Gobierno local y PSOE escenifican un acercamiento a regañadientes

La relación de amor-odio que el alcalde de Cádiz, José María González, y el portavoz del PSOE, Fran González, comparten desde que se conocieron los resultados de las elecciones municipales –idilio que Ignacio Romaní ha calificado como «mala copia de Pimpinela»– ha vivido este jueves un nuevo capítulo. Una reunión en la que estaba prevista que, después del enésimo desencuentro entre ambos, volvieran a retomar juntos la senda de la armonía. Esta vez en el contexto de las empresas municipales.

Pero el madrugador cara a cara entre el primer edil y el representante de los socialistas gaditanos llegó «enrarecido», como el propio Fran González ha manifestado. El cruce de acusaciones de los últimos días y las declaraciones publicadas en algunos medios locales provocaron que el líder del PSOE llegara bastante molesto a la cita con el alcalde.

«Vuelven a cometerse errores que están enturbiando el clima de diálogo», afirmó al salir de un encuentro en el que consiguió el compromiso por parte del equipo de Gobierno de disponer con la mayor prontitud posible de la información que venía demandando acerca del estado en el que se encuentran las empresas públicas y, a partir de su estudio, tomar un posicionamiento para lograr el desbloqueo de las negociaciones de cara a la elección de los presidentes y gerentes de cada una de ellas.

Fran González comentó que «se están empezando a establecer algunas condiciones para reconducir una situación que a nadie le interesa». No obstante, también quiso dejar claro que «no hemos pedido ninguna presidencia en ningún consejo de administración, ni tampoco ninguna gerencia. Defendemos que las gerencias deben ser desempeñadas, si se produce algún cambio en ellas, por funcionarios o técnicos de la casa», en referencia a la publicación de una información en la que «fuentes del equipo de Gobierno» acusan al concejal socialista de «chantaje» y de exigir las gerencias de dos empresas municipales para personas que no son funcionarios.

José María González, por su parte, explicó que «se han sentado las bases de una colaboración sistemática por el bien de los gaditanos. Hemos encontrado una mirada leal y un tono colaborador del PSOE con el objetivo de encontrar soluciones a la situación de emergencia social de la ciudad». Eso sí, al ser cuestionado por esas supuestas peticiones de gerencia del PSOE, el alcalde escurrió el bulto y decidió no pronunciarse a pesar de la insistencia de los medios para que confirmara o desmintiera el asunto. Una postura que delata que hay gato encerrado y que la sintonía entre ambas partes no es tan buena como intentan hacer ver. Quien calla, ¿otorga?

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