CORONAVIRUS CÁDIZ
El toque de queda en Conil se percibe como la solución a los botellones en las playas
El municipio, con una incidencia acumulada superior a 1.000 casos por cada 100.000 habitantes, se encuentra a la expectativa de la decisión que adopte el TSJA
Se cumplen quince días desde que Conil superó por primera vez la tasa de 1.000 casos positivos en coronavirus por cada 100.000 habitantes. La lucha del municipio de La Janda contra la pandemia se ha intensificado en estas dos semanas y, aunque se espera un descenso inminente que reduzca la alarma, Conil sigue siendo el lugar con mayores contagios acumulados en proporción a su población (1.102,1) en la provincia de Cádiz.
A través de un bando municipal, Conil reestableció la obligatoriedad del uso de mascarillas en el casco histórico , considerado como zona de riesgo al no poderse asegurar la distancia mínima de 1,5 metros entre personas, una medida idéntica que también se ha puesto en marcha en Tarifa por idénticos motivos. Asimismo, se intensificaron las labores de limpieza y desinfección mediante un servicio de mantenimiento diario en las principales vías.
La tasa acumulada sigue marcando un nivel superior a los 1.000 positivos, pero existen motivos para pensar que Conil empieza a superar la peor parte de la enfermedad en esta quinta ola. De los 251 contagios registrados en 14 días , 80 corresponden a la última semana. La incidencia, previsiblemente y como sucede desde finales de la semana pasada, continuará bajando a un ritmo sostenido.
El alcalde de Conil, Juan Manuel Bermúdez , ya advirtió este hecho pidiendo prudencia a pesar de la mejoría en los datos «Se siguen dando casos positivos todos los días, aunque afortunadamente muchos menos que la semana pasada. Por lo tanto, os pido a todos que sigamos en este nivel de alerta y no bajemos la guardia».
El alcalde pide el toque de queda
Una vez declarado el nivel 2 de alerta sanitaria en los distritos Bahía de Cádiz-La Janda y Campo de Gibraltar Oeste, los horarios y los aforos en la hostelería y el resto de los sectores empezaron a ser sometidos a medidas más restrictivas.
La evolución de la enfermedad ha provocado que se intensifiquen los controles para garantizar el cumplimiento de las medidas de seguridad para prevenir contagios. Esto no impidió el desalojo de un bar en la calle Ancha de Conil por superar ampliamente su aforo permitido. En su interior se encontraban más de 120 personas (siendo 70 el máximo permitido), las cuales no guardaban distancia de seguridad ni tampoco hacían uso de mascarillas, obligatorio dentro de los locales.
Los efectivos de la Policía Local y la Guardia Civil han actuado evitando aglomeraciones y situaciones muy similares que recuerdan al conocido «vídeo de la vergüenza» , difundido justo antes de producirse el dramático aumento de contagios en la localidad.
A estos «comportamientos insolidarios» hay que sumarles las «numerosas» denuncias realizadas a diferentes infractores acusados de beber en la vía o espacios públicos , teniendo que ser disueltas varias concentraciones de jóvenes en las proximidades de las playas de los Bateles y Castilnovo.
Para controlar la incidencia de Conil, Tarifa y otros municipios de más de 5.000 habitantes que presenten una incidencia acumulada a 14 días de más de 1.000 casos, la Junta de Andalucía propone el recurso del toque de queda limitando la movilidad de 02:00 a 07:00 horas de la madrugada.
Pese a que la medida debe ser ratificada por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), Bermúdez ya defendió el toque de queda «para evitar que las personas se puedan concentrar en otros lugares de la localidad», además de solicitar que sea obligatorio el uso de mascarilla «en todo el término municipal».
El problema de los botellones
La posible medida no convence, por igual, en Conil. Aunque el toque de queda pueda ser la herramienta más eficaz para «eliminar los botellones en las calles y en la playa» , se temen los efectos contrarios de la puesta en práctica de la restricción.
«Pagaremos justos por pecadores por las malas gestiones en sanidad porque, si la gente no puede estar en la calle, se irán a los pisos a hacer los botellones . Se contagiarán igual o más y ocasionarán molestias a los vecinos», advierte un residente.
«Lo que tienen que hacer es vacunar a la gente y no cerrar negocios y poner tantas restricciones», propone un vecino que comparte el temor de que las limitaciones de movilidad deriven en un nuevo golpe al sector hostelero y turístico.
Una visión diferente ofrecen los turistas, llegados de todos puntos de la geografía española, que visitan Conil actualmente. «Llevamos aquí desde el lunes y esperemos que mejore todo. Hay muchos bares cerrados y otros locales te piden reservar con antelación». Los propios visitantes admiten haber estado valorando el cancelar o posponer su viaje a Cádiz.
Los comerciantes piensan que «será peor el remedio que la enfermedad», entendiendo que con la limitación de horario «se producirá una concentración más numerosa de personas en menos espacio de tiempo ».
La lucha contra los botellones en las playas también se podría solucionar próximamente. El Comité de Expertos de la Junta también ha instado a los ayuntamientos a cerrar los accesos a partir de las 23:00 de la tarde.
En las farmacias de Conil ya se venden los test de antígenos, por un precio que oscila entre los 7 y los 10 euros. La posibilidad del autodiagnóstico podrá acabar con la saturación de la Atención Primaria. Tal y como exponen desde la farmacia de calle Chiclana, los primeros clientes que han comprado estas pruebas han sido «mayoritariamente jóvenes », la franja de edad que más contagios regisra en esta quinta ola.
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