Sucesos | Cádiz
Los taxistas de El Puerto no pueden más: «Nos lanzan piedras, vasos y se tiran encima de los coches»
La mayoría de la flota se niega ya a hacer servicios en la zona de los chiringuitos de Puerto Sherry debido a los altercados que están sufriendo allí con grupos de jóvenes. «Hay miedo, aquello es una ratonera»
Taxistas de Puerto Real que colaboran cada verano con ellos también están renunciando a cubrir estos desplazamientos
Seis de la mañana. Pasan unos cuantos minutos y aunque se supone que los bares cierran ahora a las dos de la madrugada, y en Puerto Sherry incluso antes por temas de permisos, decenas de jóvenes se reparten y deambulan todavía por la explanada de los aparcamientos que hay por la zona de los cuatro chiringuitos de moda que allí se ubican y que a diario (de lunes a domingo) están recibiendo a cientos de clientes llegados desde todas las localidades de la provincia.
El tiempo pasa y los efectos de lo que están tomando también va a más. Porque hay botellones (también prohibidos). Y, de repente, todo gira a tener mucha impaciencia. Se empiezan a formar colas de chicos que esperan taxi, otros lo intentan cómo pueden, saltándose la fila o llamando al número de servicio o por una nueva aplicación móvil. Algunos se lo toman con calma, otros, comienzan a desbarrar y lo pagan con los coches que van apareciendo para cubrir los servicios y que intentan trabajar con cierta normalidad.
Lo sabe bien Francisco Oviedo, de la agrupación local Puerto Taxi. «Es increíble. Nos lanzan piedras, vasos, ladrillos, hasta se llegan a tirar encima de los coches o nos ponen contenedores en la carretera para que no pasemos. Lo que se está viviendo allí no es normal. No hay seguridad ninguna, es un desfase », denuncia.
Según relata -sin querer culpar de ello a los responsables de los locales ni tampoco a la propiedad de Puerto Sherry-, esa zona que está fuera del complejo como tal se ha convertido para ellos en las últimas semanas en «una ratonera». Como explica, la confluencia de los locales en la única entrada y salida que hay de esta zona lo convierte en un «embudo». «Llegas hasta ahí y si pasa algo no puedes desviarte para evitarlo, nos quedamos encerrados, incluso acorralados».
Por ello, la mayoría de la flota se niega ya a cubrir estos servicios por miedo a ser increpados, agredidos, o que les causan daños en el coche o incluso por temor a atropellar a alguno de estos jóvenes. «Es la ley de la selva y no hay seguridad ninguna. En un sitio donde se concentra tantísima gente debería de haberla».
«Desbordados»
La afluencia de numerosos turistas y visitantes a El Puerto y, sobre todo, a sus noches de ocio, está ocasionando que el servicio esté saturado . En la actualidad, hay una flota de 75 coches para una localidad que llega a triplicar su población hasta alcanzar los 180.000 habitantes. Una cifra que se vuelve a multiplicar los fines de semana hasta las 250.000 personas.
Y frente a ello, la eterna disyuntiva sobre la viabilidad de adquirir una licencia de taxi (que puede rondar los 100.000 euros) para todo un año cuando el otoño y el invierno no se cubren ni la tercera parte de estos servicios.
Y así, los taxistas de El Puerto se encuentran «desbordados». «Estamos trabajando toda la flota todos los días», aseguran desde Puerto Taxi, «pero a algunas horas es imposible que podamos cubrir todo o tardar lo que tardamos normalmente. Nos pasa a nosotros y a la restauración, es normal. Lo que antes eran veinte minutos ahora pues puede ser más tiempo».
Pero esta lógica no la tiene todo el mundo y los altercados con quien no comprenden estas circunstancias llegan a ciertas horas aderezados con el alcohol y el desfase. Tanto es así que los taxistas de Puerto Real que antes colaboraban con los de El Puerto para estos meses de verano (como también lo hacen en feria y fechas de grandes concentraciones) se están negando a realizar servicios en el municipio para evitar problemas, renunciando incluso a un dinero extra que tras meses de pandemia seguramente esperaban con ganas.
Vigilancia privada
La situación no se extrapola a otras zonas de la ciudad aunque sí se llegan a formar grandes colas y esperas en la plaza de las Galeras, en el centro, donde hace unos años los taxistas llegaron a poner seguridad privada. En esta ocasión esta misma opción en Puerto Sherry ya la han descartado debido a que es tal el número de jóvenes que se concentra en los chiringuitos que con un solo vigilante o dos no sería seguro, por lo que tendrían que hacer una inversión mayor que no les renta.
Por ello han mantenido reuniones con la dirección de Puerto Sherry y la Policía Local para pedir colaboración y que se incremente la seguridad y poder realizar su trabajo de una forma normal dando este servicio público en esta zona.
Sin embargo, y hablando de seguridad, cabe recordar de nuevo que El Puerto se encuentra actualmente en una situación complicada debido a los conflictos que existen en la Jefatura de la Policía Local donde las protestas de los agentes, las guerras entre los sindicatos y con el Ayuntamiento y una supuesta «huelga encubierta», mantienen a la ciudad, para muchos vecinos, «completamente desasistida».
A este respecto, desde la concejalía de Seguridad, que ya ha mantenido una reunión con los taxistas, se tendrá que volver a valorar la situación para reforzar con patrullas dicha zona si se considera necesario. En cuanto a la concejalía de Movilidad, se cambió la parada de taxi a petición del colectivo a otro punto de entrada y salida del complejo para salvar el embudo pero, según el colectivo, este cambio no ha evitado los problemas.