Mejor puentes que muros
Tiremos muros y, desde ahora, miremos el puente con orgullo y sentido de pertenencia a Cádiz, la Bahía y la provincia
Actualizado: Guardaros hombres construimos demasiados muros y no suficientes puentes». Isaac Newton acuñó esta frase que, como resulta comprensible, es indiscutible por el mero hecho de que la afirmó quien puede considerarse el científico más grande de todos los tiempos.
Las citas ayudan a entender situaciones y vivencias como las de estos días, especialmente relevantes como para archivarlas sin más, como si no fueran realmente excepcionales. Sin duda, quienes vivimos y nos movemos por esta provincia, Cádiz, estamos viviendo un hito colectivo importante, que puede ser analizado desde muy distintas ópticas, pero sin duda relevante: la inauguración y puesta en funcionamiento del segundo puente sobre la Bahía de Cádiz, el puente de la Constitución de 1812.
Desde la Confederación de Empresarios de la provincia de Cádiz, que me honro presidir, creemos que este momento debe servir como un punto de inflexión, uno más, en el camino de reforzar la unidad de las ciudades, pueblos, comarcas y territorios únicos de nuestra provincia.
Espacios diferentes, con sus características y cualidades singulares, pero que no se entienden como aislados, sino conformando una provincia excepcional, única, por su variedad y contenido.
Hace tan sólo una semana, hemos celebrado la Noche de la Empresa en el astillero histórico de Matagorda, junto al moderno complejo industrial y naval de Navantia, otro símbolo de la Bahía. Y, precisamente, el leitmotiv de nuestra reunión ha sido «Con más Cádiz: sumando futuro».
Allí, muy cerca del entronque del nuevo puente del lado de Puerto Real, hemos reafirmado que la Bahía –que cruza el puente–, y la provincia, tienen muchos problemas. No los ocultamos. Pero también reivindicamos, desde nuestra organización, aquellas facetas en las que destacamos de manera positiva. A veces nos falta más autoestima colectiva y nos sobran desunión y disputas territoriales. Otras provincias y territorios si actúan de manera más cohesionada, proyectando una imagen positiva y atrayente hacia el exterior.
El nuevo puente puede ser una herramienta no solo puesta al servicio del tráfico viario, del ahorro de tiempo, del salto físico entre Cádiz y la Bahía. También puede –y debe– convertirse en un símbolo de unidad y proyección hacia el futuro. Ya no toca hablar de retrasos, de excesos presupuestarios o de quien invita a quien, sino del símbolo de atracción que su mera silueta puede comunicar fuera. Y de la imagen de unidad que supone acercar territorios y las personas que en ellos habitan.
Tiremos muros y, desde ahora, miremos el puente con orgullo y sentido de pertenencia a Cádiz, la Bahía y la provincia.
Ver los comentarios