EXCLUSIÓN SOCIAL
Absentismo escolar en La Línea: lucha de gigantes
El narcotráfico y el contrabando también lastran la educación en la comarca del Campo de Gibraltar
La Policía Local y los Servicios Sociales del Ayuntamiento de La Línea de la Concepción están librando una ingente batalla contra el absentismo escolar, uno de los problemas endémicos de un municipio azotado por el desempleo, el narcotráfico y el contrabando de tabaco.
La Línea lleva muchos años reclamando un plan integral para el municipio y que se reconozca su singularidad por parte de las Administraciones supramunicipales. Se trata de una ciudad con una enorme dependencia económica y servidumbre de Gibraltar , 11.000 residentes que trabajan en el Peñón, un problema gravísimo de desempleo cuya tasa ronda el 30%, falta de formación, tasas muy elevadas de absentismo y de fracaso escolar, deterioro de infraestructuras públicas, estrangulamiento económico de la pequeña y mediana empresa y una situación alarmante originada por el narcotráfico y el contrabando de tabaco.
Por ello se demandan medidas integrales que incidan en mejorar la formación y el empleo para ir más allá de la presión policial que se está ejerciendo contra los ilícitos.
Las cifras de todos estos parámetros avalan dicha petición aunque deteniéndose en uno fundamental, el educativo, llaman la atención los abrumadores datos de absentismo escolar, tanto en Primaria como en Educación Secundaria Obligatoria (ESO).
La Línea tiene 1 3.123 alumnos de los que 4.350 cursan Primaria y 3.284, Secundaria . Según los datos de la Mesa Técnica de Absentismo del Ayuntamiento de La Línea del presente curso escolar, fechados a 30 de octubre, 15 alumnos no han formalizado matrícula una vez iniciado el curso, hay ya 27 casos que han dado al menos un registro de absentismo superior al 20% en educación obligatoria e Infantil; hay nada más y nada menos que 287 casos en seguimiento por haber sido absentistas el pasado curso, 140 con los que se trabaja desde el Programa de Prevención de Absentismo y la Exclusión Social, 37 alumnos han participado en el Aula de Refuerzo Educativo y 11 en actividad de ocio y tiempo libre saludable.
En cuanto a los datos tras la intervención en lo que va de curso, han sido citadas en la Jefatura de la Policía Local 17 familias por 18 alumnos absentistas y se ha enviado un caso a la Fiscalía de Menores. Ester Santaló es una de las dos educadoras sociales que trabaja en el programa municipal de absentimo. Lo hace de la mano de los centros docentes y del Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la Policía Local.
En Primaria se activa el procotolo cuando un alumno supera los cinco días de ausencia a clase sin justificación y en Secundaria se hace a partir de las 25 horas. Cuando dicho protocolo se activa, Asuntos Sociales envía una primera citación a los padres o los tutores legales para recordarles que la educación es obligatoria hasta los 16 años, firmar un acta de compromiso y advertir que si a partir de ese día siguen faltando a clase, la siguiente citación es en la Jefatura de la Policía Local, donde se advierte de que si la situación persiste, se deriva un informe a la Fiscalía de Menores y el caso pasa a los juzgados por abandono de familia.
Aunque hay padres y alumnos que gracias a este trabajo reconducen la situación , esta experta reconoce que hay casos «irrecuperables. Es un problema de educación, hay padres que se implican mucho y otros que no. Depende mucho de la zona en la que vivan», indica.
En este punto, cuenta que en muchas ocasiones, los padres de estos niños son narcotraficantes o se dedican al contrabando de tabaco, unos enemigos muy difíciles de combatir también en las aulas por la cultura del dinero fácil. Y es que muchos piensan que para qué estudiar si dedicándose a esta actividad ganarán mucho más dinero y más rápido.
«En Primaria, el absentismo no es tan importante como en Secundaria. El narcotráfico y el contrabando están haciendo mucho daño . Para este tipo de padres, sus hijos no necesitan la ESO, lo tienen todo», apunta Santaló.
Antonio Damián, responsible del SAF de la Policía Local, lo corrobora: «Estos chicos son esponjas y ven el dinero fácil. Lo que viven en su entorno familiar es lo que quieren ser ¿Cómo se lucha con niños de 12 y 13 años con teléfonos de última generación y sin problemas de dinero?».
«Un problema muy gordo»
Y es que en este contexto, tanto estos padres como sus hijos consideran que la educación no es importante. «Alegan muchas veces que a sus hijos no les falta de nada y que no es abandono de familia. Para ellos, la formación no es fundamental. Tenemos un problema muy gordo con el narcotráfico y el contrabando y por la falta de empleo. Hay niños con un Iphone 11 y los padres, sin trabajar» . Los progenitores o tutores legales se pueden enfrentar a sanciones de entre 800 y 1.200 euros cada uno, lo que no hace recapacitar a algunos de este entorno: «Algunos se lo pueden permitir económicamente y les da incluso igual», añade esta educadora.
Además alerta de que hasta ahora, el absentismo se daba con más frecuencia en Segundo de la ESO pero que ya está empezando en primero: «Este año hemo tenido casos de niños que han pasado de Primaria a Secundaria y no se han incorporado porque así lo han decidido».
«El sistema educativo es pésimo»
Pero esta educadora social va más allá y asegura que el actual sistema educativo no incentiva al alumnado, especialmente en Secundaria: «El sistema educativo que tenemos es pésimo. El bilingüismo es mentira. Obligan a los chavales a estudiar asignaturas en inglés sin entender el idiom a. Si no entienden la materia en español ¿cómo vana entenderla en inglés?. Además, a todos se les exige lo mismo y no todos están al mismo nivel. Las asignaturas son horribles. Si no tiene unos padres que estén encima todos los días, el alumno se desmotiva».
Además, considera que obligar a los menores a cursar enseñanza obligatoria hasta los 16 años es un error. «Hay muchos chavales que no tienen capacidad para una carrera pero muchas para otro tipo de formación, aunque no les damos esas opciones y t enemos un fracaso escolar tremendo. Los aburrimos », apunta. Enfermedades no justificadas con informes médicos como dolor de cabeza o de barriga y la menstruación en el caso de las chicas acaparan las explicaciones dadas ante la falta a clase, aunque otros directamente argumentan que no quieren ir.
El acoso, muy controlado
El acoso escolar existe pero no es motivo de absentismo porque se denuncia, según dicha educadora. «Los centros educativos y los padres están muy implicados en este problema. Por ello, cuando algunos padres argumentan que su hijo o su hija no han ido a clase porque han sufrido acoso, los protocolos y los informes de los centros los delatan », señala.
Aunque el trabajo que se realiza es muy gratificante, quienes combaten este problema también reconocen la impotencia de no poder hacer nada por estos chicos: «Vemos a los niños muchísimas veces, a los tutores, si creemos que necesita una adaptación –bajar un poco el nivel educativo- se hace porque la comunicación con los centros es permanente y muy fluida. Hacemos todo cuanto está en nuestra manos pero hay algunos casos muy frustrantes e irreconducibles por más que nos esforcemos». También sostiene que se intenta agilizar lo máximo posible cada caso pero que algunos se pueden eternizar en el juzgado: «Algunos casos se resuelven pronto en el juzgado, otros no. En febrero tengo el de una chica de 19 años , cinco después de iniciar el proceso».