SUCESOS
Desmantelado un cultivo de marihuana en pleno centro de El Puerto
La Policía Nacional localiza y decomisa la plantación en la casa familiar del conocido como 'estafador de parados'
Los agentes se llevan detenido al padre e intervienen once plantas de 'maría' que tenía en un patio exterior
Pleno casco histórico de El Puerto . Calle San Sebastián. Desde primera hora de la mañana varios policías vigilan cualquier movimiento que pueda haber en la zona. Allí residen los padres de Manuel Arana, el conocido como 'el estafador de parados', procesado por haber engañado a decenas de personas a las que les prometió que les iba a proporcionar un trabajo a cambio de unos pagos que le hicieron. Él contaba que era una persona muy bien relacionada, un cargo influyente del PP, que conocía a empresarios y políticos y que podía buscarles una salida. Según denuncian, desesperados por no encontrar una oportunidad laboral, le dieron el dinero para que les ayudara pero ese empleo prometido nunca llegó. Se estima que entre engaños y promesas se pudo echar al bolsillo unos 100.000 euros. Aunque podría ser más.
Pero esta entrada y registro no solo se centraba ayer en Manuel Arana hijo. En el domicilio, los agentes de Estupefacientes de la Comisaría de El Puerto tenían constancia tras realizar diversas gestiones policiales que en un patio trasero de la casa había un importante cultivo de marihuana . Se ponen entonces en marcha para desmantelarlo.
Son las once y media pasadas de la mañana. Llegan dos furgones de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la Comisaría de El Puerto. Con el mandamiento de entrada en la mano y la presencia de la secretaria judicial arranca el operativo. La calle está tranquila. Solo algunos vecinos se vuelven a mirar a los agentes pertrechados con sus cascos y escudos, dispuestos a entrar en esta antigua casa patio de El Puerto. También están listos los agentes de Estupefacientes y de Policía Judicial de requerimientos. Manuel Arana junior podría estar en la vivienda y podría ser al fin detenido.
«¡Policía, abra, Policía!». Suenan los primeros y contundentes golpes del ariete impactando contra la cancela que en pocos segundos abren. El padre sale de la casa y no ofrece ninguna resistencia. Se le informa que por orden judicial se va a efectuar el registro de la vivienda. «Lo que ustedes digan. No he hecho nada», responde asustado. La finca es grande. Se divide en varios casetones, algunos en estado ruinoso, donde se ubican las diferentes habitaciones alrededor de un patio interno. El registro tiene que ser rápido ya que se busca a un prófugo que en cualquier momento puede intentar huir.
Los agentes de la UPR se mueven en formación con seguridad, por cada rincón del edificio. Entran y salen de cada una de las estancias. «¡Asegurado! Aquí no hay nadie». Y continúan. Peinan la casa. El interior, la zona exterior, y la azotea. No hay rastro de alguien más. «¿Y su hijo dónde está, Manuel? , le preguntan», «No sé, hace años que no lo veo».
El prófugo Manuel Arana, al que le constan siete requisitorias judiciales, no se encontraba en la casa
Comienza entonces el otro trabajo que se ha venido hoy a hacer aquí. Los agentes de Estupefacientes realizan un minucioso registro. En la parte trasera, al lado de la perrera, se levanta oculto un considerable cultivo de marihuana. A pesar de que hay plantadas varias tomateras también en esta arena para quizá disimular el delatador olor , en cuanto te acercas es evidente el característico aroma a 'maría'. Se percibe con intensidad. No se trata de un cultivo tipo 'indoor' lleno de mecanismos eléctricos y de riegos automáticos. Es una plantación más ‘artesanal’ con unos palos y unos plásticos que dan algo de humedad y aislan un poco la marihuana del impacto directo del sol. Pero esas no son las únicas matas que hay. Al lado de un pozo hay unas cuantas más, éstas más pequeñas en macetas convencionales.
Un iPad sospechoso
El registro sigue en cada una de las habitaciones . Los agentes buscan droga, útiles o herramientas relacionadas con la posesión o posible menudeo de esa sustancia, pero también pistas sobre Manuel Arana hijo. En la que parece ser su habitación hay algún rastro como una tablet cuyas últimas conexiones de rastreo y búsqueda apuntan a finales del mes pasado. Sin embargo, su padre insiste en que por la casa no ha aparecido desde hace tiempo.
En el salón los policías encuentran varias latas con alguna picadura de la 'maría'. Sin embargo es en otra de las estancias donde se hallan botes con más cogollos y dos cajas de madera repletas de esquejes de esta misma sustancia. Se revisa todo y se espera a la llegada del técnico de Salud que cerciora la autenticidad de la marihuana. El experto recoge algunas muestras que serán analizadas en el laboratorio para el procedimiento judicial. Comienzan entonces a cortar las plantas para meterlas en sacos y llevárselas decomisada. Finalmente, tras estar presente durante todo el registro, los agentes se llevan a Manuel Arana padre en un coche con destino a la Comisaría donde se le tomará la pertinente declaración. Queda detenido acusado de un delito contra la salud pública y en las próximas horas pasará a disposición judicial.
El operativo se levanta aunque la investigación sigue en marcha centrada ya sobre todo en dar con el paradero del hijo del que supuestamente nadie sabe nada.