El Puerto

Una semana de huelga de basuras en El Puerto: «Esto es ya un atentado a la salud»

Vecinos, comerciantes, hosteleros y turistas se muestran indignados por la paralización de este servicio esencial que mantiene todas las calles portuenses llena de suciedad, malos olores, e insalubridad

La reunión entre empresa y trabajadores convocada para este jueves se ha pospuesto sin fecha. «Alguien tiene que poner una solución. El alcalde debería de tomar las riendas. Para eso pagamos»

Una vecina pasea con una niña por el centro de la ciudad y se tapa la cara por el fuerte hedor. Fotos: Antonio Vázquez / Vídeo: M. Almagro

María Almagro

El Puerto de Santa María, Ciudad de los Cien Palacios, maravilla de la Bahía de Cádiz, municipio llamado desde hace décadas a ser uno de los mayores epicentros económico, turístico y cultural de la provincia que acoge a casi cien mil habitantes y decenas de miles de visitantes por sus playas, su diversión, gastronomía... encanto. Amanece este jueves lleno de mierda .

Así es. Sin filtros que valgan. Contenedores hasta arriba de desperdicios de todo tipo, bolsas tiradas por el suelo, restos de serpentinas y papelilllos del Carnaval de hace días a los pies de su magnánimo castillo de San Marcos, papeles y bolsas de plástico que amenazan con caer y caen al Guadalete, escombros al lado de las dunas de San Antón, más basura a los pies de la Prioral y ese Barrio Alto que ya apesta. Y va a peor.

«¡Qué me voy a quitar la mascarilla, si ahora es cuando viene mejor ponérsela!», lamenta una vecina de la Placilla al pasar por delante de cinco cubas que están rebosantes de todo tipo de desperdicios. El olor es insoportable y la imagen es completamente dantesca. Hay calles mejores, otras peores, pero la escena es la propia de una ciudad sucia, asquerosa. Y sus vecinos están ya «hartos».

Hoy se cumplen siete días sin servicio de basura y limpieza y parece que, de momento, no hay arreglo. La reunión que estaba convocada entre la empresa concesionaria FCC y los trabajadores para las once de esta mañana se ha suspendido, «sin nueva fecha». Ya ayer se sentaron pero tampoco hubo acuerdo. Y así, sin negociación que valga, la basura se sigue acumulando y el vecino sufriéndolo.

«Esto ya es un atentado a la salud, un peligro para todos y más estando en pandemia que estamos por si no se acuerdan...», dice Milagros Muñoz, presidenta y portavoz de la federación que representa a todas las asociaciones de vecinos de la ciudad. Se muestra «indignada». «Ya sufrimos lo de la Policía Local pero esto, esto ya son palabras mayores. Estamos pagando un servicio que no tenemos , y aunque sea un acuerdo entre una empresa y sus trabajadores al final es una concesionaria y el Ayuntamiento tiene que tomar las riendas». «Si las máquinas no funcionan, si el contrato está en precario o lo que ocurra que les pongan inspectores como están poniendo para los servicios mínimos, que por cierto no se cumplen en todos sitios, y no seamos siempre los ciudadanos que afrontamos nuestros impuestos los que perdemos».

Para la representante vecinal tiene que haber «más mano dura» y además propone que estos días que no se está dando servicio se descuenten de la factura a los vecinos. «Seguro que para eso sí que cumplen, no hay derecho», lamenta.

La situación es la que es. Conflicto laboral y servicio esencial nulo. María, vecina de la calle Rácimo, en la zona de la Avenida de Sanlúcar, sale con una bolsa de su portal. Va hacia el contenedor incluso apurada. «Lo siento, yo sé que hay que en esta situación hay que intentar no acumular más pero es que ya no puedo tenerla más en casa. Es indignante que estemos así , pagamos uno de los impuestos más altos de la provincia y el otro día vi como un camión vino, se paró al lado y siguió. No puede ser».

Enfrente, en la barriada de Los Milagros los contenedores y su basura desperdigada ocupan toda la acera y parte de la calle. Bolsas de plástico y papeles vuelan y las moscas alrededor también. «Las ratas ya están por aquí», cuenta un comerciante de la zona. «Da igual quien sea pero esto hay que solucionarlo de alguna manera».

«Las ratas ya estan por aquí... esto es asqueroso, apesta, alguien tiene que arreglarlo ya y que no seamos los ciudadanos los que al final siempre pagamos»

Bajando hacia el casco histórico , por la Vid, calle Cielo, Zarza... cada contenedor es un foco de infección absoluto. «¡Ten cuidado Chari que vas a pisarlo todo y te caes!», previene una vecina a otra señora mayor justo al lado del Mercado de Abastos. El mercado. Un lugar donde se recibe y se dispensa comida. Dolores cuenta que al menos esa zona está mejor, que por Santa Clara o pegado al colegio del Vaporcito las cubas soterradas tienen ya hasta colchones, frigoríficos y demás restos (el incívico también se aprovecha). «¡Qué se dejen de tanto Carnaval y tantas fiestas y tengan la ciudad más atendida!», intercede María, vecina del Castillito. «La fiesta está bien, a mí me gusta, pero antes creo que hay que arreglar en condiciones El Puerto que está que se cae», insiste. «A mí verlo así me duele».

