INFRAESTRUCTURAS
Sin agua potable ni alcantarillado, así viven los vecinos de Pago del Humo
Una situación conocida por el Ayuntamiento que se ve agravada como consecuencia del paso de la borrasca Elsa por las costas occidentales andaluzas
¿Se imaginan levantarse una mañana, ir al baño a lavarse la cara, abrir el grifo y que el agua no salga sencillamente porque está lloviendo? Es el día a día de las familias de Pago del Humo, cuyas viviendas se catalogan como «urbanizables sin regularizar», pero que pagan religiosamente sus impuestos y gozan de servicios mínimos de limpieza y recogida de basuras.
Miles de personas han hecho cotidiano lo que para la mayoría sería impensable. La simpleza de tener agua corriente es un privilegio para una zona de Chiclana que está cansada de promesas y que no encuentra soluciones. En las pasadas elecciones municipales, los diferentes partidos políticos hicieron que Pago del Humo fuera uno de los principales focos de atención para aplicar medidas para la mejora de la ciudad. El PSOE Chiclana, del alcalde José María Román, presentó varias propuestas para mejorar las infraestructuras de las diferentes zonas diseminadas. Fruto de la aplicación de esas medidas, pueden apreciarse en una mejora de la circulación en la rotonda de la salida N-340, así como mejores conexiones entre la autovía y el Polígono Pelagatos. La realidad es que la mayoría de vecinos siguen cruzando sin pasos de peatones, sin señalizaciones, sin iluminación y por caminos de tierra creados por ellos mismos.
En Pago del Humo se abonan impuestos
La consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, mediante la Orden 28 de noviembre de 2016 , aprobó de manera parcial el Plan General de Ordenación Urbanística de Chiclana (PGOU) que reconocía a la zona de Pago del Humo como suelo urbanizable pendiente de la aplicación de dos fases de urbanización en cada vivienda o parcela, cuyo coste varía en función del tamaño y la ubicación de la misma. Pese a que la situación de los vecinos se encuentra todavía sin regularizar, se mantienen al corriente de pago de los impuestos. Se abonan las tasas de las basuras, el IBI, la luz y hasta el agua, aunque ésta no sea potable y dependa de la construcción de pozos privados en el interior de las parcelas y a la inexistencia de un sistema de alcantarillado y desagüe.
Debido a que la mayoría de los caminos son senderos de tierras adecuados , algunos mejor que otros, por los propios habitantes de Pago del Humo y a que dichas vías presentan irregularidades en el firme o estrechez, el servicio de recogida de basuras se limita a residuos orgánicos y no orgánicos (mobiliario y otros restos). Los camiones encargados de recoger el vidrio, los envases y el papel no pasan por Pago del Humo por todas las dificultades mencionadas. Tampoco llega el correo, pendiente de la regularización urbana definitiva, aunque se pusiera como exigencia la instalación de buzones y el asfaltado por parte de los residentes. La seguridad también es más escasa en esta zona de Chiclana. Las patrullas de la Policía Local y de la Guardia Civil no suelen pasar por Pago del Humo a no ser que reciban avisos o alertas. Habitualmente no hay servicio de vigilancia, tampoco hay iluminación en las calles o caminos, aunque estos cuentan, a veces, con señales que limitan la velocidad o con badenes instalados en suelos repletos de baches y grietas.
La borrasca Elsa colma el vaso
El agua en las viviendas está supeditada a la instalación y mantenimiento de los pozos que se encuentran en el interior de las parcelas, al igual que la creación de fosas sépticas para el desecho de aguas residuales domésticas. Durante el verano, en época de sequía, la cantidad del agua disponible disminuye considerablemente. Lo mismo pasa cuando llegan temporales, como la borrasca Elsa, que obstruyen los diferentes conductos y propician averías en las tuberías y canales. Los desniveles característicos de Pago del Humo, unidos al hecho de no disponer de sistema de alcantarillados ni de desagües y a la existencia mayoritaria de caminos de tierra, propician que se inunden las distintas zonas de paso cada vez que se producen lluvias impidiendo la entrada y salida de vehículos.
La electricidad también depende de la climatología y del mantenimiento de las zonas próximas a las parcelas . El tendido eléctrico se compone por cables aéreos que se enfrentan al ramaje de los pinos y palmeras, a la instalación de nidos de aves y a las condiciones del viento o la lluvia. Los transformadores se encuentran a la intemperie, ocasionando, en muchas ocasiones, sobrecargas o cortocircuitos que dejan sin luz a los vecinos.
15 mil personas y 25 millones de metros cuadrados
Toda esta problemática no se limita a la zona de Pago del Humo . El Presidente de la Federación de la Asociación de Vecinos de Chiclana Norte, Manuel Pérez, estima que en Chiclana un total de 15.000 personas se ven afectadas por los 25 millones de metros cuadrados de terreno que se encuentran pendientes de regularizar en toda la ciudad.
«Lo que nos interesa a los vecinos es saber los valores exactos. ¿Cuánto nos va a costar la regularización de nuestra parcela ?, ¿de qué tiempos o plazos disponemos para pagar?, ¿obtendremos alguna ayuda o se establecerá una forma de pago especial atendiendo a las distintas situaciones económicas de cada persona?», reclama Manuel Pérez, que señala como principal dificultad el hecho de que la mayoría de vecinos sean «personas mayores que no podrán obtener un préstamo para pagar la futura regularización de su vivienda».