Un Museo de ida y vuelta
Actualizado:La historia del Museo del Carnaval se ha convertido con el paso del tiempo en la mejor letra de una chirigota. La ciudad de Cádiz, en general, y los aficionados a la fiesta, en particular, llevan años esperando que el Ayuntamiento y la Junta se pongan de acuerdo para declarar un espacio definitivo donde concentrar la antropología de la fiesta gaditana. No hay más excusas. El gobierno del PP planteó en su momento la apertura del Museo en la plaza de la Reina, en pleno corazón de La Viña. Para ello fue necesaria una operación urbanística donde intervino también la Junta de Andalucía.
El proyecto salió adelante con todas las bendiciones, incluso hubo un concurso para la presentación de propuestas. De hecho, el arquitecto Rafael Giles ganó la convocatoria, pero su maqueta se guardó en el cajón tras el enfrentamiento entre el consistorio y la Junta a cuenta del solar. Más tarde, se optó por trasladar el futuro Museo del Carnaval a la plaza Guerra Jiménez, junto a la plaza de abastos, pero cuando todo estaba a punto, un nuevo conflicto administrativo obligó a desistir. El emplazamiento de la Casa Museo ha cambiado dos veces de ubicación en la última década. Llama la atención que una fiesta de este calado no tenga un espacio propio, precisamente, en la ciudad donde ha echado sus raices. Ahora, el nuevo Ayuntamiento ha dado un giro a la situación y plantea su instalación definitiva en alguno de los inmuebles de la ciudad. De esta forma se evita un desembolso millonario en una obra nueva. Las dos opciones que se barajan son, por un ladio, la Casa Pinillos y, por otro, el Palacio de los Marqueses de Recaño. Esperemos que a la tercera vaya la vencida.