apertura puente

«Estuve en la inauguración del Carranza y tenía que estrenar este también»

El gaditano Enrique Fernández, de 81 años, viajó ayer desde Madrid con su familia para revivir la historia de 1969

j. a. cañas
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Eduardo Fernández recuerda ese día como si fuera ayer. En cierta forma, el paralelismo se antojaba tan fuerte e intenso que era fácil de trazarlo. El gaditano residente en Madrid, se ve este fin de semana con 46 años menos, recorriendo a pie ese flamante nuevo puente Carranza, el primero con el que contaba la ciudad. «Llegué hasta casi Puerto Real», recordaba con emoción. Y esa viva impronta del pasado era revivida con un nuevo telón de fondo: el segundo puente sobre la Bahía.

Mucho ha llovido desde entonces, pero Fernández es tan consciente del momento crucial que vuelve a vivir Cádiz y del gran cambio que le espera con esta nueva infraestructura que no lo dudó. Hace unos días, reservó una habitación de hotel y viajó desde su ciudad actual de residencia, Madrid, para poder decirlo bien alto y claro: «He estado presente en el estreno de los dos puentes que tiene Cádiz».

Fernández revivía ayer sus recuerdos en la cafetería de El Corte Inglés. Allí le esperaba su sobrino Antonio Fernández, residente en el Río San Pedro y que también ha advertido la mejora. Su visita durará hasta hoy, cuando marchará de nuevo a la capital española acompañado de sus hijos y nietos. De momento, el día lo aprovechó para recrearse en la nueva infraestructura, hacerse muchas fotos de familia y pasear por la ciudad.

También, para valorar el nuevo viaducto: «Es una obra impresionante y preciosa, pero es cierto que, al ser tan alto y tener los cortavientos, no se aprecia tanto el mar como en el Carranza. En el antiguo ver el agua y Cádiz perfectamente, aquí cuesta más». En cualquier caso, Fernández se mostró alegre y confiado en que el nuevo puente sea un acicate para la economía local.

De hecho, reconoce que, durante estos años ha estado siguiendo bien de cerca las obras. Por eso, cuando se supo la fecha de la inauguración, programó el viaje «si dudarlo». Eso sí, el gaditano tuvo críticas para las «expectativas creadas con que se iba a poder recorrer el puente, para que luego no haya podido ser». «Es una pena que me llevo. De hecho, no cancelé el viaje porque ya tenía la habitación reservada», reconocía.

En cualquier caso, Fernández, pese a esos inconvenientes, se mostró alegre por haber conocido e inaugurado «el otro puente de Cádiz». Con diferencias, cualitativas, pero con la certeza de haber estado. En 1969 fue con su mujer, hijos y un amigo. Ayer, fue con sus hijos, nietos y sobrino. En ambos casos, Fernández tenía la certeza de estar contemplando un momento histórico, un salto tan importante para la ciudad que le vio nacer y crecer que bien merecía el esfuerzo de estar presente.

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