RESTRICCIONES CORONAVIRUS

El desánimo se apodera de los comerciantes del centro de El Puerto

Las restricciones están obligando a muchos comercios a cerrar por las tardes al haber falta de clientes. El «miedo al contagio» reduce las salidas a la calle y por ello reclaman ayudas

Los comercios de El Puerto están notando las restricciones. E.C.

Elena Carmona

Poco ambiente y poco ánimo entre los comerciantes que siguen apostando por salir adelante tras estar a punto de cumplirse un año de la llegada de la pandemia. La limitación de los horarios para la hostelería también les está pasando factura porque entre las cuatro y las seis de la tarde no hay ni un alma por la calle . «Nadie baja ya a merendar, prefieren quedarse en casa y eso hace que las tiendas apenas si tengamos visitas a esas horas», explicaba la dependienta de una tienda de la calle Luna. Hay muchos establecimientos que directamente deciden cerrar sus puertas en horario de tarde.

El portuense continúa con su vida, va al banco, a la tienda de móviles, al mercado de abastos, a comprar los artículos de primera necesidad, sigue desayunando en los establecimientos hosteleros pero «hay mucho miedo al contagio» . Este era otro de los argumentos que se repetían entre los comerciantes del centro portuense. Todo ello teniendo en cuenta que la localidad portuense ha sido la ciudad de mayor número de habitantes que mejores datos ha ofrecido durante las últimas semanas en la Bahía gaditana.

Leticia, de Go&Go, contaba a LA VOZ que «la gente está muy desanimada, apenas compran porque si no se puede salir ni hacer nada es complicado». Lleva casi seis años y es su primer negocio como emprendedora, pero teme también que sea muy complicado levantar cabeza. «La pandemia nos ha acabado de rematar. Va a costar mucho trabajo salir de esto» . Está haciendo uso de las redes sociales para dar a conocer su producto, aunque reconoce que «nuestra clientela no nos ha abandonado, sigue siendo fiel, pero necesitamos un paso de gente todos los días que en estos momentos no tenemos».

Los alquileres de los locales son altos y se tienen los mismos gastos que antes y con menos facturación. Un panorama que empieza a enturbiarse.

En Calzados El Pollo, que lleva abierto unos seis años, Rocío explicaba que están «con ganas de seguir, porque hay días buenos y días malos. Hay mucho susto entre la gente a contagiarse». En la tienda de deportes Oteros, que suma casi una veintena de años de historia, Cristina contaba que «está todo muy paradito, aunque por las mañanas sí hay más movimiento» . Estos tiempos están echando mano de su página web que «está funcionando bastante bien, incluso mejor que la tienda física, ya que los cierres perimetrales y los recortes en los horarios no dan las mismas opciones».

En la esquina entre Virgen de los Milagros y Ricardo Alcón, un establecimiento recibe a sus clientes con un 'desde 1880', Miguel Sánchez, encargado del establecimiento, explicaba que«la situación está como la pandemia: poca gente, poco negocio y abiertos por abrir. Llevamos desde 1880 y yo en el tiempo que llevo trabajando no he conocido días ni situaciones como esta ». Ha habido momentos mejores y peores, pero tan mal como ahora, «es imposible». A su juicio, la situación mejorará en el momento en el que «las vacunas estén funcionando y la gente pueda salir. Ahora hay muchísimo miedo, se va a lo justo y lo preciso». Han alargado el horario de la mañana, pero por la tarde cierra. Pidió cordura a las administraciones, mientars apostaba porque en estos momentos prevalezca la salud.

Otra lectura bien distinta era la de María de la Librería Zorba, que afirmaba que «en mi sector nos ha venido bien, la gente lee más al estar encerrada. No va a ser todo Netflix» . Asimismo, considera que «la gente está muy volcada en el consumo local». Tanto es así, que mientras atendía a LA VOZ, cinco clientes entraban en el establecimiento.

Miguel Moreno, el presidente del Centro Comercial Abierto (CCA), aseguraba que el sentimiento generalizado es «bastante pesimista» , que haya medidas «cada vez más restrictivas no permite tener una actividad normalizada respecto a ventas». Además, considera que la pandemia está trastocando mucho el consumo, que ya venía tocado con anterioridad. La preocupación real es que «la emergencia sanitaria sigue creciendo y lo que intentamos es poner de nuestra parte». Reclamó la previsión de ayudas ante las distintas medidas restrictivas que se han venido tomando. «La situación de El Puerto, a nivel particular, se está agravando y no se ve una respuesta clara y concisa con respecto a las ayudas desde todas las administraciones». Cualquier medida por pequeña que sea puede hacer mucho. Ese es el enfoque con el que trabajan día a día y el paraguas bajo el que esperan poder subsistir.

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