SEMANA SANTA EL PUERTO 2022
El Puerto vive un Viernes Santo más accesible que nunca
La Vera-Cruz recorrió un tramo de la estación de penitencia en silencio para que pudiera ser disfrutado por las personas con TEA
La Soledad volvió a reencontrarse con una ciudad que la veneró en cada uno de los pasos que dio acompañándola en su dolor
Este Viernes Santo , sin lugar a dudas, formará parte de la historia cofrade de El Puerto por diferentes motivos. Uno de estos hace referencia a la accesibilidad, dado que ha estado más presente que nunca.
De esta manera, la climatología también acompañó a una jornada que comenzó desde minutos antes de las 19:15 horas en los aledaños de la Parroquia de San Joaquín, la cual se volvió a abrir por tercera y última vez, continuando en la Iglesia Mayor Prioral.
Sin embargo, debido a la ausencia de las rachas de viento, dado que solamente se registraron máximas de hasta 14 kilómetros por hora, la sensación térmica fue aún mayor de los 23 grados centígrados registrados.
A pesar de ello, a partir de las 21:00 horas, aproximadamente, con los últimos rayos de luz provenientes del sol se apoderó del centro de la ciudad un frescor debido a que la mínima fue de tan solo 12 grados centígrados.
Continuando el comportamiento habitual, fueron muchos los que, quizás por el fervor derrochado, volvieron a olvidarse de portar una mascarilla a pesar de la masificación de muchas de las calles que formaron parte del recorrido procesional.
Una Hermandad comprometida con la accesibilidad
La primera que realizó la estación de penitencia fue la Ilustre y Antigua Hermandad del Santísimo Cristo de la Vera-Cruz, Nuestra Señora del Mayor Dolor, María Santísima de Consolación y Lágrimas y San Juan Evangelista .
De esta manera, transcurrieron pocos minutos de las 19:15 horas cuando las puertas de la Parroquia de San Joaquín , ubicada en Cielos, se abría por tercera y última vez durante esta Semana Santa.
La rampa ubicada para salvaguardar la complicada arquitectura de la calle fue pronto pisada por los hermanos de La Vera-Cruz, los cuales fueron tiñiendo rápidamente ésta con el color verde tan característica de la misma.
Tras unas espectaculares maniobras realizadas por los costaleros del paso de misterio, el Santísimo Cristo de la Vera-Cruz comenzó a aparecer tímidamente en el interior de la Parroquia de San Joaquín.
Una vez que comenzó a hacerse más visible los aplausos fueron in crescendo hasta que alcanzaron su punto álgido cuando, tras varios momentos complicados, la imagen encaró Cielos dirección hacia Descalzos.
Otro de los momentos más emotivos fue el regreso de María Santísima de Consolación y Lágrimas , la cual se reencontró con la ciudad de nuevo en el paso de palio después de varios años sin poder hacerlo.
Esta Hermandad hizo su estación de penitencia más accesible que nunca, ya que durante el tramo comprendido entre Palacios y San Bartolomé procesionó en silencio para que pudieran disfrutar de la misma las personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) .
Una ciudad acompañando en el dolor
La Real, Ilustre, Fervorosa y Muy Antigua Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestra Madre y Señora de la Soledad, Santo Entierro de Nuestro Señor Jesucristo y San Francisco de Paula fue la segunda en realizar la estación de penitencia.
Solamente tuvieron que pasar algo más de 45 minutos desde la salida procesional de La Vera-Cruz para que El Puerto pudiera acompañar a Nuestra Madre y Señora de la Soledad en su dolor.
Las puertas de la Basílica Menor de Nuestra Señora de los Milagros , en la Plaza de España, se abrieron pasadas las 20:00 horas para que La Soledad iniciara un recorrido procesional que se alargó hasta pasadas las 00:00 horas.
A pesar de que La Vera-Cruz estuvo acompañada musicalmente por la Agrupación Musical del Santísimo Cristo de la Clemencia y por la Banda de Música 'Las golondrinas', esta Hermandad solo lo hizo por el silencio .
Además del paso de misterio y del de palio, también realizó la estación de penitencia un paso alegórico , el cual representa a la cruz de la que descendieron a Nuestro Señor Jesucristo.
La mayoría del público que se congregó en los aledaños de la Iglesia Mayor Prioral permaneció en silencio ante el avance del paso de misterio, debido a la solemnidad del mismo, así como a su imponencia debido a los destellos plateados reflejados.
Este momento se repitió solamente instantes después con Nuestra Madre y Señora de la Soledad , para la cual toda la ciudad se volcó en su dolor y la acompañó también con lágrimas como ella lo hizo.
Sin lugar a dudas, El Puerto ha podido disfrutar de un Viernes Santo en el que la accesibilidad ha estado más que presente que nunca y la cual ha permitido que todas las personas hayan podido acompañar a estas hermandades.