EL PUERTO

De José Antonio al Cine Moderno, el nuevo epicentro del consumo de drogas en El Puerto

Un grupo de politoxicómanos se ha instalado ilegalmente en una de las viviendas de la finca ubicada en el 34 de la calle Cruces tras el derribo de la barriada

La misma ya estuvo okupada hasta en varias ocasiones durante un largo periodo de tiempo, encontrándose actualmente en estado semiruinoso

La finca que ha sido okupada por el grupo de politoxicómanos A.V.B.

A.V.B.

El 3 de diciembre de 2021 finalizaron los últimos trabajos de demolición de la barriada de José Antonio de El Puerto, echando abajo así más de 65 años de historia cuya protagonista, durante las últimas décadas, ha sido la droga.

Aunque todo parecía apuntar a que con la desaparición de estas 96 viviendas la situación de marginalidad e inseguridad había desaparecido, esta actuación solamente ha servido para que se traslade a otras zonas de la ciudad.

Poco antes de que la Consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía ejecutara la Fase III, el grupo de politoxicómanos que había okupado una de las últimas viviendas en pie la abandonó.

Desde ese momento comenzó la búsqueda de un nuevo lugar en el que poder establecerse, habiendo sido el lugar escogido una de las ubicadas en el 34 de la calle Cruces .

A pesar de las intervenciones que el Consistorio portuense está realizando en Barrio Alto , su presencia está ocasionando que la marginalidad y la inseguridad vuelvan a tomar las calles.

Una convivencia entre residuos y deposiciones

LA VOZ ha podido comprobar in situ la situación de insalubridad en la que convive este grupo de politoxicómanos, el cual está conformado tanto por hombres como por mujeres.

Desde una de las ventanas, la cual se encuentra en la calle Mazuela, se puede observar una gran cantidad de residuos , los cuales han sido acumulados en una de las esquinas de una habitación durante los últimos meses.

Esta circunstancia se ha repetido en las dos contiguas, aunque en una menor medida, dado que el acceso al interior de la vivienda okupada está situado en la de mayor tamaño y que correspondería al salón.

Las sobras, además de las deposiciones que realizan en otras estancias, ha ocasionado que desde el interior se desprenda un fuerte hedor que dificulta el tránsito por esta calle, en la cual residen otras personas.

También la carencia de suministros básicos de energía eléctrica o de agua potable, entre otros, hace que no puedan llevar a cabo una completa higiene personal, agudizando esta situación.

«No quiero saber nada de ellos»

Una de las vecinas que reside en la zona ha explicado a LA VOZ que «no quiero saber nada de ellos», especificando que «van a su rollo y yo al mío. Ya lo hemos pasado mal en Barrio Alto durante mucho tiempo ».

«Suelen llegar sobre la una o una y media de la tarde, después de ir a recoger la metadona y venderla. Con el dinero que consiguen compran la droga o en Los Milagros o por aquí cerca», ha seguido dando a conocer.

A pesar de ello, sí que ha puntualizado que «no son peligrosos» . «A mí, por lo menos, no me han hecho nada malo, por el momento», ha comentado a LA VOZ tras la situación de marginalidad e inseguridad que se ha instaurado en la zona.

«No se tienen que ir muy lejos para comprar la droga , por aquí mismo es muy fácil conseguirla», ha contado, continuando exponiendo que «aunque ellos la compran en Los Milagros, ya que es más barata».

Esta vecina ha finalizado recordando que «los anteriores okupas contaban ya con una plantación de marihuana que se podía ver desde la calle Mazuela, la cual estaba constantemente vigilada por un perro».

1.713 metros cuadrados que ya fueron okupados

Esta finca se encuentra ubicada en el número 34 de la calle Cruces, lugar donde se encontraba el ya desaparecido Cine Moderno . La misma, edificada en 2008, cuenta con una superficie de 1.713 metros cuadrados según el Catastro.

Los mismos están distribuidos en tres plantas , así como en un total de 19 viviendas y 54 plazas de garaje que, a su vez, se pueden utilizar como trasteros. También contaba con ascensor y con jardín, los cuales actualmente han desaparecido.

Tal y como ha podido conocer LA VOZ a través de esta vecina, « l a finca ya estuvo okupada durante mucho tiempo , al final la constructora tuvo que pagar 3.000 euros a cada okupa para que se marchara».

Parece ser que, cuando se fue desalojando paulatinamente, éstos dejaron tanto las viviendas como las zonas comunes en un estado semiruinoso al haberlas despojado a la fuerza de apliques, marcos de puertas, grifería y demás.

Fue entonces cuando se tapiaron casi todos los posibles accesos , tanto los de la calle Cruces como los de Mazuela, salvo por el que ha accedido el grupo de politoxicómanos y que corresponde a una de las viviendas de la planta baja.

Todo parece apuntar a que el derribo de la barriada de José Antonio solamente ha servido para que la situación de marginalidad e inseguridad se haya trasladado al Barrio Alto de El Puerto , sin haberla conseguido erradicar.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación