El diseminado de Chiclana en alerta ante el aumento de robos y asaltos en las parcelas

La crisis económica precedida por la pandemia de coronavirus ha motivado a que los gaditanos traten de buscarse recursos de la mejor forma que sea posible. Una de ellas, tradicional y típica de esta época, es la recogida de piñas cuyo precio, al kilo, oscilaba entre los 60 y los 85 céntimos de euro el año pasado. Sin embargo, algunos individuos han tratado de aprovecharse de la buena voluntad de sus convecinos para trasformar esta actividad laboral en un hecho delictivo. Residentes de distintos puntos del diseminado de Chiclana alertan sobre el aumento de intentos de robos y asaltos en las parcelas con la excusa de recoger piñas.

Los robos comenzaron a notificarse a comienzos de octubre , en la zona de Batería Colorada, Carmen, residente, aseguraba haber visto a «tres chicos jóvenes con una bolsa y palos, mirando por encima de los muros». Al descubrir la presencia de la vecina, éstos se marcharon sembrando la duda razonable, «no sé qué buscaban exactamente». Más contundente son las palabras de Rodrigo, del Pinar de los Franceses, «¡te saltan la valla!, una vez se metieron 5 hombres en mi parcela, y encima me decían que si no los dejaba igual venían otros y en vez de las piñas se llevarían lo que pudieran o me amenazaban con hacerme algún daño en la casa».

En el Camino del Olmo, una vecina llega a relatar cómo presencia un intento de asalto a su propia casa: «salí de mi casa a las 5 de la mañana para ir a trabajar y vi a un coche estacionado cerca de mi puerta. Salí de mi casa, pero tuve que regresar porque se me había olvidado algo y cogí a un individuo saltando el muro ». Algunos residentes han llegado a n otificar a la Policía la pérdida de objetos y cristales rotos debido a un allanamiento .

Carmen explica que estos sucesos se producen desde hace años, «en temporada de piñas no nos gusta dejar la casa sola . A muchos de mis vecinos también les ha ocurrido, y son fechas en las que desaparecen cosas de las parcelas». Debido a estos sucesos, la chiclanera indica que «pagan justos por pecadores», refiriéndose a los verdaderos recolectores de piñas. «A ellos sueles verlos con motos, coches y los pertrechos para la recogida de piñas, gente de todo tipo. Yo, cuando veo a alguien que me de cierta confianza, le digo que pase y las coja, para así no tenerlas de excusa para otro». Como curiosidad, Carmen advierte de las intenciones de algunos estafadores anunciando que « la mayoría de pinares están ahora mismo sufriendo una enfermedad, así que los verdaderos recolectores no creo que quieran pedir piñas ».

La seguridad es «escasa» en estas zonas de Chiclana. «Las patrullas de la Policía Local o la Guardia Civil no suelen pasar por el diseminado, a no ser que reciban avisos o alertas», cuenta José María Palomino , secretario general de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Chiclana Norte. La falta de iluminación en los carriles también permite la actuación delictiva de estos sujetos. «Si hubiese más servicio de vigilancia la gente se comportaría porque tendría miedo» , opina Palomino. Según la Federación, esta falta de vigilancia «propicia la sucesión de robos y asaltos. Además, hemos identificado numerosos intentos de ocupar viviendas que quedan momentáneamente vacías. Hemos reclamado un aumento de los servicios de seguridad, sobre todo durante la noche, pero nos hacen caso a veces y luego nos van olvidando».