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Cádiz, la ciudad con más derrumbes

Los Bomberos de la Bahía revisan los edificios con incidencias en el casco histórico

mªsantos j. cabrera
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Con el comienzo de las primeras lluvias y la bajada de temperaturas, el Consorcio de Bomberos de la Bahía de Cádiz inicia su campaña de prevención.

Es tiempo de balance de la época estival y de preparación de una nueva actividad. En el Consorcio de Bomberos de la Bahía de Cádiz ya comienzan a desempolvar las motobombas que utilizan en invierno para achicar agua en las inundaciones, los puntales para asegurar la estructura de edificios deteriorados y demás instrumentos que suelen ser más propensos de su utilización durante otoño y sobre todo, en invierto. «En esta época del año, cuando comienzan las primeras lluvias los bomberos siempre hacemos una llamada a la prevención», comenta Ignacio Pérez Prado, jefe de zona del Consorcio de Bomberos de la Bahía de Cádiz

. «Cádiz es con diferencia la ciudad que más incidencias de derrumbes tiene», recalca Pérez.

La administración inspecciona los edificios con más de 50 años de antigüedad

Y es que Cádiz capital es una ciudad milenaria, cuna de grandes civilizaciones, que fue invadida por infinidad de pueblos y esto ha dejado huella no sólo en su historia sino también con unas edificaciones antiquísimas. «Es el lugar donde más edificios tenemos que evaluar por precaución ya que nos encontramos con fachadas antiguas de piedra caliza, cornisas, torres miradores y viviendas muy antiguas que con el paso del tiempo pueden sufrir problemas estructurales», explica Ignacio que recuerda que ya la semana pasada tuvieron un desprendimiento de cascotes de una de las cornisas del Gran Teatro Falla. «Son cosas habituales de estas fechas, los bomberos acudimos, retiramos los restos peligrosos y realizamos una evaluación de la zona», comenta el jefe de bomberos. «En el casco histórico nos encontramos muchas incidencias de éstas en las que hay que reconocer situaciones anómalas en construcciones y proceder a sanearlas e incluso a avisar al ayuntamiento para que se ejecuten las pautas de seguridad necesarias», añade.

«En una vivienda con la estructura dañada, suelen oírse crujidos y caer arenilla del techo»

El último caso de desprendimiento en una vivienda en el que ha tenido que actuar Bomberos ocurrió el domingo pasado con el derrumbe de un falso techo en el centro de la capital. «Fue un problema con los bajantes del cuarto de baño que perdía agua y había afectado a las tuberías lo que provocó la caída del techo de escayola», explica Pérez. Afortunadamente no pasó nada a nadie. «En el casco histórico casi todas las viviendas son de vigas de madera y a la madera la humedad le afecta», comenta. Las vigas de este tipo son bastante resistentes, pero con el paso de los años pueden aparecer putrefacciones, hongos, carcoma, etc, que hagan que poco a poco vaya cediendo la estructura. «Las vigas de las casas antiguas de Cádiz tienen cientos de años, son muy buenas pero el agua y la humedad son su principal enemigo», añade.

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En tema de revisión de viviendas hay unas ordenanzas municipales que se llevan a cabo por técnicos cualificados. Las administraciones revisan los edificios que tienen más de 50 años aunque a veces, si el Consorcio de Bomberos ha tenido que actuar en alguna finca acelera el proceso para que se rehabilite esa zona. «En una vivienda dañada normalmente observaremos que cae una especie de polvillo o arenilla del techo y se escuchan crujidos extraños», explica. «A veces cuando nos llaman no es nada, pero otras veces hemos detectado problemas y ha habido que tomar medidas para que no se produzca el derrumbe ni tener que lamentar ningún incidente», apostilla.

El brasero, el gran enemigo

Otra de las grandes tareas y sin duda, la que se convierte en seña de identidad del bombero, es la intervención en fuegos de casas en la ciudad. La principal causa de incendio en una vivienda urbana, que desgraciadamente es muy propensa en invierno, es sin duda por la utilización de braseros. En breve comenzarán a bajar las temperaturas en la provincia y nos toparemos con las primeras olas de frío. Como cada año encenderemos las estufas eléctricas en nuestros hogares y a partir de ahí, toda precaución es poca. «Estos aparatos no nos gustan a los bomberos porque vemos los problemas que acarrean», comenta el jefe de Bomberos de la Bahía de Cádiz. «Cualquier descuido, un niño pequeño que le da sin querer un golpe, cualquier prenda demasiado cerca, etc., puede provocar un incendio, es mucho más seguro utilizar radiadores de agua o de aceite», añade.

«Los braseros son nuestro principal enemigo»

Y con el mal tiempo, también llegan las temidas inundaciones. El Golfo de Cádiz es un espacio propenso a sufrir inundaciones y daños costeros. En los últimos años, las administraciones públicas han puesto especial hincapié en este asunto y han acometido obras para mejorar las zonas con mayor riesgo de inundaciones. Aún así, quedan aún lugares propensos. «En Chiclana aún quedan zonas peligrosas y proclives a las inundaciones», comenta Ignacio Pérez Prado. «El Ayuntamiento de Chiclana tiene localizado los sitios que aún suelen inundarse y estudia el problema para minimizarlo», añade. En toda la parte de Los Gallos se han hecho obras de tuberías y alcantarillado para poder dar salida al agua. Tanto en Cádiz, en la zona de La Laguna, como en algunas calles de San Fernando también se ha mejorado mucho el problema de estancamiento de aguas. «En octubre de 2008 fue muy importante la inundación de casi 100 garajes en la zona del Estadio y La Laguna, había agua como para ir nadando, entonces aquellas calles estaban mucho peor preparadas», añade.

«En Chiclana, aún quedan algunas zonas urbanas propensas a sufrir inundaciones»

En la ciudad, lo primordial es la limpieza del alcantarillado. «En las viviendas también hay que prestar especial atención a los husillos de las azoteas, patios y terrazas», explica Ignacio que se ha visto envuelto en más de una inundación de patios de vecinos por olvidar desatascarlos. El jefe de zona de Bomberos de la Bahía y su equipo preparan sus herramientas para seguir al servicio de los ciudadanos una campaña más. «El servicio de bomberos tiene 12 horas de trabajo y debemos estar preparados las 24 horas, los 365 días del año», recalca. Es tiempo de balance y de tomar fuerzas para el duro invierno que acometen estos héroes anónimos.

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