Semana Santa

Jueves Santo de oración con el Señor más cerca que nunca en El Puerto

Humildad y Paciencia y el Nazareno acercan la agonía de Cristo a los portuenses

Día de Oración. Día del Amor Fraterno en El Puerto EC

E.C

Humildad y paciencia . Es la hermandad del Jueves Santo en El Puerto , que ensalzaba cómo «la fe es la cruz de guía este Jueves Santo. La música es el latido del corazón de cada hermano. Las saeta s se esconden detrás de unas rejas en forma de plegarias . La humildad abre sus puertas cada vez que llaman al torno preguntando ¿Tienes sed? ¿Quieres comida? La Paciencia se viste de blanco en una habitación de hospital inyectando la esperanza de la vida. Tras la oración, el Desconsuelo de todas las familias que se vieron afectadas» Así recibía la jornada esta señera hermandad portuense a un Jueves Santo diferente, donde la mañana soleada invitaba a la visita de sus Sagrados Titulares y los portuenses intentaban imbuirse del espíritu cofrade de puertas para dentro de los templos .

Día de oración. Día del amor fraterno . Un Jueves Santo antesala de la muerte de Cristo, donde el Señor y Nuestra Señora del Desconsuelo se convertían en protagonistas de la historia. La jornada arrancaba con el rezo del Ángelus a las 12 horas, para una hora más tarde participar en la reflexión del director espiritual de la Hermandad y llevar a cabo la entrega de los reconocimientos.

El templo estaba abierto de 13 a 18 horas, momento en el que se podía venerar a los titulares en el Convento del Espíritu Santo . A partir de las seis fue cuando comenzaron a celebrarse los Santos Oficios .

Mientras tanto, la única cofradía de la Madrugada portuense, Nuestro Padre Jesús Nazareno , que cada año procesiona por las calles a partir de las seis de la mañana, arrancaba la jornada del Jueves Santo con una ofrenda floral mariana a las once de la mañana, a la que siguió el rezo del Ángelus y la denominada Misa vespertina. Al día siguiente, el Viernes Santo a las nueve de la mañana se citaba para los laudes.

Esta hermandad - fundada en 1564 a semejanza de la primitiva cofradía del Silencio de la capital Hispalense, como consecuencia de los lazos de unión de la nobleza sevillana con la ciudad de El Puerto de Santa María- abría sus puertas a los devotos portuenses de 10 a 13 horas y de 18 a 19.30 horas... «Y solo en su camino, con la Cruz a cuestas, dejó atrás, con el corazón hecho trizas y con la cara quemada por las lagrimas, a su Madre... con el único consuelo del Discípulo Amado... compañía en tan hondo dolor ...».

Para esta Semana Santa, como decía la propia cofradía, se cambiaban «las rejas de los Encisos que tantas manos acogen cada año, por una ventana. Si nuestros titulares no pueden ir a la calle, hemos traído la calle a nuestra Capilla... pero no una calle cualquiera, la Calle de la Amargura ... Nos sentimos privilegiados de ser testigos de tan mágico encuentro, el Señor más cerca que nunca». Un sentimiento desgarrador que se podía sentir al venerar a los Sagrados Titulares.

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