FESTIVIDAD DE LA VIRGEN DE LOS MILAGROS
Una vida dedicada a la devoción y a la tradición en El Puerto
Las camaristas de la Virgen de los Milagros son las encargadas de velar y de conservar el ajuar de la patrona y alcaldesa perpetua de El Puerto
Durante los días previos a la celebración de su festividad, el 8 de septiembre, ven aumentada su actividad para tenerlo todo listo
Elvira Paullada, Milagros Estepa, Milagros Lacave, Milagros Lena y Remedios Peña son hermanas y camaristas de la Real, Pontificia, Muy Antigua e Ilustre Archicofradía y Esclavitud de Nuestra Señora de los Milagros Coronada, Patrona y Titular de la Muy Noble y Leal Ciudad de El Gran Puerto de Santa María.
Aunque esta archicofradía está conformada por cientos de hermanos, son ellas cinco las encargadas de velar y de conservar el ajuar que la patrona y alcaldesa perpetua de El Puerto ha ido conformando a través de diferentes donaciones a lo largo de los últimos siglos, las cuales se siguen conservando como el primer día.
También forma parte de sus labores la de echar una mano con los diferentes trabajos de limpieza de la capilla donde se encuentra ubicado el camarín de la Virgen de los Milagros, aunque especialmente de este último. A pesar de que diariamente se suele mantener en perfectas condiciones estos espacios, cada 15 días se realiza una limpieza más completa, así como una general cada 14 de septiembre.
Sin embargo, el cometido más importante del que se encargan es el de vestir a la patrona y alcaldesa perpetua de El Puerto para su festividad, la cual se celebra el 8 de septiembre, así como para el resto del año o para los diferentes actos en los que participe. En este acto litúrgico , además de ellas cinco, solamente puede estar presente el Hermano Mayor de la archicofradía, que en este caso es Daniel Cíes.
Una tradición que forma parte de la historia de El Puerto
Cada 6 de septiembre, desde las 10:00 horas, se comienza a despojar a la Virgen de los Milagros de toda su vestimenta, tanto de la interior como de la exterior, y se la prepara para recibir a los nuevos hermanos esa misma tarde, a las 19:00 horas, así como para las diferentes celebraciones que tienen lugar en su honor.
Este acto litúrgico empieza cuando se van retirando, uno a uno, los diferentes cristales protectores que la rodean y se la traslada desde el templete hasta el suelo, en donde se la coloca mirando hacia la ventana, para proceder posteriormente a vestirla. «Ella necesita su intimidad también», comenta una de las camaristas a LA VOZ , razón por la que se cierra la capilla y se protege de miradas curiosas con cortinas.
Así se le va retirando, paulatinamente y en orden, la corona, la mantilla, el manto y el peto, así como el resto de la ropa. Una vez que se encuentra sin ella, se procede a vestirla de nuevo con ropa limpia y, antes de colocarle el nuevo manto , se cepilla para retirarle el polvo y las pelusas que pudieran haberse posado en el mismo tras haber estado guardado durante todo ese tiempo.
La conservación es esencial
De la ropa que se puede lavar se encargan ellas mismas, mientras que de otras como los mantos se enrollan en unos rulos para que se conserven mejor y no se puedan deteriorar con su manipulación. También, en algunas ocasiones, se tienen que realizar pequeñas labores de costura cuando se ha descosido un hilo o se ha producido una pequeña rotura debido al paso del tiempo.
En estos momentos cuenta con ocho mantos , de los cuales cinco corresponderían a los que se utilizan para la festividad y los tres restantes para cuando se encuentra en su camarín. También tiene numerosas sallas que se guardan según su estado, colocándose de diferentes maneras si están en mejor o en peor estado de conservación, dado que alguna data del siglo XVIII.
Además de todo el ajuar de la patrona y alcaldesa perpetua de El Puerto, la capilla cuenta con otro en el que se incluyen, mayoritariamente, manteles que se colocan en el altar. Muchos de ellos son pequeñas obras de arte bordadas que narran, a través de sus hilos, siglos y siglos de historia.
Un ajuar que ha ido creciendo gracias a las donaciones
Los devotos de la Virgen de los Milagros han hecho posible que cuente, a día de hoy, con un numeroso ajuar del que forman parte distintas prendas, entre las que destacan los mantos, sino también joyas que han sido donadas y que luce en el peto.
Debido al gran número que ha recibido y que sigue recibiendo, desde la archicofradía se pretende que cada año luzca las que han sido donadas justo en el año anterior. Para muchos es una bendición que las porte, ya que en ocasiones ésta se produce tras una petición que se ha cumplido y, a modo de agradecimiento, se realiza.
Las camaristas no son las encargadas de su limpieza, dado que las suele realizar un experto en joyería debido a la delicadeza de las piezas. De la corona, que es una obra de orfebrería, se encarga el orfebre que la confeccionó y es la única persona autorizada para poder limpiarla y hacerle los arreglos que sean necesarios. Algo que ocurre también con la imagen, de la cual se encarga un conservador.
Toda una vida dedicada a ella
A pesar de que son unas labores que prácticamente se desconocen, estas cinco mujeres llevan prácticamente toda una vida dedicada a la Virgen de los Milagros, siendo la devoción la que un día les hizo acercarse a ella y quedarse hasta el día de hoy.
No solamente son conscientes de la adoración que se le profesa a la patrona y alcaldesa perpetua de El Puerto, sino también de su participación en la tradición y en la historia de la ciudad desde que la fundara Alfonso X ‘El Sabio’ a finales del siglo XIII.
Sin lugar a dudas, una labor más que encomiable y que, a pesar de que aparentemente solamente es visible durante los días en los que se celebra la festividad de la Virgen de los Milagros, lo cierto es que es un trabajo de 365 días al año .
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