SUCESOS CÁDIZ

Un militar jubilado, el fugitivo americano acusado de abusos sexuales a una menor que hacía vida «normal» en El Puerto

La Policía Nacional lo detuvo hace una semana en el centro de la localidad gaditana aunque llevaban ya meses vigilándolo

Su hija de acogida lo denunció en Florida por haber estado abusando de ella durante doce años

El fugitivo, tras ser detenido por los agentes en El Puerto. La Voz

M. Almagro

En cuanto los agentes de la Brigada Judicial de El Puerto de la Policía Nacional recibieron la luz verde para ir a por él, no tardaron ni 24 horas en localizarlo y engrilletarlo . Los investigadores ya sabían desde hacía meses por dónde se movía, dónde vivía y qué hacía este hombre detenido la pasada semana en la localidad portuense por haber presuntamente abusado sexualmente de su hija adoptiva menor de edad durante doce años en Estados Unidos y por lo que estaba en busca y captura. Se recibió la llamada de que ya estaba activa la orden de arresto y extradición por orden judicial y se actuó de inmediato. Lo tenían perfectamente controlado.

Según la información facilitada, este hombre, un militar de avanzada edad ya jubilado , habría empezado a cometer esos abusos hace veinte años. Desde que en agosto de 2002, él y su mujer acogieron a la niña cuando la presunta víctima tenía solo seis años. Fue cuando la chica cumplió la mayoría de edad cuando decidió denunciar lo que supuestamente llevaba tanto tiempo sufriendo.

El caso, según indica la Policía, tuvo tal repercusión en Estados Unidos, y más concretamente en Florida, que la desaparición de este prófugo se convirtió en uno de los asuntos prioritarios para el Servicio Diplomático de Seguridad del Departamento de Estado de los Estados Unidos en Madrid. De hecho, la colaboración entre las fuerzas policiales ha sido determinante para poder dar con él, además de la suspicacia y la constancia en su control hasta tener la autorización oficial para proceder a su detención y entrega.

Las pesquisas arrancaron cuando a través de la Red European Network of Fugitive Search Teams (ENFAST) los US Marshall se puso en conocimiento del Grupo de Localización de Fugitivos la posible presencia en España de este militar retirado. Entonces se dio una posible localización en Cádiz, en El Puerto. Su mujer es española, de la zona, lo que quizá les trajo a vivir a la provincia o también que pudo estar destinado en la Base de Rota cuando era joven.

Una vida de jubilado

Vivía en el centro de la ciudad y llevaba una vida «normal» , como la de cualquier jubilado extranjero que con el dinero de su pensión se asienta en Andalucía y pasea con tranquilidad por sus calles. De hecho, pocas horas antes de su detención estaba tomando café en uno de los lugares más señeros y conocidos de la localidad portuense, el Bar Vicente. Junto al Mercado de Abastos.

Sin embargo, su vida no era tan «normal». Escondía un inquietante (al menos) secreto. Este hombre era un prófugo acusado de uno los delitos más grotescos que existen , abusar de una menor con el agravante de parentesco. Como indica la Policía, el arrestado presuntamente aprovechaba su situación de padre de acogida para abusar sexualmente de ella. Después de que la niña cumpliera doce años, ese acoso, según se le imputa, «fue aumentando en intensidad y frecuencia, llegando a tener relaciones sexuales varias veces al mes hasta que la víctima cumplió 18 años y abandonó el hogar».

No había cambiado de aspecto físico, las fotos de su ficha correspondían perfectamente a su estado actual

Pero al tener constancia de la denuncia, él se marchó de Estados Unidos y se refugió en España donde, al parecer, estaba desde 2018 . Tampoco había cambiado de aspecto físico, las fotos de su ficha correspondían perfectamente a su estado actual. Y así, tras las primeras gestiones de investigación, se estableció un dispositivo policial para tenerlo en todo momento localizado. Hace justo una semana, por la mañana, los agentes de la Brigada Judicial de El Puerto y con la autorización pertinente, ponían punto y final a esta fuga .

Cuando lo arrestaron a la salida de su domicilio se quedó en un primer momento en shock y solo pudo pronunciar algunas palabras en un mal castellano. Sin embargo sí dio la sensación de que sabía perfectamente por qué habían ido a buscarle. Ahora la justicia de su país ya podrá tener para él la última palabra.

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