El doble discurso con los bancos
El Ayuntamiento de Cádiz negocia créditos con el Santander mientras le acusa de abandonar la Corrala
Actualizado:La carta abierta que hace unos días dirigía el alcalde de Cádiz al Banco de Santander a través de los medios de comunicación ha provocado un cierto desconcierto en diversos ámbitos. Desconcierto en una entidad bancaria que, en primer lugar, no entiende cómo se opta por una medida un tanto agresiva para denunciar el malestar del equipo de Gobierno cuando esa misiva no ha sido enviada antes el propio banco. Y en segundo lugar porque no es el Santander el propietario oficial del edificio donde se ubica la Corrala de la Bahía, y por tanto, dicen fuentes oficiales de la entidad, no hay posibilidad legal de hacer ningún tipo de actuación.
Desconcierto también en la oposición. Todos los partidos que la componen en el Ayuntamiento de Cádiz –PP, PSOE y Ciudadanos– coincidieron en salir en bloque tras conocer el contenido de la carta para criticar lo que no dudaron en considerar «una cortina de humo» para no asumir que la promesa hecha por Podemos en campaña a los vecinos de la Corrala de que se les darían los suministros vitales básicos no se está cumpliendo.
Pero el desconcierto es aun mayor tras desvelar este jueves el portavoz del PSOE, Fran González, que mientras en público se ataca de frente al Banco de Santander, acusándole incluso de no entender de «humanidad» ni de «derechos humanos», se está negociando con la misma entidad la concesión de créditos con los que poder hacer frente a la necesaria reducción de la deuda municipal. Pero no solo eso, que se está intentando conseguir con otros muchos bancos, además el equipo de Gobierno estaría tratando de convencer al Banco de Santander para que se embarque en una operación financiera fundamental para las arcas municipales, como es la compra de los locales de la Tribuna del Estadio Ramón de Carranza. Sin duda la venta de estos espacios, que no lograron inversores interesados en la subasta pública realizada hace dos años, son el gran balón de oxígeno que esperan los dirigentes locales. Por tanto, mientras con una mano se le da al banco una metafórica bofetada con la otra se le pide un buen puñado de euros. Esto, para el PSOE, demuestra que el equipo de Gobierno «tiene un doble discurso».
El alcalde insiste
Entretanto, José María González volvía a insistir en su postura respecto al banco y la Corrala de la Bahía en el día de ayer. Sobre la justificación del Santander por su no intervención en el edificio por encontrarse en medio de un litigio que aun no ha determinado de quién es la propiedad del mismo, el alcalde de la ciudad dijo que «el Banco de Santander dice que no tiene la titularidad porque parece ser que la titularidad la tiene una inmobiliaria auxiliar que es del Banco de Santander. El banco está jugando a marear la perdiz. Si yo le mando una carta al Banco de Santander es porque sé que es el propietario del inmueble. Lo que me gustaría es que el Banco de Santander, en vez de eludir responsabilidades se sentase con nosotros a hablar, porque lo que queremos es plantearle soluciones».
González puso el acento en que «en esas familias, recuerdo, hay más de treinta niños, se acerca el invierno, se acerca el frío, ya estamos teniendo lluvias, anochece antes y esos niños tienen que hacer los deberes. Estamos hablando de una solución humanitaria, de cómo respondemos a una pequeña crisis humanitaria que tenemos en la ciudad, y estas familias están dispuestas a pagar un alquiler social».
El alcalde no entró en valoraciones sobre la legalidad de una posible asignación de esas viviendas en un régimen favorable para estas familias a pesar de que otros demandantes de vivienda puedan estar por encima en las listas municipales. Lo que sí dijo es que «lo que le queremos plantear al Banco de Santander es por qué en vez de tener esa finca vacía no se le da una funcionalidad social, que es la necesidad que tenemos ahora en la ciudad. Ante eso tenemos la negativa y la evasiva. Nos hubiera gustado no tener que plantear esa carta abierta, eso mismo me hubiera gustado habérselo dicho al director del Santander en una reunión, que me parece que es lo más razonable del mundo».