Sevilla no es pionera
Mucho antes que la Esperanza de Triana, en Cádiz, El Caído ya fija desde sus inicios la retirada de la carga a los 45 años
Actualizado:La hermandad de la Esperanza de Triana de Sevilla ha modificado recientemente la normas para sus costaleros de forma que no pueden llevar a sus titulares si superan los 50 años o han portado a sus titulares durante 25 . Esta decisión ha suscitado el debate entre las cuadrillas y cofrades.
Lo de limitar la edad de los cargadores no es ninguna novedad. Ni siquiera puede decirse que Sevilla sea pionera en esta cuestión. En Cádiz ya existía la norma y desde hace muchos años. La cuadrilla de hermanos cargadores de El Caído siempre la ha adoptado.
En su caso, el límite está en los 45 años aunque se establecen algunas excepciones en función de la condición física del cargador y siempre que lo autorice el capataz. «Es una cosa que ha pasado desde el principio. Los más veteranos lo saben porque lo han vivido. Solo puedes cargar hasta los 45 años», explica Juan de Dios Baro, ex capataz de la Virgen de los Desamparados. Baro expone que esta cofradía siempre ha estado unida a la juventud. «Es una forma de dar paso constante a los jóvenes. Esa ha sido siempre la tendencia en El Caído, la juventud. Es la cofradía de los estudiantes».
Aunque la norma se cumple desde la primera salida procesional, no fue hasta 1997 cuando se incluyó en el Estatuto de los hermanos cargadores de El Caído. El primer punto del artículo 11 dice claramente que dejarán de ser considerados hermanos cargadores «el hermano mayor de 45 años».
Miguel Ángel Maján, ‘Poleo’, que fue cargador e histórico capataz de la Virgen de los Desamparados, recuerda que «se hizo al principio para dejar la oportunidad a los jóvenes que entraban y querían cargar». Sin embargo, Poleo reconoce que le costó retirarse. «Fue duro porque la verdad es que yo estaba bien y me sentía capacitado para seguir».
A criterio del capataz
En el otro lado están las cuadrillas que no tienen límite de edad. En esos casos la retirada depende de las condiciones físicas del cargador y de cómo lo vea el capataz. Así lo tienen establecido las demás cofradías de Cádiz.
Juan José Calvo es contracapataz del Descendimiento y comenta que no hay una edad máxima sino que si alguien es mayor se sigue el criterio del capataz según las distintas situaciones. «Si es por arriba se procura ver el aspecto físico equiparado con la experiencia. En sitios clave del paso se intenta que el mismo asuma dar el relevo a otros alternando su puesto». Calvo comenta además que es muy importante saber entender al cargador, lo que siente y piensa. «Si es alguien de peso en el grupo pero ya va dejando atrás sus mejores momentos de esfuerzo, se tira de psicología y si la altura es correcta se le anima a ser partícipe de una responsabilidad mayor a la vez que se le hace ver que es necesario porque puede aportar su buen hacer y experiencia en la manigueta».
Juan José Calvo tiene claro que la experiencia es un grado y en este sentido afirma que «nunca se desprecia por edad puesto que las canas que la madera te da es la escuela y triunfo de un capataz». Además, reconoce que «si se trata de alturas medias que no puedan desarrollar lo anterior, un cargador de respeto y de ética por si solo ya te comunica que su día ha llegado».
Daniel Leiva ha sido cargador tanto del Cristo como de la Virgen de Buena Muerte y también contracapataz del Cristo. Aunque en esta hermandad no hay tampoco límite de edad, a Leiva no le parece que sea un error la medida. «No estaría mal que hubiera un límite, sobre todo por un tema de salud. Aunque no es habitual que haya mucha gente mayor de cincuenta años salvo casos concretos de promesas y entonces siempre queda la opinión del capataz».