El Puerto

«Les obligaba a todo», el abuso de la 'madame' del prostíbulo desmantelado en Valdelagrana

El supuesto negocio de explotación sexual desarticulado por la Policía en El Puerto esconde una sórdida historia de una exprostituta que se aprovechaba de extranjeras

Las chicas tenían que estar disponibles para los servicios las 24 horas del día y no podían salir sin permiso de la casa

Momento de la detención de la supuesta ‘controladora’ y mano derecha de la madame. La Voz

M. Almagro

En Valdelagrana, en la avenida de Cádiz, justo al lado de un parque infantil, en uno de los muchos unifamiliares que se ubican en esta zona residencial de El Puerto, ahí se escondía desde hace ya un tiempo el negocio dedicado al sexo de S.B.K . Una mujer brasileña de treinta tantos años que a principios de este pasado mes de junio era detenida por la Policía Nacional por ser supuestamente la ‘madame’ y dueña de un prostíbulo donde «explotaban» a extranjeras .

«Estaban semisecuestradas, controladas en todo momento, y las obligaban a dar servicios a sus clientes las 24 horas del día», cuentan. Proxenetismo. Un delito perseguido y castigado y del que se sospecha que han sido víctimas al menos una decena de mujeres. Que se tenga constancia.

Es decir, a S.B.K, parece que no le tembló el pulso para promover que otras mujeres pasaran por lo que ella misma ya padeció al llegar a España, cuando decidió ejercer la prostitución para salir adelante. Pero no solo eso (que es una opción legal en las condiciones permitidas), sino que, según la compleja investigación que han realizado durante todo un año los agentes de la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF) de la Comisaría de El Puerto, esta mujer no tuvo ningún escrúpulo en abusar de ellas. De sus dificultades y penurias , de que no tenían permiso de residencia como ella tampoco tuvo y de que hacían todo lo que les ordenara con tal de tener un techo y algo de dinero para sobrevivir.

Y lo que les ordenaba era que estuvieran dispuestas a dar servicios sexuales a sus clientes las 24 horas del día . Siempre disponibles. Además le tenían que pagar 150 euros semanales de alquiler (por un colchón, no por una habitación, que a veces tenían que compartir entre cuatro o cinco) y darle un cincuenta por ciento de las ganancias que obtuvieran de cada uno de los servicios que realizaban. Solo en un fin de semana por ejemplo podían sacar unos 3.000 euros.

La investigación se inició cuando los agentes tuvieron diferentes informaciones sobre que en esa casa se estaba ejerciendo la prostitución. Había ya numerosas quejas vecinales y alguna vez los radiopatrullas habían tenido que actuar por peleas y ruidos. Fue entonces cuando se iniciaron las pesquisas.

Y lo primero que se supo era que se trataba de una casa que había alquilado la supuesta ‘madame’. El propietario, un señor de Córdoba, nada tenía ni tiene que ver. Pues bien, la investigación continuó y se centró en la principal cabecilla . A esta mujer extranjera, que llegó a España hace más de una década, y ahora está casada con un español y con dos hijos, no le constaba ningún trabajo por el que figuraran importantes ganancias.

Sin embargo además de pagar el alquiler de Valdelagrana de 800 euros mensuales, entre sus propiedades también estaban registrados un chalé en Chiclana y el piso familiar de San Fernando. Además era bastante aficionada a la cirugía estética y a los viajes... un modelo de vida que no cuadraba en absoluto con una humilde mujer que se dio de alta como autónoma en noviembre del año pasado de una empresa de mensajería que, según la Policía, ni existía.

Y es que, según las pesquisas realizadas, su verdadero ‘negocio’ estaba en Valdelagrana. En un sitio además nada escondido . Para los investigadores, en esa casa, las chicas –que eran captadas por descarados anuncios en una conocida página de internet dedicada al sexo– estaban «semisecuestradas». Podían salir, pero siempre tenían que pedir permiso antes, y además les quitaban susmóviles personales. Vivían en régimen de «semiesclavitud», 24 horas pendientes de si entraban o no nuevos clientes. Además les obligaban a hacer todo aquello que se les pidiera ya que cobraban por la duración del servicio y no por la práctica.

La 'controladora'

La ‘madame’ acudía solo por las mañanas «como quien va a su trabajo», pero, realmente, la que ejercía el control era otra mujer, también brasileña, y persona de confianza de la dueña. «Les decía cuánto tenían que cobrar, el tiempo que tenían que estar con cada cliente, les daban o no permiso para salir ... las chicas estaban completamente a sus órdenes», explican.

Y mientras, S.B.K. iba haciendo caja. La Policía sospecha que utilizaba la supuesta empresa de mensajería para ir blanqueando lo que ganaba. «Desde que llegó a España hace años hasta que se dio de alta como autónoma había cotizado 310 euros»... una cantidad bastante pobre y sospechosa.

Pero S.B.K. conocía bien este otro negocio y quiso al parecer sacarle partido. Aunque ya tenía dos casas propias, en San Fernando y en Chiclana, alquiló la vivienda en El Puerto y la publicitó sin tapujos en internet. Hasta quince líneas de teléfono puso en estos anuncios. Y los clientes iban llamando y llegando. Muy diversos. Para satisfascerles más, en su ‘oferta’ también ponía a disposición de quien lo quisiera, cocaína y viagra (galotam, en concreto) . Y de nuevo obligaba a sus trabajadoras a que fueran ellas quienes lo facilitaran.

Y con todas las pruebas ya definidas, el pasado 9 de junio el Juzgado de Instrucción número 4 de El Puerto autorizó la entrada y registro del prostíbulo , del domicilio habitual de la principal investigada y del chalé de Chiclana. En el momento de la entrada en la casa de citas estaba en el interior la ‘controladora’ durmiendo en el salón y dos mujeres extranjeras en la primera planta. En el registro se intervinieron documentación sobre ganancias, contabilidad, facturas, 4.100 euros en efectivo, 17 teléfonos móviles, y cocaína.

La investigación ha resultado bastante complicada ya que las propias víctimas tenían miedo de hablar. «Les tuvimos que dejar claro que no íbamos a por ellas, que lo queríamos precisamente era ayudarlas. Se estaban aprovechando de su vulnerabilidad y ni siquiera eran conscientes. No les pegaban... y parece que eso les bastaba».

Las dos investigadas, más una más (otra ‘controladora’ anterior) pasaron a disposición judicial como presuntos autoras de los delitos de prostitución y explotación sexual, contra la salud pública y otro de falsedad documental. Todas han quedado en libertad con cargos.

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