Dentro del Mercado la actividad no para como cada día. Sin embargo ellos tienen su propio servicio para los desechos. «Menos mal», cuenta un carnicero. «De todas formas lo de ahí fuera trae ratas y bichos, este no es lugar para eso».

Siguiendo por Juan Gavala y tras pasar otros contenedores atestados al lado del puesto de flores, asombra ver la plaza de España llena de suciedad . El suelo está pegajoso y de nuevo todo tipo de restos revolotean de uno a otro lado de este emblemático y señero lugar. Ahí están mirando el GPS de su móvil Roberto y Loredana. Una pareja de italianos que viven en Almuñecar y que están pasando unos días en El Puerto. «Es una pena, no hemos visto la ciudad limpia y creo que nos iremos sin verla. Da la sensación de que está abandonada y eso no es bueno para el turismo», sentencia.

«Es una pena, no vamos sin ver esta ciudad limpia y da muy mala imagen», lamentan unos turistas italianos en la Plaza de la Prioral

Bajamos por Palacios, calle Luna... y la cosa mejora pero tampoco hay aquí muchos puntos de cubas. Ya con Larga acaba de parar un camión de servicios mínimos. Se lleva mucho pero no todo. Los vecinos que lo ven se quedan asombrados y ponen mala cara. En San Bartolomé se ha quemado uno de los contenedores. Se ve los restos de una fachada quemada. «Es que encima esto es un peligro. Es también seguridad, va a pasar algo, ¿y qué, a quien reclamas? Da miedo hasta aparcar tu coche al lado de las bolsas», se queja una vecina de esta calle.

«El Ayuntamiento sabía de esta situación una semana antes», cuenta un hostelero del centro «indignado». «Si es una subcontrata y no da el servicio o no se ponen de acuerdo que anule y contrate para estos días otra porque a mí me están jodiendo mi negocio», denuncia.

Seguimos. Calle Misericordia, Plaza de las Galeras... sitios de encuentro y también con restos . Menos. Parece que se limpia algo más lo más visible. Pero si sigue por Bajamar, y precisamente al lado de ese Pozos Dulces enquistado en la nada entre vallas y surcos eternos, vuelve lo dantesco.

Zonas residenciales, peor

Fuera del casco histórico la situación no mejora. Por la avenida del Ejército o la zona de Crevillet , o el Juncal, o Durango... todos núcleos absolutamente residenciales (es decir de aglomeración de más personas) se puede imaginar ya la situación. Zona también muy comercial. Se pueden seguir imaginando la situación.

En el extrarradio va por sectores. Todos los diseminados que ya son deficientes por su situación particular, el viento, la lluvia de hoy y los días han hecho de las suyas esparciendo la basura por esas calles sin asfaltado y por el campo. «¿Quién va a recoger todo eso cuando pase?», se pregunta un residente. «Esa basura ya se quedará ahí».

Y Valdelagrana. Pues tras el paso de los servicios mínimos justo esta mañana hay contenedores limpios. Recogidos. Sobre todo en la avenida principal, la avenida de la Paz. Sin embargo en otros, al lado de los bloques o en las calles aledañas, se ha pasado claramente de largo. «Hay empresas que para arreglar sus convenios colectivos y mejoras salariales nos tienen coaccionados a todos los ciudadanos. No lo veo lógico. Si tienen que negociar que lo hagan pero sin tener que lastimar a los vecinos que es lo que ocurre con este tipo de huelgas. Pagamos siempre nosotros», lamenta un conocido hostelero de Valdelagrana.

Y en Vistahermosa la huelga se siente mucho menos. No es nada casual. Hay que recordar que esta urbanización funciona precisamente como una comunidad privada de propietarios, no como un barrio, y por ello, y porque así lo pagan, tienen servicios extras de limpieza y mantenimiento, además de los que da el Ayuntamiento. Aún así hay también algunos 'puntos negros' como por ejemplo en el centro comercial donde se vuelven a ver cubas atestadas de bolsas. En las Redes, El Águila o El Manantial la situación se resiente algo más.

Pues este es el escenario, un conflicto que tiene a toda una localidad referente de la Bahía de Cádiz como El Puerto sucio pero además a los portuenses «indignados y cansados» y que exigen que, sea quien sea, solucione sus problemas y sepa mantener, al menos, la convivencia, la vida, segura y sana.

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