ave María» por Mariola Cantarero y «Digan lo que digan» por Isamel Jordi se fueron sucediendo avanzando así el final del concierto.

La noche iba a llegar a su fin con la interpretación por parte de los siete artistas de «Soñadores de España», primero por parte de ellos, a los que se sumarían después ellas. Aunque había preparado un vídeo final en el que aparecía Rocío Jurado cantando «Como yo te amo», lo cierto es que falló y tuvo que comenzarla Laura Gallego a piano, para después ir sumándose el resto poco a poco en un final que supo a gloria bendita.

A pesar de que durante más de dos horas y media las composiciones de Manuel Alejandro habían vuelto a ser interpretadas magistralmente por hasta siete artistas, los cuales se ataviaron con sus mejores galas, lo cierto es que dejó a los allí presentes con ganas de más .

De esta manera, la séptima edición del Tío Pepe Festival de Jerez llegaba a su fin tras 11 días en los que Bodega Las Copas se había convertido en un gran escenario en el que la música, a pesar de la Covid-19, había vencido la batalla .

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