Ideas para recuperar un patrimonio abandonado de Cádiz
El Colegio de Arquitectos toma cartas en el asunto para devolver la luz a media docena de edificios públicos cerrados desde hace más de una década
Actualizado: GuardarTodavía conservan su belleza exterior, reflejo de épocas de mayor bonanza económica, pero por dentro se encuentran vacíos y sin ningún uso. Son alrededor de media docena de edificios emblemáticos de la capital gaditana. El abandono al que han sido sometidos en los últimos años ha provocado que su salud sea crítica. Algunos, más concretamente la administración responsable, que en este caso es la Junta de Andalucía, los dan por desahuciados, pero hay quien n0 se resigna y está dispuesto a luchar por mantenerlos en pie.
Son precisamente los que mejor conocen el valor de estos inmuebles, ejemplo de la mejor arquitectura contemporánea de la ciudad, quienes han empezado ya a movilizarse para evitar el derribo. De momento, el Colegio de Arquitectos de Cádiz se proponen la realización de una mesa redonda para presentar una serie de medidas alternativas a la situación actual y reivindicar el interés arquitectónico de estas joyas abandonadas, especialmente la Residencia Tiempo Libre.
A falta de confirmar fecha y ponentes, que se cerrará en la próxima semana, se estima que sea a finales de noviembre donde intervendrán arquitectos de gran índole como Carlos García Vázquez y Mar Burgal, entre otros.
El arquitecto Julio Malo de Molina asegura que desde el Colegio se va a hacer todo lo que esté en sus manos por salvar a estos edificios. Su principal reto es involucrar a la ciudadanía en una batalla por la conservación de la Residencia Tiempo Libre. Por desgracia, no es la única edificación en estado de semi abandono en la capital gaditana. Es solo un paseo por las calles de Cádiz, y la ciudad tiene muchas, pero en ellas está cada vez más presente edificios con estructuras esqueletos. Sin alma. Sin ruido, y en algunos casos sin un claro futuro.
El recorrido comienza en pleno Paseo Marítimo. Sólo hay que echar un vistazo a todo el frente marítimo de la ciudad, y encontrarte con un mastodóntico edificio totalmente abandonado. La Residencia Tiempo Libre de la Junta de Andalucía. En 2007 fue cerrada ante la amenaza de un grave brote de legionella, que poco después se convirtió en una excusa para no volver a abrir el edificio. A día de hoy, ocho años después, sigue cerrada y el proyecto sigue en manos de la Administración. Estuvo considerada una de las mejores residencias de tiempo libre de España. Durante años fue lugar de veraneo. Habitaciones amplias, buena cocina, piscina y gran terraza con vistas al Atlántico, sus salones han acogido desde fiestas multitudinarias de Fin de Año a eventos políticos pasando por reuniones empresariales. «El problema real es que se encuentra en un sitio excepcional, en la playa de la Victoria. A metros de la arena y ocupando una de las zonas más demandadas por constructores y hosteleros y la hace muy apetecible para venderla», matiza Julio Malo de Molina.
La Junta anunció en su día que llevaría a cabo una profunda reforma en el edificio que se prolongaría durante un año, para posteriormente volver a abrir sus puertas como centro de ocio y turismo. El plan quedó en un cajón de la administración, que decidió entonces derribarlo para levantar un edificio de oficinas del Gobierno autonómico. Funcionarios con vistas al mar. Ahora, el concejal de Urbanismo, Martín Vila alega que al ser suelo público debe seguir manteniendo ese fin social para la mayoría, por lo que no es partidario de construir un hotel en ese espacio. Desde la calle cada vez son más las ventanas que se divisan sin cristales, a merced de las palomas y los temporales.
Joyas arquitectónicas
Por su parte, el colegio de arquitectos se opone al derribo y propone la recuperación del edificio y de sus funciones. Julio Malo resalta dos opciones de futuro para esta joya desahuciada: «Sería un buen lugar para devolver los centros docentes que un día se llevaron al Campus de Puerto Real y por otro lado, un lugar de turismo y albergue para personas mayores. Hay una demanda importante, cada vez mayor, de gente jubilada en pisos de alquiler».
Siguiendo con la milla de oro del abandono arquitectónico gaditano se encuentra Valcárcel. «Es sinónimo de mala operación. La idea de hacer una concesión a muy bajo coste para un hotel de cinco estrellas no era viable desde el principio. Lo que no es viable, fracasa siempre», según Julio Malo de Molina. Valcárcel es en estos momentos propiedad de la empresa Zaragoza Urbana, que hace años renunciara a construir allí el hotel de lujo que tenía proyectado debido a la crisis económica.
La Diputación Provincial, que le vendió el edificio, le estaba reclamando las llaves del mismo por vía judicial, en un proceso que se alarga desde hace meses y que parece que llega a su fin. Esta semana, en el pleno de Diputación Provincial de Cádiz se acordó iniciar el procedimiento de resolución de contrato con la empresa Zaragoza Urbana. «Ahora, se van a encontrar con un Varcárcel en estado de conservación calamitoso. Ventanas, rotas, los forjados deteriorados. Un edificio que cuando se vendió estaba en perfectas condiciones y ahora está en situación irrecuperable, y que va a costar una dinero rehabilitarlo, que no hubiera costado antes», añade Julio Malo de Molina.
Precisamente la zona de La Caleta, una de las más atractivas y hermosas de Cádiz, está rodeada de edificios en desuso como el del Olivillo y la Escuela Naútica. Edificios que se encuentran cerrados desde hace años y en una situación casi ruinosa, deben tener un uso universitario, e incluso se propone la ubicación en los mismos de la Facultad de Ciencias de la Educación. Sin embargo, aquí se choca con el diseño del Campus de la capital realizado por el equipo de gobierno de la UCA, pues para ellos el edificio ideal para esta facultad es el del Valcárcel. Ante esta situación, las dos administraciones están a la espera de que la Universidad aclare qué quiere en estos terrenos, para proceder a su urbanización.
Antes, la Junta está estudiando la adopción de medidas urgentes para evitar el desplome de ambos edificios, debido al mal estado en el que se encuentran y el riesgo que existe ante su cercanía a la vía pública. Ambos edificios son magníficos ejemplos de la arquitectura contemporánea perfectamente integrada en la trama de la ciudad (a diferencia de otros grandes edificios que, según los expertos, no hacen sino romper la uniformidad visual del casco histórico).
Siguiendo el recorrido, preocupa el estado del Colegio Mayor Beato Diego José de Cádiz. Cerrado desde el año 2002 por su estado de deterioro, hace aproximadamente dos años la Universidad de Cádiz y el Consorcio de la Zona Franca firmaron un protocolo de actuación para impulsar la recuperación del edificio. A día de hoy no se sabe nada.
El autor de varias guías arquitectónicas de Cádiz continúa haciendo el paseo analítico por el entorno de La Caleta y no pasa por alto otra edificación emblemática: el Balneario de la Palma. Malo de Molina opina que, aunque es un edificio bien conservado, está infrautilizado. Después de salvarse del derribo que promovió el Gobierno local de Carlos Díaz, actualmente es el Centro Andaluz de Arqueología Subacuática, pero su actividad es bastante limitada. Lo ideal según el arquitecto, sería recuperar el uso ciudadano del balneario como espacio lúdico.
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